Hablamos con Mariano Barroso, director de 'El día de mañana'
Desde ayer viernes, 22 de Junio, que está disponible bajo demanda la miniserie 'El día de mañana', producción original de Movistar+ coproducida por Mod Producciones y formada por seis episodios, de 50 minutos de duración cada uno, que han sido dirigidos en su totalidad por el triple ganador del Goya Mariano Barroso.
La trama de 'El día de mañana' está tejida en torno a la vida de Justo Gil (Oriol Pla), un misterioso personaje que dejó una profunda huella en todo el que se cruzó con él. Un hombre que llegó sin nada en los bolsillos dispuesto a comerse el mundo y que acabó convertido en un confidente de la policía franquista, llevando una doble vida a la caza de opositores políticos al régimen.
A través de las historias entrecruzadas de Justo y otros dos jóvenes en búsqueda de un lugar propio, el policía Mateo Moreno (Jesús Carroza) y la aspirante a actriz Carme Román (Aura Garrido), se irán desentramando las motivaciones y deseos y sueños de toda una generación.
Basado en la multipremiada novela homónima de Ignacio Martínez de Pisón, 'El día de mañana' es una serie sobre las aspiraciones, los deseos y el encaje en el mundo de una generación tan llena de idealismo y anhelo de utopía como de contradicciones, convencida de tener el futuro en sus manos. Una producción que busca ofrecer al espectador una visión novedosa y sugerente de unos años irrepetibles de cambio y agitación, que sembraron la semilla de muchas ilusiones cumplidas y algunos sueños rotos.
'El día de mañana' es una serie generacional, con vocación universal y profundamente humana, construida a partir de conflictos personales en torno a la amistad, la traición, el amor, el rechazo y la envidia. En ella, cada personaje tiene una historia que contar, dando forma a un fresco social heterogéneo y singular. Un logrado cruce entre drama generacional y thriller policíaco que reafirma, aún más si cabe, la decidida apuesta de Movistar+ por una ficción propia de categoría que, título a título, está configurando un repertorio de lo más estimulante para los seriéfilos de nuestro país.
Aunque no lo parezca, 'El día de mañana' tiene un buen número de efectos visuales. De los que tienen que ser discretos, de los que como en 'Zodiac', no se tienen que notar.
Si, los efectos visuales son muy golosos. Y siempre corres el riesgo de abusar de ellos, como creo que hay muchas películas que abusan de ellos. Pero aquí los hemos usado para contar lo esencial, de manera práctica. No se trata de ostentar, para nada. Ojalá pudiéramos hacer lo que hizo David Fincher con 'Zodiac'. Pero no, no.
Esas limitaciones, vamos a decir que "económicas" respecto a otras producciones, no ya sólo norteamericanas sino también europeas, ¿supone un hándicap para las producciones españolas como 'El día de mañana'?
A ver, los efectos especiales son muy caros. Carísimos. Ahora han bajado y no son tan caros como hace unos años, pero son muy, muy caros. Justo ayer estuve viendo un vídeo sobre cómo Fincher usaba los efectos visuales, y es que casi no hay ni un sólo plano que no esté trucado de alguna manera. En España no se puede hacer así porque no hay dinero para hacerlo así.
A eso me refiero, en qué medida dichas limitaciones respecto a lo que llega de fuera y ven los espectadores españoles condicionan un rodaje en España. En qué medida resulta complicado hacer un 'Zodiac' sin los medios con los que contó David Fincher.
Si, completamente. Aunque el hecho de planteártelo, o de hacerlo te va abriendo la mente sobre las cosas que puedes hacer y las cosas que realmente necesitas hacer, que es realmente cómo se hace una película, ver la mejor manera de contar una historia con los medios a tu disposición. Por ejemplo, la papelería dónde trabaja Carme. Estuvimos sopesando si hacerlo en la papelería real, en el Rabal, o si hacerlo en otro sitio con la ayuda de cromas. A mi costaba visualizarlo en otro sitio que no fuera el real, pero al final comprobamos que era más práctico y económico la otra opción. En vez de incrustar la tienda en el Rabal incrustas el Rabal en la tienda. Sigue siendo una movida en cualquier caso.
La trama está ambientada en la Barcelona de hace apenas 45 años. A la hora de la ambientación de época no parece que haya pasado demasiado tiempo.
