Sasha Grey (Marina Ann Hantzis) es una actriz de pornografía hardcore. Catalogada como una actriz sui-géneris por la forma en cómo se expresa de su profesión y una clara inteligencia superior que no se da demasiado en ese negocio, recibe la oportunidad de mano de Steven Soderbergh (¡El Soplón! - 2009) quien se distingue por la dura crítica a la sociedad en que vivimos. No podemos negar el morbo de ver a la srita. Grey quien tiene la oportunidad de "enmendar el camino" como se hace referencia al pasar de la industria del cine para adultos al del séptimo arte (no precisamente este sitio web).
Sexo, intimidad y dinero es lo que se muestra en esta producción dónde Soderbergh se mueve a sus anchas experimentando con la cámara a placer, generando tomas bellas en su estética y dando rienda suelta a todo el potencial de una cámara de alta definición y un presupuesto raquítico para este proyecto tan personal.
Desde el inicio, se establece una línea de tiempo no lineal y confusa para el espectador que tiene que ir entendiendo este filme lleno de diálogos y escenas que pueden parecer no tener sentido en lo absoluto. Poco a poco todo se va dilucidando, dejando entrever el objetivo del director. Chelsea (Sasha Grey) es una "acompañante" que cobra 2000 dólares la hora, como tal todo lo que gira a ella es glamur, desde las boutiques exclusivas hasta los clientes y sus pláticas sobre los sistemas financieros de Wall Street. Pero esta acompañante en particular tiene algo especial; es una de las pocas que lleva una relación formal con su novio Chris (Chris Santos) quien la acepta tal como es. El conflicto es más que evidente.
La psicología de esta persona queda al criterio del espectador, analizando sus decisiones, valores, moral y sentimientos. Además queda claro como ellas mismas (la chica tiene 22 años) está sola en un trabajo lleno de peligros y de momentos humillantes que vale la pena explorar a plenitud. Grey a pesar de no ser una actriz consumada, hace bien su papel al poner de su experiencia personal para hacernos comprender que lo que su personaje vende no es sólo sexo sino es la ilusión de intimidad (de ahí el nombre de la película).
Un trabajo bien realizado con sólo una falla grave que es la edición. Las tomas son lejanas y en tonos ocres/oscuros con un juego de luces exquisito pero que dificulta muchísimo el reconocimiento facial de los personajes secundarios y deja casi su peso total en los diálogos que en caso de fallar en cierto momento deja al espectador a la deriva y puede hacer que la historia se pierda debido a la pobre edición que no ayuda del todo a conectar los diferentes tiempos y planos planteados. A veces tanta arte es contraproducente.
"The Girlfriend Experience" es una experiencia que se debe vivir.
Por Jálex
¿****?
¡Saludos!
Bendito internet.