'Doctor Strange: Hechicero supremo' - Wuxia americano
¿Os imagináis que Tsui Hark hubiera dirigido 'Doctor Strange: Hechicero supremo'? Y ya puestos, ¿os imagináis que 'Doctor Strange: Hechicero supremo' hubiera sido una producción China protagonizada por actores asiáticos? No, no es que estemos ante otro caso como el de 'Ant-Man' en el que pesa más lo que hubiera podido ser que lo que fue... aunque parecido, que un Tsui Hark de 200 millones de dólares hubiera sido toda una "experiencia" (dicho así para escaparnos por la tangente). La que no es este 'Doctor Strange: Hechicero supremo', el cual aparenta ser una especie de versión norteamericana del tradicional wuxia de la sinosfera. Versión y/o imitación, que no una falsificación... como tampoco lo era 'John Carter: Entre dos mundos', ya que estamos (aunque puede haber a quién se lo parezca).¿Comparación casual? Pues no. Al igual que sucedía con la (más que disfrutable) adaptación de 2012 de la obra de Edgar Rice Burroughs, es posible que el material original no luzca igual ahora, toda vez que no es poco lo sucedido en el mundo entre su salto del papel a la pantalla. Es imposible no sentir cierta sensación a déjà vu cuando la mayor parte de 'Doctor Strange: Hechicero supremo', la película (¿y también el cómic?), remite a esa misma sensación de "sobresaturación" en un abanico de títulos que en occidente incluyen producciones como 'Las crónicas de Riddick' o 'Linterna Verde', referentes personales (o no) a los que Scott Derrickson no logra darles la adecuada mano de pintura para que al menos todo aquello huela a nuevo.
Uno de los principales problemas de la cinta es su necesidad de presentar a un personaje, en la enésima producción introductoria en la que, a grosso modo, se viene a mostrar lo mismo que ya hemos visto un millar de veces ahora que los superhéroes copan tanto la pequeña como la gran pantalla. Algo que se come más de media película, y que deja poco margen de acción a aquel que sólo al final rinde honor al título de la película. Por el camino, como es costumbre, una historia que se adivina hubiera podido ser más interesante de no haber estado reducida, comprimida, e incluso condicionada, en muy última estancia, a compartir cama, comida y una cerveza sin fin con otros superhéroes de la ciudad de Nueva York (y alrededores).
Prueba de ello es que, como suele pasar, no hay muchos más planos "chulos" que no se hayan visto ya en un tráiler que, como suele pasar cuando se reparte, se lleva la mejor parte. Sin embargo este wuxia occidental tampoco acaba de lucir en dichos momentos, quizá porque su exceso CGI -por otro lado dentro de lo habitual en este tipo de producciones- no acaba de lucir con la misma fisicidad tangible del mundo de los sueños de Christopher Nolan, una sombra tal vez superflua pero que por ahí está molestando de manera recurrente. Quizá sea el flaco favor que supone el 3D, quizá sea que la abundancia de medios han evitado que Derrickson se estrujase el cerebro como tuvo que hacerlo Alex Proyas con la que sigue siendo su mejor película, 'Ciudad en tinieblas'.
¿Quiere decir todo esto que 'Doctor Strange: Hechicero supremo' no es un título disfrutable? Tampoco, aunque el mismo se vea irremediablemente marcado por esta sensación a déjà vu, sensación incluso presente en la figura de un protagonista, Benedict "Sherlock" Cumberbatch, como representación ideal de la ambivalencia de una propuesta equivalente a la de los wuxias del Sr. Hark que colman las expectativas al tiempo que nos decepcionan, harto irregulares a la hora de combinar el amor/odio de sus muchos aciertos/errores. Cumberbatch, junto con el resto del reparto, incluida una McAdams haciendo de maceta, son sin duda lo mejor de la cinta, y muy posiblemente el factor más importante para inclinar esta dimensión a su favor.
Porque por poder, podemos darla por buena. Porque por poder, se puede decir que cumple. Y por poder, podemos decir que se disfruta si tenemos a bien no permitir que el aroma a déjá vu se inmiscuya. Aunque sea con ese perfil bajo del sirviente antes que en referente; en una muesca más de un universo cada vez más parecido a una variopinta familia numerosa, más no necesariamente por ello más profundo o variado. Porque he aquí que este 'Doctor Strange: Hechicero supremo' no es más que una presentación, la enésima presentación "de un futuro" que no llega, y que como tal sabe a poco. Sobre todo cuando es innecesaria a estas alturas en las que la marca ya se ha ganado, de antemano, la caballerosidad de un público plenamente preparado.
Porque en última estancia se trata de eso, de su público. Y no cabe duda que Marvel Studios ha hecho un buen trabajo a la hora de asentarse como uno de los puntales de la Disney, compañía que desembolsó en su momento lo que hoy bien nos podría parecer calderilla. Cierto es que, como viene a ser norma, 'Doctor Strange: Hechicero supremo' no es capaz de sobresalir dentro del modelado industrial de la compañía, si bien dentro del paradigma institucionalizado por la misma funciona dentro de como tiene que hacerlo para respetarlo. Sin magia, pero con la debida inteligencia para que sus imperfecciones queden a ojos de su público ocultas en la Dimensión Oscura. Los demás siempre podemos quedarnos con el "riesgo" que supone ver una de Tsui Hark...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Los efectos digitales no me disgustaron pero no me parecieron para nada punteros y Marvel está cogiendo como tópico tapar sus situaciones planas, con una broma al final de cada escena que en muchos casos hace que el tono de la cinta se distorsione. La broma del wifi me hizo gracia, la de Beyoncé se carga lo poco que se va construyendo detrás.
Me pareció curiosa la manera de que Dr Strange entre dentro de la secta...un par de días esperando fuera y ya tiene entrada, cama, wifi y clases de poderes..
Aunque mucha gente opine lo contrario en relación con Batman v Superman, el camino que están llevando los personajes de los cómics de DC en el cine, en comparación con los de Marvel, salvo alguna excepción (Suicide Squad, Hellboy) no tiene comparación alguna en cuanto a lo que las películas en sí, quieren llegar a ser.
Le doy un 6.
Revisada hoy debo añadir una cosa que se me pasó en su momento, y es que creo que es de las pocas películas del universo Marvel que te hacen pensar cuando termina. Toca algún tema de psicología y de otras enseñanzas espirítuales que por lo menos hace darle más chicha y algo de debate, cosa que en este universo apenas pasa algo parecido en lo referido a pensar/debatir en Civil War (por aquello de en que bando estarías y por qué) o Infinity War por el tema del maltusianismo, que yo recuerde.
Y a quien se le ocurrió la idea de que Benedict Cumberbatch interpretase a Strange me parece que dio en el clavo, que también se me olvidó comentarlo. Diría que la combinación actor/personaje en este caso solo lo supera, en mi opinión, Robert Downey Jr/Iron Man y Chris Evans/Capitán América en lo que a Marvel Studios se refiere.