'La tortuga roja' - Quien sabe qué
La tortuga roja es la primera co-producción de Studio Ghibli fuera de Japón. Oh Studio Ghibli, oh, creador de grandes obras maestras de la exótica animación pictórica a lo 'El viaje de Chihiro', 'La princesa Mononoke' o 'Mi vecino Totoro', por decir no más de dos, o de tres, o de la cuarta en la que sin duda habrán pensado. Y llega, por supuesto, con la más pura esencia del trazo, el tacto y el mimo del estudio japonés, el nombre y la fama por delante, y su especial hincapié en valores tan tiernos como el amor, la amistad, la tolerancia o el respeto hacia la naturaleza, el medioambiente y por efecto colateral, hacia uno mismo (y lo que le rodea).
El amor, la amistad o el respeto a nuestro entorno natural, valores que infunden las películas de Ghibli y que en La tortuga roja encontramos reflejados a través de la experiencia de un náufrago (no tan -spoiler alert-) solitario en una isla custodiada por una misteriosa tortuga roja. Sin media palabra, sin necesidad de que medien las palabras. Un proyecto para el que han hecho falta diez años de esfuerzos y que está dirigido por el animador holandés Michael Dudok de Wit, ganador de un Óscar y un BAFTA por el cortometraje 'Father and Daughter'. Una obra sencilla, madura, y de belleza minimalista que nos muestra el ciclo de la vida del ser humano.
La tortuga roja, también, una de esas obras bonitas, hermosas y preciosas por las que perderse de vista, y a la vez, por qué no, un estimulante remedio contra el insomnio y otros instantes poco lucidos que nos depara el día a día, noche a noche. La tortuga roja, o también el tipo de película tan pura, tan achuchable y melancólica que los "más entendidos", tan escueta a su vez, aplaudirán mientras a los "no entendidos" les hace esgrimir algún bostezo de consternación... o no, y a una distancia considerable de lo que se supone es la animación actual de y para todos, o para nadie, más no tiene por qué serlo con un poco de imaginación.
Quién sabe qué.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Le doy un 7.
En fin, gracias por el espacio, debo admitir al menos me atrapó el título y la sinopsis, aunque tampoco sé si realmente me terminará gustando.
Lo de que no tiene diálogos es literal, y sí, puede hacerse aburrida si no logra engancharte. A mí particularmente me parecería arriesgado recomendársela a alguien... y eso que a mí me gustó. El problema es que es una película muy poco convencional, por lo que no todo el mundo sabrá apreciarla. Si te gusta el cine contemplativo y reflexivo dale una oportunidad, en caso contrario puede que te cueste terminarla.
Pero aún reconociendo todos sus méritos, no me ha tocado la fibra al nivel como parece haber hecho con tantos otros. Como por ejemplo (sin ser tampoco un salto grande de diferencia) la del "calabacín". No se si es porque a ratos me da la sensación que decae y sus mejores fases son en la lucha por la supervivencia, porque en general me falta algo más y su sencillez puede ser un arma de doble filo, o si simplemente el problema es mío.
Aún así, como digo, muy interesante e incluso hermosa, con toques poéticos.
Nota: 6'7