Es mucho más complicado reconstruir aquella época de los años 60 ó 70 que, por ejemplo, la medieval que muestran series como 'La Peste'. Lo medieval en muchas poblaciones está muy cuidado, y está considerado como un bien cultural. Pero sin embargo lo de los años 60 ó 70 está arrasado. Las fachadas de aquella época están ahora atiborradas de cosas nuevas. De cosas como aires acondicionados, de cables, de... bueno, y además en Barcelona estuvimos rodando durante "el procés" por lo que también había banderas y pancartas por todas partes. Las calles, los objetos que hay por las calles, que están todas llenas de chirimbolos y parquímetros. Es muy complicado encontrar una calle que no haya cambiado, o que parezca que no ha cambiado desde entonces por una cosa o la otra. Y por supuesto los interiores. En las casas o en habitaciones es más manejable, pero las fábricas y las grandes oficinas están llenas de cachivaches del ahora. Te das cuenta de que aquella época era muy minimalista, de pocos objetos y sólo los estrictamente necesarios. Era mucho más práctico que ahora. Al final es un despliegue y un esfuerzo mayor que el de por ejemplo 'Juego de tronos', que pueden rodar en localizaciones de Girona o Cáceres casi según se las encuentran.
Esa recreación de época, de hace apenas 40 años, ¿lo destacarías como lo más complicado de 'El día de mañana'?
A ver, complicado es todo si lo miras así. Pero la verdad es que ha sido todo una maravilla. Es y sigue siendo un privilegio poder hacer cosas así. Complicado ha sido para mí estar fuera de casa tanto tiempo. Complicado ha sido el entorno, que justo hemos vivido una época muy convulsa y la producción de la película se ha desarrollado en paralelo con "el procés".
Eso te iba a preguntar precisamente, teniendo en cuenta el trasfondo de la propia serie y lo que ha estado pasando en estos últimos meses.
Ha habido un paralelismo de lo más curioso. Ha habido algún día en el que rodábamos que salían a la calle a repartir panfletos para pedir la libertad de los presos, y que cuando salíamos nosotros a la calle nos daban panfletos para pedir la libertad de los presos. El rodaje ha estado lleno de situaciones así, ha sido muy intenso a veces. Quizá haya sido lo más complicado porque es algo que no está en tu mano. Luego la película en sí, el rodaje ha sido un privilegio y ha ido muy bien al margen de esto.
¿"El procés" ha llegado a influir de alguna manera en la serie?
Ha influido en nuestro estado de ánimo. A mí me ha tenido muy inquieto todo el rato. Pero porque ha estado muy presente. Ahora creo que está menos, pero en aquel momento estaba muy presente en el día a día, en las relaciones con los amigos o la gente de allí. Ha llegado a ser algo muy obsesivo. Pero no ha afectado, ni ha condicionado a lo que cuenta la película, no. Para nada.
Te refieres todo el rato a 'El día de mañana' como una película, ¿te has planteado su producción como una película o como una serie?
Bueno, lo hemos planteado como una película en lo que se refiere a la organización, a la metodología, rodando partes distintas de capítulos distintos en un mismo día. Aunque tampoco creo que haya, o tenga por qué haber mucha diferencia entre las dos cosas una vez estás fuera de un plató. Nunca había rodado tanto tiempo la verdad, hemos rodado 75 días seguidos. Ha sido como hacer cuatro películas seguidas. Y la factura para mí es como de película, la he rodado como he rodado cualquiera de mis otras películas. Relativamente, hemos tenido medios y tiempo, sobre todo para lo que es la televisión aquí. Pero la montamos en una pantalla grande, la mezclamos en una pantalla grande, corregimos el color en una pantalla grande. Y a mí me gustaría que se pudiera ver en una pantalla grande.
Ahora que dices lo de la pantalla grande, me comentó Cesc Gay que era muy consciente de que el espectador vería 'Félix' en cualquier lugar o a través de cualquier dispositivo que tuviera a mano, que lo importante era que tuvieran interés en verla. ¿Piensas igual?
