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HIM: Más allá de la luz

por 04 de junio de 2010
HIM: Más allá de la luz (HIM, México/Francia-2010), es uno de esos estrenos mexicanos que nadie se esperaba y del que se hablaba poco; quizá por la calidad de la misma, quizá por el poco apoyo, quizá por muchísimas cosas, pero nosotros creemos que se debe más a lo primero. Desde el trailer, el argumento, y los inmiscuidos, denotamos que se trata más de una cinta por encargo que otra cosa. Sí, de esas más o menos que Paco del Toro entrega de cuando en cuando. Claro está, que HIM: Más allá de la luz, no trata de temas evangélicos, sino más bien espirituales.

Este drama de ciencia ficción de 95 minutos que se estrena con 60 copias, es producido por Origine Cell Production, El Syndicato, y Cinema 305, bajo la dirección de Frank Darier Baziere, quien se encarga al mismo tiempo del guión. El reparto incluye las actuaciones de Guillermo Larrea, Nando Estevané, Roberto D'Amico, Marcela Ruíz Esparza, Monserrat de León, Gael Mouanda, y Tara Parra. HIM: Más allá de la luz, cuenta la historia de Nathan, un joven científico mexicano muy dotado en su especialidad, la Biología Celular. Es un hombre encerrado en sí mismo, bueno, solitario y servicial, que vive en secreto una pasión amorosa por Maya, una de sus colegas de trabajo. Pero un encuentro vendrá pronto a sacudir su vida, tras la aparición de Jacques, un hombre con capacidades sobrenaturales.

Si bien no suena tan disparatado como se ve, esto último es lo que cuenta más en un producto visual como es el caso, así es que la cinta debe verse con restricciones y para cinéfilos específicos entendiéndose sobretodo, seguidores de la vida del humanista, vidente y sanador francés René Mey, en quien está inspirada. Desde luego es un cine casi experimental por no estar acostumbrados en México a tales ejercicios donde los mensajes de sanación y la interpretación no son el devenir de nuestro cine; y aunque esto puede ser satisfactorio en una cinematografía plagada de elementos obscuros, la comedia del absurdo, ó incluso la pretensión artística; lo cierto es que este mensaje predefinido y dirigido no es lo que el público está buscando hoy día, por lo cual la regularidad de la cinta se nota obvia desde el propio trailer. La ópera prima de Darier quien en el cine sólo había producido Quand je vois le soleil, cae por su propio peso y quizá no sea su culpa, por la incredulidad y el poco interés hacia el tema. Tendrá su nicho, repetimos, en los miles de seguidores de Mey. Pero para nada, algo en lo cual invertir en cines.


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