¿Tener un buen guión es importante? Sin duda. ¿Pero es imprescindible? Aunque ayude bastante lo cierto es que no, si bien currárselo un poco será un valor añadido que un espectador contribuyente siempre sabra agradecer. Porque siempre al margen de la maña aplicada no es sólo la palabra escrita, también influye mucho la óptica con la que se mire y las expectativas que se depositen en ella. Sirva de ejemplo en la sala de al lado 'Millennium', ante todo una (notable) película de David Fincher antes que un remake que auna un guión con un enfoque y unas expectivas adecuadas a este. Por desgracia no es el caso de 'La hora más oscura', una prometedora serie B que falla allí donde se hubiera podido hacer fuerte al no asumir plenamente su condición de serie B... sin condiciones. Y así es como se pierde la guerra con el espectador.Si por alguna de esas casualidades que a veces ocurren en la vida yo fuese realizador, quien sabe, como amante de la sci-fi 'La hora más oscura' es el tipo de película de la que una vez vista en esta (cruda) realidad me hubiera gustado encargarme, por supuesto en esa dimensión paralela en la que también dispondría de los medios, el dinero y la libertad para hacerla como a mí me viniese en gana, para que no se diga, no vaya a ser que la fantasía se nos torne en impotencia por no hacer las cosas como Dios manda. No sé en el caso de los demás donde les situará su imaginación cuando les sitúa haya donde la vida no les ha situado, pero en mi caso prefiero evitar la silla de cualquier maestro y optar por aquella en donde mi presencia podría ser realmente útil... como es el caso de 'La hora más oscura', una producción en la que se podría haber tenido fe de no ser por el mal uso que se han hecho de sus propios recursos, sean los que sean que hay quien incluso con tan sólo una cámara se ha montado una franquicia "paranormales".
El concepto es el concepto, como diría Pazos, y de poco sirve pensarlo si luego no se sabe desarrollar, siendo no pocas las veces que durante el visionado de 'La hora más oscura' uno es capaz de sopesar opciones mucho más interesantes, o simplemente interesantes, de las que se muestran en pantalla. La premisa conceptual de la que parte es sumamente estimulante, no por el ya habitual recurso de la invasión por parte de turistas alienígenas con muy mal caracter, sino por las variantes que sobre este concepto se podrían haber introducido aprovechando tres elementos en particular (que nada tienen que ver con el 3D): Una cultura desconocida, una ciudad extraña y unos invasores virtualmente invisibles. Sí, sobre el papel 'La hora más oscura' posee potencial, el principal problema es que este se queda allí, sobre el papel, sin exprimir las ideas que intuímos puedan surgir en favor de un guión fácil, simple, plano y convencional incapaz de darles una excusa convincente a sus personajes por la que merezcan siquiera existir, no digamos ya sobrevivir, y que hacen de la producción una constante huida hacia ninguna parte, sin destino más allá de marear la perdiz hasta que el cronometro marque los 90 minutos de rigor aunque haya que recurrir a una especie de versión rusa de los hombres de Arensivia que no pegan ni con el doblaje.
Además la cinta padece de una especie de complejo de precuela de no sabemos el qué, esperando a Godot tal vez y dejando para mañana lo que se debería haber hecho hoy, como si fuera más bien una especie de piloto televisivo realizado con la esperanza de que un productor le vea futuro para hacerla de nuevo en serio (y en serie, que esa escena final remite más a la última temporada de la 'V' original que a 'Independence Day'...), ya sea con el chiste del Ketchup o no. ¿Es esto un problema relevante en realidad? No tendría por qué serlo, dada la coyuntura, aunque no podamos obviarlo. Porque si echáramos la vista atrás veríamos que no son pocas las películas de esta índole que pueden ser acusadas de lo mismo, todo sea por la energía, pasión y ganas con las que han sido preparadas y las distintas variantes con las que se han envuelto para hacerse fuertes ante el espectador, caso de pongamos por ejemplo 'Invasión a la Tierra' -pese a quien le pese- donde entre otras cosas la cámara nerviosa de Jonathan Liebesman -a quien por cierto esperemos no se lo coman los titanes como a Louis Leterrier- le ponía salero al asunto.
¿Energía? ¿Pasión? ¿Ganas? Vista la nadería que nada esconde de su funcional guión, algo por demás incluso exigible en ocasiones -y con esta potencial serie B juguetona podría ser una de ellas-, es en su puesta de largo donde 'La hora más oscura' pierde la batalla con el que debiera ser su audiencia potencial, porque si bien su look visual es muy competente y sus efectos especiales muy apañados (mención especial a cómo "matan" los alienígenas) la realización carece de garra, nervio y emoción permitiendo que las peripecias de Emile Hirsch & compañía nos la traigan al fresco al no encontrar tensión o suspense en su narrativa, carente de ritmo y un tanto morosa, y dando pie a que la aparición y desaparición (literal) de los sucesivos personajes no marquen mayor punto de inflexión que la clásica pose que igualmente nos puede valer para un comercial sobre las hemorroides, evidencia clara de que no hay chicha ni limoná que defender en una producción que parece hecha por hacer, por compromiso.
Ni tan siquiera encontramos una banda sonora decente, la verdad, muy anticlimática y poco predispuesta a salir al rescate cual Hans Zimmer o John Powell por citar dos de los más grandes ejemplos de superhéroes de la industria. Si a eso le sumamos que se trata de una producción de perfil bajo -lo que dicho sin subterfugios quiere decir barata (aunque pretenda disimularlo)- y un uso bastante superfluo del 3-D, por más que Moscú dote de cierto atractivo (visual) a la propuesta no encontraremos en ella ni tan siquiera una escena digna de alumbrar una sala tan oscura. A uno se le viene a la cabeza el nombre de Neil Marshall; habrá quien diga que 'Doomsday' era mala, si, pero era disfrutable en la misma medida, básicamente porque se sabía de serie B... de cachonda serie B. 'La hora más oscura' no tiene ni pizca de gracia, y así es complicado caer en gracia a una audiencia cansada ya de reyertas de patio de colegio. Al menos no es tan mala como 'Skyline'... es un consuelo, y visto así en comparación incluso tiene un pase.
Nota:
4.0
por Juan Pairet Iglesias