En directo, desde el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria
Todo festival es un medio para un fin. Ese medio que es el festival, produce el acontecimiento de reunir a una comunidad de espectadores ante una película. El fin al que se apunta, es ese acontecimiento único. Las películas pueden proyectarse una y mil veces, pero el acontecimiento es único.
Os hablamos de tres películas que se han proyectado estos últimos días durante la 18ª edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.
'The Widowed Witch', de Cai Chengjie
Dentro de la Sección Oficial (a competición) se presenta la película china 'The Widowed Witch', última ganadora del Festival de Rotterdam. La cinta cuenta la historia de Erhao, una mujer que cae inconsciente en un accidente y, aprovechándose de su problema de movilidad, será violada por su cuñado; tras este acontecimiento nace en ella una poética idea de justicia que la hará viajar por diferentes pueblos de toda China a ayudar a los más desfavorecidos con una especie de poderes sobrenaturales.
Se trata de una obra única e inclasificable, es difícil entender el tono de la propuesta y, por ello, entrar en ella porque el principio es terriblemente dramático: vemos un plano subjetivo de la violación a esta mujer y, acto seguido, todo gira radicalmente y se convierte en una extraña comedia negra con toques fantásticos. Si esta película fuese latinoamericana podríamos hablar directamente de realismo mágico, pero Asia juega en otra liga que desconcierta a cualquier espectador occidental.
El director Cai Chengjie utiliza el espacio de forma teatral: en un precioso blanco y negro y un elegante 4:3, se limita a filmar un espacio que será alterado por los movimientos de sus actores que, al mismo tiempo, están reencuadrando el plano. Esta forma de filmar hace que la película tenga un ritmo especial, dilata el tiempo, tiempo que se compone de los actos y vidas de estos personajes, un tiempo que manipula como le interesa para demostrar los "poderes" de su extraña protagonista. En cierto momento es capaz de aunar vida y muerte o pasado y presente (como se quiera entender) gracias al uso del sonido, retirando los sonidos del ambiente y dejando únicamente los de su protagonista que está entrando en contacto con el más allá.
'The Widowed Witch' es una extraña y preciosa propuesta para los amantes del cine asiático y los espectadores con paciencia. Es una de esas raras avis que, por desgracia, sólo pueden disfrutarse en festivales y filmotecas pero que siguen exponiendo la parte más creativa y experimental del séptimo arte.
'Scarred Hearts', de Radu Jude
La retrospectiva dedicada al director rumana proyectó el trabajo que en 2016 fuera premiado en Locarno. La película, basada en la novela homónima de Max Blecher, cuenta sus últimos años de vida cuando estuvo convaleciente en un hospital curándose su tuberculosis ósea.
También filmada en un precioso 4:3, esta vez a color con una cuidada paleta cromática y una precisa iluminación, la película se compone de planos fijos que espían cada movimiento de su protagonista. Jude muestra la dureza de la enfermedad a través del sonido: gritos de dolor, sonido de instrumental quirúrgico, del ir y venir de las camillas aparece contrapuesto con la belleza de sus planos comparables a la mejor de las pinturas. Este contraste sirve para mostrar el optimismo con el que el escritor convivió con su enfermedad.
Pese a este optimismo, la película tiene un aire existencialista y nihilista que, probablemente, venga de la obra del propio autor. Sin conocer sus escritos, puede venir a la mente una proustiana percepción del tiempo. En el prólogo de Por el camino de Swann se hacen constantes referencias a estar en la cama, el no poder dormir... y aquí su protagonista pasa todo el tiempo postrado en una, viendo su vida acabarse con tan sólo 25 años. Evidentemente hay una gran distancia vital entre Proust y Blecher, pero en ambos se observa esa hipersensibilidad y obsesión con la existencia humana.
'Europa', de Miguel Ángel Pérez Blanco
La sección Panorama España acoge las películas más osadas y, por ello, menos comerciales de nuestra producción cinematográfica.
'Europa' es un extraño experimento que gira en torno a una pareja que la noche de fin de año buscan una rave que se celebra supuestamente en medio de un bosque. Esto se convierte en un místico viaje a través del espacio y el tiempo que sirve para ahondar en los problemas de la juventud actual.
Es bastante complicado hablar de esta obra porque supone una experiencia sensorial basada en su montaje, sus juegos con la luz, el sonido y la música. Como valoración muy personal, resulta una película melancólica y, hasta cierto punto pesimista, que muestra la desesperanza de la juventud que entra en el mundo post crisis económica y que tiene un enorme vacío existencial por la anulación de Dios como vínculo social.
Quizás esta sea una película que refleja muy bien los auténticos problemas de lo que hoy llaman con desprecio millenial refiriéndose a la supuesta superficialidad de una generación atrapada por su propio presente, sin oportunidades y sin una religión a la que acudir.
por Alex Manzano
@alex8ymedio