'¡Scooby!' - Cumplir el expediente
'¡Scooby!' parece una película pero en realidad es un largo, o alargado capítulo de lo que perfectamente podría ser o funcionar como un capítulo de una serie de televisión. Como el primer doble episodio de una producción para la pequeña pantalla que en la actualidad, con tanta oferta como la que hay, aspiraría a ser poco más ni menos que relleno de Clan TV.
De hecho, eso es lo que parece, o lo que parece que pretende ser. Básicamente relleno. De esas cintas de animación que por más que puedan dar el pego no pasan de lo que popularmente conocemos como "cumplir el expediente". Un suficiente... pelado, o no dependiendo de nuestra condescendencia, ambición, día de la semana o descendencia, si la hubiese.
Un suficiente... resignado: Sabemos a lo que venimos, que es a lo habitual y que no hay que pedirle peras a un olmo por nuestro propio bien. Pero también un suficiente... apenado, o decepcionado por cuanto el toque "cartoon" tan propio de Warner Bros. no encuentra en esta ocasión el respaldo de alguna mente inquieta como las de Chris Lord y Phil Miller.
Es más, '¡Scooby!' parece encima empeñada en recordarnos continuamente que es la sombra de lo que podría haber sido: La sombra de una ambición reducida, o supeditada a lo que el cine de animación comercial parece empeñado a ser, y a poco más que ser. Esto es, una encerrona para padres con hijos y algo que pueda caber en un Happy Meal.
No es que '¡Scooby!' no sea entretenida, es que '¡Scooby!' es tan sólo entretenida cuando, lo dicho, continuamente se asoma a una realidad alternativa a la que nunca le hinca el diente y con la que podría haber coqueteado por ejemplo, abiertamente y como pocas, con el cine de terror (para casi toda la familia). Falta intención y ambición, sobra conformismo y cobardía.
Es una lástima que '¡Scooby!' acabe siendo una más, otra sonrisa complaciente y pasajera que sale de nuestras vidas por donde entró, sin hacer mayor ruido que la probable afición de nuestros retoños por el merchandising o nuestra nostalgia como adultos pueda evocar, siendo todo un ejemplo el puntazo -desaprovechado- de la aparición de cierto "capitán".
La sombra de Chris Lord y Phil Miller es alargada, como lo es la de 'La LEGO película' sobre las películas de animación (por ordenador) de Warner. 'Cigüeñas' o 'Smallfoot' no eran ni mucho perfectas, pero al menos se comportaban como películas. '¡Scooby!' sin embargo parece concebida, con o sin coronavirus, para hacer bulto en el catálogo de un servicio de streaming.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex