'Mujer Maravilla: 1984' - Unas deportivas dentro de una caja
Imagina que tienes en torno a diez o doce años y la mañana del día de Reyes te encuentras sobre tus deportivas, todavía medio dormido, un regalo que parece tener por fin la forma de la tan deseada y esperada PlayStation... pero que cuando lo abres te encuentras con una caja de zapatos, con unas nuevas deportivas dentro. Eso es 'Wonder Woman 1984'. Un regalo es un regalo y unas nuevas deportivas no es que no sean un buen regalo, pero ya tenía un par sobre el cual, de hecho, has dejado apoyado el otro. Y sigo sin tener una PlayStation...
Hay una buena película dentro de 'Wonder Woman 1984', incluso una más que notable. Pero me temo que no han sabido encontrarla. Como el que tiene todas las piezas del puzzle sobre la mesa, delante de sus ojos, sin acertar a darle forma al puñetero cielo. No es que el resultado deje por ello de ser apreciable, pero es que cuando apuntas tan alto y te quedas a medias, lo que hubiera podido ser pesa más en contra que a favor lo que ha acabado siendo: Un sí pero no, un no pero sí. O cuanto las intenciones están por encima de los resultados.
De hecho 'Wonder Woman 1984' tiene muy buenas intenciones, preocupándose muy mucho de darle un valor dramático a lo que es evidente que no pretende ser un simple o vulgar blockbuster, ni mucho menos una secuela "que sea más en todo" realizada tan sólo para explotar el filón. 'Wonder Woman 1984' se apoya en los personajes y no en la acción, buscando que las motivaciones de los primeros sean el motor de lo segundo: Que los efectos especiales arropen el espectáculo derivado de las consecuencias de los efectos emocionales.
Y sobre el papel, pensándolo fríamente y con la cabeza, la idea está (muy) bien. Un planteamiento muy sugerente, un dilema emocional realmente duro, unos villanos con razones para serlo. Cuenta con una base y unos argumentos poderosos pero su desarrollo, inestable, disperso y desigual, no da forma a una película que esté al nivel de dicho potencial. Su condición de blockbuster por otro lado tampoco la salva, y es posible que siquiera la ayude a la hora de la verdad: En 'Wonder Woman 1984' late algo más pequeño de lo que parece forzada a ser.
Los ejemplos más claros los encontramos en el innecesario viaje a Egipto de la película o en la no menos innecesaria (¿y paródica?) caracterización de Kristen Wiig como Cheetah, con el consecuente incremento superfluo, gratuito y aburrido de CGI, el cual encima contrasta (sobremanera) con una pelea previa a cara descubierta mucho más estimulante. Momentos que lastran esa humanidad que 'Wonder Woman 1984' intenta que aflore cuando los efectos especiales no están mirando y se centra en el personaje, no en la superheroína.
La mitad de presupuesto, posiblemente, hubiera facilitado una mejor versión de la misma película, siendo un blockbuster lastrado por lo que se supone caracteriza a los blockbusters. La necesidad, autoimpuesta, de ser una gran espectáculo juega en contra de una historia que como en 'El caballero oscuro', demandaba un terreno de juego más pequeño y manejable. Tanto es así que Wonder Woman acaba devorando a Diana Prince, y al igual que sucedía en los Batman de Tim Burton, los villanos le acaban robando la función a su protagonista.
Y eso como diría Vin Diesel, si pretendes que sea tu franquicia no es una buena señal.
Tenían una buena película entre manos, pero no han sabido encontrarla. Como blockbuster, 'Wonder Woman 1984' resulta larga y derivativa, con apenas cuatro escenas de acción mal contadas y ninguna de ellas realmente memorable. Como película, se queda a medias de lo que pretendía transmitir porque más que contar algo, lo deja caer sin más. Cuarenta años tratando de olvidar a Chris Pine para que luego sea un visto y no visto, y que quien nos saque una lagrimita sea Pedro Pascal sin necesidad ni de ir disfrazado ni de atizar un solo golpe.
Este es el camino... por el que se pierde 'Wonder Woman 1984'. Unas "deportivas" que sí, sirven para andar pero que palidecen ante la Playstation que hubiera podido ser por el mismo precio; también, ante las "deportivas" que ya tenemos en buen estado desde 2017, más y mejores. 'Wonder Woman 1984' sólo iguala a su predecesora al principio y al final, siendo que a final lo es más por demérito de ambas que por mérito de alguna. Entre medias, siendo DC, quien sabe, tal vez una nueva excusa para un futuro "montaje del director".
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Un aprobado raspado porque sus 2 horas y media no se hacen pesadas y porque los ratos de acción y efectos (sin ser gran cosa y menos en comparación con la anterior) maquillan un poco todo, pero cuanto más hablo de ella más me llama suspenderla. Para empezar, salvo el prólogo flashback, se pasa más de una hora para arrancar algo interesante y no es que tenga un guión ni sucesos que necesiten asentar unas densas bases. Si pensábamos que los malos roles y la mala pinta de los villanos de Batman & Robin eran insuperables, está nos hace dudar. Su clímax final es flojete y la búsqueda de una moraleja emotiva queda un poco ñoñas y más cuando aprovechando que se ha estrenado por Navidad, le meten ese elemento con calzador intentando elevar aún el factor emocional.
Y que pena Gal Gadot, que no es que sea Mel Streep, pero su potente presencia en escena que empapaba cada frame, se ha quedado en nada.
Esa Wonder Woman niña es la caña. Un 7.
Le doy un 5.
Mala. Boba. Caída dramática respecto a la primera. No deben dejar que Patty Jenkins escriba los guiones.