Es posible que 'Julie' acabe siendo la película más divertida del festival. El problema, que por si no se lo imaginan ya se lo adelanto yo, es que no se trata de una comedia... si empezamos por ahí, casi que el resto lo podríamos resumir en pocas palabras.

Alba González de Molina se marcha a una ecoaldea del Bierzo a rodar este drama de corte intimista (e independiente) tan evidente en todos los aspectos que duele, en lo que perfectamente podría ser un proyecto desarrollado de forma mecánica como parte de una práctica primeriza de una escuela de cine. Todo en ella luce a rutina, a cartón. Siquiera el entorno real en el que transcurre aporta algo que no sean unos actores amateurs tan falsos como una película que, para más inri, es incapaz de explicarse a sí misma.

Mucho más claras tiene las ideas Koldo Serra para con su 'Gernika', por más que sus logros se queden lejos de lo que llegó a plasmar Picasso sobre el famoso lienzo. La cinta luce bien en pantalla, cuenta con un reparto solvente y no hay duda que Serra sabe mover la cámara, si bien esta especie de 'Pearl Harbor' a lo pobre falla en su cometido global por culpa de una historia y un guión muy, muy mejorables especialmente durante el momento del bombardeo, escena por otro lado carente de la fuerza e impacto debidos para justificar la espera cual película de catástrofes.

La cinta produce una sensación parecida a la que producía 'Palmeras en la nieve', si acaso de manera más acusada: la apariencia de mostrarse en pantalla como si fuese una obra amputada. Como si hablásemos de 'La puerta del cielo', para entendernos, en lo que apunta maneras de ser una miniserie encorsetada en este caso en un duración de "tan sólo" 100 minutos. Hay muchos personajes pero un escaso desarrollo, algunos apuntes pero poca profundidad, y cuando llega el momento de la verdad todo se precipita de manera atropellada sin dejar demasiado margen para la emoción.

Además, su propia disposición como drama romántico de trasfondo bélico no ayuda, toda vez que el hilo argumental que se supone que la sustenta no termina de cuajar, siendo en realidad y en última estancia casi lo menos interesante de cuanto se plantea aunque sea de puntillas a lo largo de un filme que hubiera tenido en el periodismo de guerrilla su mejor baza. Al menos, y aunque un tanto soterrada por sus propios errores, siempre nos quedará el loable esfuerzo de un equipo técnico que permite que la cinta luzca "como si fuera británica", así como su voluntad por intentar ser lo más objetivo posible con un tema todavía tan "controvertido" para la sociedad española reduciendo ambos bandos a su común denominador.

Continuará...

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex