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'Los siete magníficos' - Es un número, un buen número

Vía El Séptimo Arte por 23 de septiembre de 2016
Vía El Séptimo Arte por 21 de septiembre de 2016

¿Cuál es la referencia más oportuna para calibrar un remake?

¿Cuál es el baremo más adecuado para evaluar un remake?

¿Qué es lo que debemos esperar de un remake?

¿Acaso es un remake algo malo por definición?

Diversas preguntas para las que cada uno tendrá sus propias respuestas, respuestas que además muy probablemente dependerán del momento y sobre todo de la película. Y si bien los cineastas deberían asumir buena parte de la responsabilidad, lo cierto es que en última estancia es el público el que acaba por decidir de manera a menudo fortuita. Un público por otro lado demasiado dado a dejarse llevar sin tener nada claro qué pensar, dejando que sean las corrientes de pensamiento que pasan por su lado las que hablen por ellos en función de con qué pie se han levantado aquel día. Y luego, por supuesto, lo único que hay que hacer es reafirmarse en lo dicho (aunque uno no se acuerde qué haya sido).

En fin, habrá quién piense que hacer un remake de 'Los siete magníficos' es un sacrilegio, como habrá quién piense que el auténtico sacrilegio es que en su momento alguien hiciera un remake de Los siete samuráis. Un servidor, que piensa que el concepto "remake" forma parte intrínseco de al menos el 60% de las películas (tirando muy por debajo), no considera que sea ningún sacrilegio en ninguno de los dos casos. Tampoco considera por ejemplo que lo haya sido el remake de Ben-Hur, por más que la idea sea de una temeridad asombrosa incluso para los tiempos que corren. Pero no, no es el caso de este "remake" que ahora nos ocupa ni de casualidad.

¿Cuál es la referencia más oportuna para calibrar un remake?

¿Cuál es el baremo más adecuado para evaluar un remake?

¿Qué es lo que debemos esperar de un remake?

¿Acaso es un remake algo malo por definición?

Dejando de lado a un Kurosawa que ahora no tiene nada que ver, han pasado más de 55 años desde el filme original (con o sin comillas) de John Sturges... 55 años que no pasan en balde para quién lo haya descubierto a estas alturas de la vida, que en el recuerdo de cada cuál a saber. Y lo cierto es que aquel filme goza de una fama que le ha permitido no caer en el olvido, más su calidad no está a la altura de dicho buen nombre. Ni en su momento ni mucho menos ahora, siendo que aún dejando de lado su evidente desfase para con el siglo XXI sigue siendo un filme para entendernos muy normalito, del mismo modo que también sigue siendo un western muy normalito, igualmente para entendernos. O relativamente normalito, por si se prefiere ser algo más cauto.

Como también se podría considerar relativamente normalito a este "remake" el cual, no obstante, habría que considerar más bien como una re-interpretación ajustada a los cánones actuales de la misma manera que en su momento, en 1960, el filme original fue un reajuste americano de un concepto japonés. Un reajuste llevado a cabo con la probaba eficiencia de alguien como Antoine Fuqua, un realizador alejado de la autoría o las grandes corrientes de pensamiento, pero que resulta fundamental dentro de la maquinaria de una industria. De hecho tipos como Fuqua deberían ser el núcleo duro de la misma, capaces de ofrecer entretenimientos de alta calidad que conjugan por igual el respeto hacia todas las partes implicadas, tanto dentro como fuera de la pantalla.

¿Cuál es la referencia más oportuna para calibrar un remake? ¿Cuál es el baremo más adecuado para evaluar un remake? ¿Qué es lo que debemos esperar de un remake? ¿A quién le importa que sea un remake...?

Los siete magníficos es un modélico ejemplo, uno más en la carrera de Fuqua, de producción comercial que cumple sobradamente con lo que se espera de una producción concebida para el gran público. Sin valentía pero con aplomo, sin pasión pero con orgullo. Y aunque no esté considerado como un autor, el polivalente y perspicaz Fuqua se reafirma como una garantía para cualesquiera que sea la empresa o género que se le ponga por delante con un nuevo trabajo que "va de sobrado" (con dos dedos de frente). Funciona con o sin la guinda del pastel, el carisma de un reparto que aún sin grandes alardes tiñen de alegría una función que durante dos horas te transportan a una realidad alternativa del que uno vuelve con una sonrisa sin que haya mucho más que importe.

¿Cuál es la referencia más oportuna para calibrar una película? ¿Cuál es el baremo más adecuado para evaluar un película? ¿Qué es lo que debemos esperar de un película? ¿A quién le importa que sea lo que sea si se cumple la máxima principal de toda producción de alto standing que se precie..? ¿Por qué siquiera nos preguntamos algo cuando precisamente se trata de no preguntarse nada...?

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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