Un director de la talla de Hector Olivera está avalado por su extensa filmografía a lo largo de los años, donde se contabilizan más de una veintena de títulos como su primer trabajo Psexoanálisis (1968); pero no es hasta la dirección de La Patagonia rebelde (1974) que comienza una fructífera carrera. A esta podemos sumar grandes títulos como El muerto (1975); La noche de los lápices (1986); El caso María Soledad (1993); Una sombra ya pronto serás (1994); Antigua vida mía (2001); y Ay Juancito (2004).

A sus 80 años, tiene un último trabajo que apenas se estrena en nuestro país: El mural de Siqueiros (El mural, Argentina/México-2010), una coproducción que hace uso del biopic alrededor del drama a lo largo de 110 minutos. Protagonizada por Luis Machín, Carla Peterson, Ana Celentano, Bruno Bichir, Sergio Boris, y Camilo Cuello Vitale, entre otros, la cinta es producida por Aries Cinematográfica Argentina, y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).

Con mínimas 20 copias en su distribución y fuera de circuito comercial se estrena este trabajo cuyo guión le corresponde a Antonio Armonia, Javier Olivera, y el propio Hector, y que nos relata como el muralista mexicano, David Alfaro Siqueiros, llega a Argentina en los años treinta para exponer y dar un conferencia en la Asociación Amigos del Arte y con el deseo de pintar un mural con temática revolucionaria en un gran silo de granos ubicado en La Boca. Pero el clima político imperante en la Argentina de la época, de neto corte nacionalista, le impide llevar a cabo su sueño y frustra sus conferencias. El millonario Natalio Botana, poderoso editor del diario Crítica y amigo del Presidente de la Nación Agustín P. Justo le propone colaborar en el flamante Suplemento Cultural del diario y también pintar un mural en el sótano de su quinta Los Granados, una gran mansión ubicada en las afueras de la ciudad. Luego de una duda, Siqueiros acepta el trato y llama a su mujer, Blanca Luz Brum, que había quedado en Montevideo. La presencia en Los Granados de esta bellísima poeta uruguaya provoca la reacción de Salvadora Medina Onrubia, la contradictoria esposa de Botana. Sus celos, los constantes enfrentamientos conyugales y la mala relación que tiene con sus hijos contribuyen a crear un clima de gran tensión en la casa. Hasta la conclusión del Ejercicio Plástico, como Siqueiros llamará a su mural, se desarrollará un escenario de amores cruzados y tragedias familiares…