Sí, bueno... yo parto de la base de que los espectadores "de pago" son espectadores activos, por decirlo de alguna manera. Es como lo que ocurre con el cine, con eso del "willing suspension of disbelief". Esa predisposición a creer en lo que te van a contar por el hecho de haber pagado una entrada. O sea, que al pagar la cuota mensual tu estás comprando el deseo a creerte lo que te echen. Si no pagas, yo creo que lo de ves de una manera más distante, más escéptica. En la televisión convencional funciona de manera que tu puedas seguir la historia mientras mientras estás batiendo los huevos en la cocina. En la televisión de pago, en la series de pago se pueden permitir un minuto de silencio. Cosas así. Igual me equivoco, pero entiendo que la persona que se sienta a verla toma una decisión consciente y activa de ver algo concreto, mientras que en la televisión convencional consiste más en hacer una pasada, y a ver que me echan. Es el principio de las terapias: Si no pagas, no te curas. Aquí es que si pagas, tienes que atender. El hecho de pagar ya te convierte en un espectador más atento y exigente. Aunque es algo que a la hora de rodar tampoco lo tienes demasiado en cuenta. También una película la acaba viendo más gente en televisión que en una sala de cine, y no por ello dejas de rodar como si fuera una película. No hay tanta diferencia, aunque por ejemplo no puedes abusar tanto de planos generales, y a la hora de mezclar el sonido es verdad que en televisión se emplasta más, por lo que el planteamiento sonoro es diferente y no puedes ser tan selectivo.
Respecto a tus otras experiencias en televisión, como por ejemplo la serie de 'Todas las mujeres' para TNT.
Diferencia de presupuesto y de tiempo. Aquella la hicimos con cuatro duros. Fue una apuesta muy valiente también de Domingo Corral, que es ahora el director de ficción de Movistar+ y que fue uno de los productores. Pero fue una apuesta mucho más pequeña, mucho más modesta, basada básicamente en el guión y en los personajes. Ahí no había ni medio croma. En 'El día de mañana' hay un gran envoltorio además de la historia y los personajes. Al tratarse de una serie de época nos parecía fundamental cuidar el arte, el vestuario, la fotografía, todos los detalles. Ahí es donde nos jugamos la credibilidad de la historia y de la serie. Eso lo hemos cuidado, y hay un despliegue importante en ese sentido.
¿'El día de mañana' podría haber sido una película? O sea, me refiero a que igual que se hizo una versión de 'Todas las mujeres' como película, ¿se podría hacer una adaptación como película de la obra de Ignacio Martínez de Pisón?
Yo creo que si se hubiera hecho película, hubiera durado casi tanto como la serie. 'Todas las mujeres' eran tres horas y la dejamos en la mitad, 90 minutos. Pero de hacer lo mismo con 'El día de mañana' la dejaríamos a medias. Debe de estar entera. Abarca unos 12 años en la vida de esta gente. No se entendería, siempre estarías quitado información relevante. Sería algo muy deslavazado y que perdería toda la emoción. No la veo como película "cortada". Aunque me gustaría que se pudiera ver en algún sitio toda entera, en una pantalla de cine.
Sobre esto último, ahora que se ha puesto de moda estrenar toda la temporada de una serie de golpe, ¿qué crees que es mejor? ¿verla toda del tirón como si fuera una película, o respetar la estructura de capítulo a capítulo? ¿Piensas que es algo que puede influir en la recepción de la serie?
Según dicen la gente prefiere tenerla entera y decidir ellos mismos. El espectador de pago parece ser que le gusta más así, que sea a su ritmo. No existe esa fidelidad de esperarse una semana a ver el siguiente, porque a saber dónde voy a estar la semana siguiente. Al espectador de pago le gusta decidir el cuándo ver algo, y cómo verlo. Si me engancha la veo entera, y si no me gusta la dejo cuando quiera.
¿Para qué "dividirla" entonces capítulo a capítulo?
Hombre, hemos cuidado mucho los finales. También los principios y lo que sucede entre medias, pero sobre todo los finales. Cada película o serie requiere de una estructura, y aunque la veas del tirón una serie no deja de ser una sucesión de capítulos, más en una producción como esta en la que hay saltos temporales.
Te lo comentaba porque siempre he pensado que, por ejemplo, 'Perdidos' o 'Juego de tronos' no hubieran funcionado igual de haberse estrenado de golpe. Porque no tienes esa semana entre medias durante la que discutir sobre ella, interactuar con otros espectadores o alimentar las expectativas.
Pero claro, no todas las series son como 'Perdidos' o 'Juego de tronos' ni suscitan el mismo impacto social.
Pero ya que se cuidan especialmente los principios y los finales de cada capítulo, ¿no crees que, como creador, habría que dejar un tiempo entre capítulo y capítulo para dejar que la obra repose un poco en nuestras cabezas? Mantener un poco en el aire esa expectativa o ese suspense de un final abierto, aunque fuera solo una hora.
