Kirsten Dunst y Yorgos Lanthimos, juntos en una nueva comedia negra de AMC, 'On Becoming A God in Central Florida'
AMC está desarrollando 'On Becoming A God in Central Florida', una comedia negra ambientada en los años 90 de una hora de duración por capítulo que contará con Kirsten Dunst ('Fargo') como principal reclamo delante de las cámaras.
La actriz a su vez ejercerá como productora ejecutiva de esta producción de TriStar Television (Sony), AMC Studios y la Smokehouse Pictures de George Clooney y Grant Heslov, también productores ejecutivos de esta nueva serie de televisión que será dirigida íntegramente por el peculiarísimo griego tras 'Canino' o 'Langosta', Yorgos Lanthimos.
Escrita por Robert Funke y Matt Lutsky a partir de un borrador inicial para la gran pantalla, su argumento gira en torno al culto a la empresa libre y la búsqueda implacable del sueño americano por parte de una mujer a principios de los años 90.
Recientemente enviudada y prácticamente sin un duro en los bolsillos, la empleada del parque acuático de Orlando Krystal Gill (Dunst) buscará el consuelo, a cualquier precio por supuesto, en su camino hacia lo más alto de Founders American Merchandise, la multimillonaria compañía piramidal a la que hace responsable de su ruina.
Kirsten Dunst protagoniza 'Llegar a ser Dios en Florida', una aclamada comedia negra sobre el sueño americano convertido en negocio.
Completan su reparto Alexander Skarsgard (True Blood, Big Little Lies) como Marvin Stubbs, marido de Krystal; Ted Levine (Shutter Island, El silencio de los corderos, Ray Donovan) es Obie Garbeau II, el endiosado líder de la compañía; Théodore Pellerin (Génesis, The OA) es Cody Bonar, uno de los discípulos de Garbeau más fieles; Mel Rodriguez (El último hombre en la Tierra, Getting On), jefe y vecino de Krystal, y Mary Steenburgen (Regreso al futuro III, Orange Is the New Black, Larry David) es Ellen Joy Bonar, la madre rica de Cody.
George Clooney y la propia Dunst son dos de los productores ejecutivos de esta serie basada en casos reales de estafas piramidales que ya ha sido renovada para una 2ª temporada.
Florida, 1992. Krystal Stubbs trabaja en el parque acuático de un pequeño pueblo de Orlando para ganar un escaso sueldo con el que mantener a su familia. Mientras, su marido, cansado de su anodino trabajo en una compañía de seguros, se deja seducir por la promesa de una vida mejor de la mano de la Founders American Merchandise: una empresa multimillonaria, basada en una estafa piramidal, que busca captar seguidores locales.
Liderada por un hombre que responde al nombre de Obie Garbeau II, la FAM se dedica a la compraventa masiva de productos que van, desde alimentos imperecederos, a litros de loción para manos y papel higiénico premium. Más que una gran empresa son casi una religión, un culto que ha hecho del éxito su vellocino de oro y de las cintas de casete, sus biblias. El mensaje cala hondo en varios vecinos, entre ellos el propio marido de Krystal, completamente absorbido por su convincente filosofía de éxito.
Después de que arruinen la vida de su familia, Krystal decide aprovechar el golpe a su favor y tomar las riendas de su futuro. No dudará en usar las mismas tácticas de la FAM con el fin de escalar posiciones, hacerse un hueco en las altas esferas de la compañía y conseguir la fortuna que cree merecerse.
Desde el lunes 25 de noviembre (en dual) en Movistar Series (dial 11). Cada lunes, nuevo episodio disponible.
No la definiría como una "buena serie" propiamente dicho que recomendar "a cualquiera", pero sí como una producción que mola porque, como parece que no tiene claro a donde quiere ir, tú como espectador tampoco tienes claro qué esperar a continuación. Es un nivel de incertidumbre contagioso y estimulante que entre otras cosas, la enérgica interpretación de Kirsten Dunst convierte en alegre y muy animoso.
Además, es de esas series que tienen un potencial enorme de cara a su segunda temporada. El salto cualitativo puede ser considerable si juegan bien sus cartas, especialmente sin los vaivenes que sufrió su primera temporada a la que, no me cabe duda, le afectó tanto cambio de cadena.