'Encanto' - Supernormal
La nueva película de Walt Disney Animation Studios tiene un nombre muy apropiado; sencillamente, es un "encanto" de película que bajo el logo de Disney funciona a la perfección... a pesar de no ser ni mucho menos, perfecta. Tampoco lo necesita cuando en cualquier caso, podría salir rodando. La clave está en el equilibrio entre todos sus elementos, y en cómo estos se combinan con mucha energía y no menos alegría. El resultado es un clásico animado arrollador al que por criticar, sólo le sobran un par de minutos del final. Lo que vendría a ser su epílogo.
Nada importante. Nada realmente trascendente. Y en cualquier caso, mucho menos de lo que le sobraban a 'Zootrópolis', la anterior película de Jared Bush y Byron Howard con la que no logré congeniar. Sí lo hice con 'Enredados', también de Howard y con la que 'Encanto' comparte un mismo espíritu aventurero envuelto, cómo no podía de ser otra forma, de canciones muy animadas (aunque en apariencia poco memorables) y de una técnica que a estas alturas, a base de abusar e insistir, parece en apariencia poco memorable (aunque lo sea).
Al fin y al cabo, hablamos de Disney. Y de cómo películas como esta 'Encanto' han hecho de la compañía lo que es. Una exigencia (a veces prejuiciosa) más que una costumbre (a veces complaciente) con la que 'Encanto' en cualquier caso, está a la altura. De sobra. Poco importa que todo en la película suceda un tanto por qué sí. Es una película de animación. De Disney, para más señas. Y va a lo que va. Ahora bien, lo dicho, con tanta energía y no menos alegría que cualquier resistencia acaba por resultar, mayormente, inútil. O tal vez simplemente estúpida.
Y eso que en 'Encanto' no hay ningún elemento realmente extraordinario. Pero, como decía, sí hay un estupendo equilibrio en donde bajo su viveza visual y cariz potencialmente caprichoso, todo tiene una razón de ser y cada personaje está en su sitio; más importante aún, tiene un sitio por el que estar. Así, nos encontramos con una película alegre y descarada, colorida y muy viva que apenas sí da tregua durante poco más de 90 minutos con los que sonreír de oreja a oreja. ¿Se puede pedir algo más? Siendo sinceros, si: Que todas fueran igual de encantadoras.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex