Anthony Hopkins es uno de tantos grandes actores que de repente les entra la vena realizadora y de la noche a la mañana se meten a directores. A Hopkins esto le pasó en 1996 con 'August', un filme que pasó sin pena ni gloria y que el mismo Hopkins dirigió, protagonizó, e incluso le compuso la BSO. Ahora, 10 años después vuelve a ponerse detrás de las cámaras para dirigir 'Slipstream', cinta escrita y producida por Hopkins, que contará en tono de comedia la historia de un actor aspirante a guionista. El argumento ha sido descrito como un complejo cuento surrealista sobre el destino de un hombre.