'Operación Fortune: El gran engaño' - Misión: Posible
'Operación Fortune: El gran engaño' es, básicamente, una película de 'Misión: Imposible' dirigida por Guy Ritchie en lugar de por Christopher McQuarrie y protagonizada por Jason Statham en lugar de por Tom Cruise. Es, básicamente, lo mismo... pero mucho más de andar por casa y mucho menos refinado. Es, básicamente, un simple entretenimiento, un simple entretenimiento más básico y funcional, más no por ello menos efectivo.
Eso sí, todo es demasiado fácil y sobre todo superficial; la escenas de acción son justitas y Statham no destaca ni se esfuerza como lo haría Cruise; el clímax es bastante flojo, incluso rutinario; y el papel de Josh Hartnett está muy desaprovechado. De hecho, podría haber sido un crossover perfecto con 'El insoportable peso de un talento descomunal'. Podría, pero no. Ritchie y Statham no levantan la mirada y van sólo a lo suyo.
¿Y qué es lo suyo? Cumplir, más que de sobra, y funcionar, a su manera pero bien. Se echa en falta algo más de ambición, algo más de encanto y algo más de intención; sobre todo si, como parece, se pretende que sea una franquicia. A la hora de la verdad es como si estuviese hecha con el piloto automático, sin suponer ni un gran esfuerzo ni algún tipo de reto para cualquiera de los presentes. Le basta, y a la vez, también, le falta.
O sea, dependiendo de nuestra ambición, el resultado nos será más o menos válido; también, dependiendo de lo dura que queramos que sea la comparación con la franquicia de 'Misión: Imposible'. Ni punto de comparación. 'Operación Fortune: El gran engaño' sería la serie B baratita, simpática y resultona que ni puede ni quiere ni necesita ocultar lo que es: un producto de consumo rápido por el que su protagonista no se jugaría nunca la vida.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Guy Ritchie y Jason Statham vuelven a colaborar juntos por 5ª vez (y eso que estuvieron unos cuantos años sin juntarse) en esta película que es de esas propuestas que da justo lo que promete: entretenimiento del bueno para desconectar el rato que dure la película.
Jason Statham viene a hacer aquí una especie de James Bond sin tanto glamour alrededor, pero casi con el mismo carisma y mejores dotes para pelear junto a un grupo de caras conocidas del cine de Ritchie como son Eddie Marsan, Josh Hartnett o Hugh Grant, junto a la incorporación de Aubrey Plaza aportando partes cómicas o Cary Elwes como compañero de fatigas de Statham.
Seguramente, Guy Ritchie haría esta película para divertirse un rato o como condición para otro trabajo y se nota, pues la trama es tan fácil como el mecanismo de un chupete y lo salva lo llevadero que es (si bien hacia el final se hace algo larga) y el carisma de sus actores; especialmente la de un Jason Statham al que siempre es un gusto verle pelear y salvar lo poco que queda en pie del cine de acción junto a Keanu Reeves, Scott Adkins o Dwayne Johnson. Si no fuera por gente como el actor de 'Transporter' y compañía, el género estaría bajo mínimos (adoro a los mitos como Stallone o Schwarzenegger, pero su sitio ya no es, por desgracia, las grandes ligas de la acción).
En otro pretexto hablaría largo y tendido de la trama y la analizaría lo más posible, pero es tremendamente sencilla y profundizar en ella sería perder mi tiempo y el suyo si han dedicado unos minutos a leer esta reseña, por lo que solo queda desconectar el cerebro y disfrutar de las peripecias de Orson Fortune y compañía en diversos lugares del mundo con algunos golpes cómicos graciosos, dosis decentes de acción y suspense y la solvencia de su elenco.
Si alguna vez se han preguntado como sería Jason Statham interpretando a James Bond, creo que esto es lo más cerca que van a ver.
6
No se hace pesada, podría calificarse de entretenida. Pero es lo mejor que puede decirse de ella.