Larry ha sido "secuestrado" por sus tres mejores amigos para una escapada de fin de semana en una casa encantada. Mientras se pavonean por los corredores polvorientos, los amigos cuentan una leyenda de la casa de hace cien años: una asesina llamada Sylvia asesinó a su hijo y lo enterró debajo de las tablas del piso de la casa. Más tarde Larry recuerda que se suponía que pasaría el fin de semana atando lazos con Harrison, su misterioso futuro cuñado. Horrorizado por su descuido, Larry invita al hetero Harrison, uniformado del ejército, a unirse a la fiesta gay de su pandilla. Más tarde, mientras celebran una animada sesión de espiritismo para convocar a la siniestra Sylvia, el grupo termina dando la bienvenida a más invitados de los que esperaban.