La verdad es que Movistar ha apostado por este modelo. No sé, no me he parado a pensarlo, no ha sido algo que nos hayamos planteado, que si el formato HBO o el formato Netflix. Yo la verdad, cuando veo una serie, yo como espectador quiero tenerlas ahí, a mano. Paso de esperar. Es que llevamos una vida tan complicada que no sé, yo no sé si me acordaré luego de lo que estaba viendo. Te tiene que enganchar mucho una serie como para estar pendiente de ella de una semana a otra, y estas series que me comentabas son series que enganchan mucho. Son también producciones muy sólidas. Y además vienen con un despliegue promocional muy fuerte. Pero yo como espectador soy muy infiel, a mi me cuesta mucho.
Siendo "tan infiel" como espectador y ahora que hay tantas y tantas series, ¿qué crees que es lo que hace a tu serie especial frente a todas las demás? ¿Por qué la recomendarías por delante de otras?
Para mí la serie, lo que la hace especial, es que cuenta una interesante historia sobre una época que se ha visto muy poco. Y que lo que muestra es la búsqueda de la identidad de una ciudad, de un país y de unos personajes que no saben muy bien hacia dónde van. Pero que está contada de una manera que está alejada del realismo. Que no es una crónica del momento, sino una fábula sobre cómo estos personajes vivieron aquella época. Entonces, es una historia de época pero contada de manera un poco "fabulada". Que no idealizada, sino basada mucho en los personajes, con un trabajo de actores que están muy bien todos, creo, y con una puesta en escena de cine, en todos los sentidos.
Karra Elejalde es uno de los protagonistas de la serie, pero sin embargo tarda tanto en aparecer en escena que casi se podría haber "omitido" su presencia en el reparto para que fuera una sorpresa. Que la gente sepa a menudo demasiado sobre aquello que se va a poner a ver, ¿lo consideras algo positivo o negativo?
Yo creo que es inevitable. Como todo lo inevitable, cuando no hay remedio no hay dolor, que decía Zoé. Es lo que hay, es algo que no está bajo nuestro control. Con el personaje de Karra Elejalde, que no aparece hasta el cuarto capítulo, acordamos que no entrase hasta la segunda parte de la serie porque es un personaje que lo transforma todo. Si hubiera estado diseminado a lo largo de lo seis capítulos hubiera resultado falso y mucho menos intenso. Aparece cuando aparece, y es un revulsivo. Lanza la serie hacia otro lado, le imprime otra dinámica distinta, lo que resulta muy interesante. Al tener claro que lo iba a hacer Karra, preferíamos concentrar el personaje. Tampoco había espacio para desarrollar su trama a lo largo de los años, hubiera estado forzado. Tenía más sentido, nos parecía más real, más orgánico para la historia que apareciera en un momento concreto de la vida de Justo. Con las series pasa eso a veces, a veces notas que han hecho un capítulo de más porque "tenían que hacerlo" pero que no había material para hacerlo. Siempre suele haber un capítulo, de doce o de trece, que te lo puedes ahorrar, es normal, son muchos capítulos. Pero claro, tienen que ser trece sí o sí.
Respecto a la novela, ¿ha habido muchos cambios? ¿cambios sustanciales o importantes?
Sobra la novela me tranquiliza y me llena de orgullo que la ha visto el escritor, Ignacio Martínez de Pisón, y que está encantado con la serie. Ha habido cambios, hay personajes que tienen más presencia en la serie que en la novela. Hay otros que desaparecen, porque no cabían todos. Hay bastantes cambios, son dos medios diferentes, pero digamos que cuando haces una adaptación lo esencial es esa cosa tan difícil de definir como es, atrapar el espíritu de la obra, de lo que quieres contar.
¿La duración y el formato de la serie están marcados de antemano, o son los que surgieron tras el desarrollo de la historia?
No, el acuerdo eran seis capítulos de en torno a 50 minutos cada uno. El proyecto fue una propuesta de Fernando Bovaira, de Mod Producciones, que tenía el acuerdo con Movistar para hacer esta adaptación. Entonces me lo propuso a mí, yo lo leí y me encantó. Me gustó mucho la obra de Ignacio Martínez de Pisón y que el proyecto viniera respaldado por quien venía respaldado. Era la garantía de una apuesta fuerte, pero también de una apuesta fuerte por el rigor y la calidad. No se trataba de hacer algo por hacer algo.
Después de la experiencia de 'El día de mañana', si estuviera en tu mano, ¿preferirías seguir en el medio televisivo o volver al cine?
