El cartel más famoso del mundo del cine fue creado en 1923 por el constructor H. J. Whitley como parte de una campaña publicitaria para promocionar una urbanización. Al principio se podía leer
Hollywoodland hasta que en 1949, cuando paso a depender del Departamento de Parques y Jardines de la ciudad, las autoridades decidieron prescindir de la coletilla para que representara a toda la ciudad. Con el paso de los años se ha convertido en todo un icono de la meca del cine y un monumento nacional a la altura de la Estatua de la Libertad o el puente Golden Gate, siendo nombrado oficialmente como tal en 1973. Ahora, una empresa de promoción inmobiliaria pretende comprar la finca que rodea al glamuroso letrero, conocida como Cahuenga Peak, para construir allí una urbanización de chalets de lujo. En teoría, aunque el cartel de Hollywood no puede tocarse al tratarse de un monumento histórico, no así en las tierras colindantes que podrían ser urbanizadas sin mayores inconvenientes.Bajo el lema "Save the Peak", la organización benéfica Trust the Public Land trata de recaudar los 12,5 millones de dólares que asegurarían la supervivencia intacta de la mítica imagen reconocida por todo el mundo, y en función al acuerdo alcanzado con Fox River, el grupo inversor de Chicago que compró en 2002 por 1,7 millones de dólares el área localizada detrás del conocido cartel. La fecha límite para conseguirlo es el próximo 14 de abril, y aún les faltarían unos 5,5 millones para cubrir dicha cifra, de ahí que se hayan animado a realizar un llamamiento público para generar toda una campaña popular en favor de su causa. La organización ha conseguido hasta el momento contribuciones de instituciones como The Tiffany & Co. Foundation y el apoyo de estrellas de la pantalla como Virginia Madsen, Julia Louis-Dreyfus o Tippi Hedren, así como el apoyo de la mayoría de los políticos locales.
El pedazo de tierra de la polémica se sitúa justo detrás del cartel y mide sólo unas 56 hectáreas. Durante los últimos 85 años, ha pasado de mano en mano por precios totalmente irrisorios hasta que, en 2002, un grupo inversor de Chicago lo compró por 1,7 millones de dólares al fondo que gestiona el patrimonio dejado por el magnate Howard Hughes, quien se hizo con el terreno en 1940 con la intención de construirle un nido de amor para la actriz Ginger Rogers sin que se llegase nunca a construir. Ahora piden por ella casi 10 veces más y ya hay una empresa dedicada a la construcción dispuesta a pagar esa cantidad por hacerse con ese jugoso botín.
Me decanto más por una campaña publicitaria de la constructora..
Para lo que hay que recaudar ya podrian rascarse los bolsillos los actores y actrices de HOLLYWOOD y dejar una propina en vez de dejar que otros (que no estan forrados) salven un cartel que los representa a todos.