He disfrutado muchísimo de la experiencia, porque estoy acostumbrado a hacer cine de una manera que resulta mucho más estresante. Porque los procesos son muy largos. Hay que buscar una financiación cuando en televisión ya vienen financiadas. Y esa es la parte más dura para los que nos dedicamos a esto. Es un vía crucis. Con las películas nunca sabes que va a pasar, sin embargo con las series cuando vas, vas. En el cine también gastas muchas de tus energías en esa búsqueda de financiación. Por eso he disfrutado tanto esta experiencia, me he podido centrar más en la historia que en los procesos que hay alrededor. Además, la presión a la hora de presentarla no es la misma que hay en el cine, en donde parece que te lo juegas todo a la noche del estreno. A las 22:30 ya te han dicho si la película está viva o está muerta, y por estadística ya sabes que en el 90% de los casos está muerta. La sensación de jugarte tres años de trabajo en una sola tarde es bastante angustiosa. En cambio con las series eso no pasa, tienen mucho más recorrido por delante, y más una como 'El día de mañana' con la que no se busca una segunda temporada.
¿No crees entonces que 'El día de mañana' pueda tener algún tipo de continuidad si tiene éxito?
No, no creo. No debe tampoco, es una historia cerrada. Hay que hacer otras historias. Si acaso un spin-off con algún otro personaje y en otra época o lugar. Hay un par de ellos que podría ser interesante explorar desde otras perspectivas.
¿Quién es Justo Gil?
Esa es la pregunta a la que trata de responder ante todo la serie. Una pregunta que no es fácil de responder.
¿Siempre fue Oriol Pla?
El productor lo tenía claro, y cuando le ví me pareció impresionante. Me parece un actorazo, al nivel de los mejores actores de este país. Es difícil encontrar un actor tan joven con ese nivel de implicación, de energía y con esa variedad de registros, con esa capacidad para generar empatía. La sensación que siempre tenía con él, como con el personaje de Justo, es que resulta muy difícil dejar de mirarle. Está tan implicado, tan metido en lo que hace que no puedes dejar de prestarle atención. Te anima a saber más sobre él. Tiene esa capacidad.
¿Alguna referencia en particular?
'Carlos', de Olivier Assayas, que es una miniserie fantástica. Vimos muchas películas de Truffaut, de Godard, de Costa-Gavras, de Saura. Todo lo que pudimos de aquella época. Algunas películas de Jorge Grau o de Josep Maria Forn, que trascurrían en la Barcelona de la época. 'Munich' de Spielberg, porque también cuenta una historia de activismo en los años 70. No hay nada concreto, pero sí muchas cosas de este estilo.
Por último, ¿qué crees que has aportado tú a 'El día de mañana' que no hubiera podido aportar nadie más?
Bueno, hay varias cosas. Pero para mí ha sido fundamental una decisión en particular que tomamos al principio, o bueno, que tomé con el apoyo de los productores y que ya he comentado antes. Que no quería hacer una crónica de la época. Que había que contar un cuento, por así decirlo. Y llegue a esta conclusión gracias al trabajo con los actores. Recuerdo largas charlas, especialmente con Karra, tras las que llegue a esta conclusión. Había que diferenciar el color gris de la época y la España aquella tan siniestra de cómo contarla. No puedes aburrir para contar el aburrimiento. Tienes que divertir para contar el aburrimiento. Ahí es dónde radica el trabajo de un director. En contar la historia de una manera que pudiera tener luz. Como esos actores, tipo James Gandolfini o Philip Seymour Hoffman, que brillan en la penumbra. Personajes trágicos pero con mucha luz, que brillan justo cuando están a punto de explotar. Buscar la luz dentro de la oscuridad creo que le aporta una capa fundamental a las historias. Y ahí es dónde me he empeñado con 'El día de mañana', en contarla de esta manera.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Tan solo un mes después de su lanzamiento ya es una de las series con más éxito de la plataforma, superando en consumo a series de referencia como 'The Big Bang Theory'. Más del 90% del consumo de 'El día de mañana' se ha realizado a través del servicio bajo demanda.
El efecto boca-oreja ha conseguido que desde su estreno el 22 de junio hasta hoy sea la serie de pago más vista de Movistar+ y que un mes después siga liderando el ranking, manteniendo una alta tasa de fidelidad desde el primer episodio hasta el último. Una tendencia que se expande gracias a la recomendación de los clientes de la plataforma: 9 de cada 10 espectadores de la serie la recomiendan.
Según un estudio realizado por Movistar+ para medir la valoración que hacen de la serie los clientes, 'El día de mañana' es una de las series mejor valoradas de la plataforma con un índice de 95 puntos sobre 100.