Hace prácticamente una semana se cerraba la 6ª edición del festival de cine online organizado por Filmin, el cual responde al nombre de Atlántida Film Fest. Europa diseccionada en 4 partes (Política, Memoria, Fronteras y Generación) y en 49 obras de diferente formato, duración, género y estilo para acercar ese cine tan difícil de consumir en la gran pantalla y que merece, como cualquier otro trabajo cinéfilo, la oportunidad de ser visto y criticado.

Óperas primas, documentales históricos, ejercicios de cine político y dramas dolorosos, entre otros, conforman un catálogo de cintas que permiten el descubrimiento de películas las cuales, obviando su categoría como filmes, son de una naturaleza tan particular como plausible. Es el caso de la griega 'Chevalier', un estudio sociológico que funciona muy bien pero que como película resulta ser una visión absurdamente comedida del más fuerte de la jungla sobre aguas del Mar Egeo.

Un culto al ego destilado a la manera chanante para conformar un cóctel de lo grotesco. 'Chevalier' se ríe de sí misma y resulta cargante y pesada. Lo mejor de la película es sin lugar a dudas la dirección de Athina Rachel Tsangari. Su trabajo, compuesto de planos enteros que absorben todo el poder del paisaje que se muestra, es lo que aprueba la cinta. Ojo con esta señora que es productora de ‘Before Midnight’ y de la 'Canino' de Lanthimos. No es moco de pavo en esto del cine.

Un documental histórico a priori interesante era 'Depth Two'. Desde Serbia se cuenta, con una narración cimentada en voces en off y una estética de parajes desoladores, unos crímenes terribles del duro pasado balcánico. El problema radica en que deja demasiado a las imágenes, cuando lo que importa realmente son los testimonios. Las instantáneas están cargadas de vacío, de dolor nostálgico, de crimen callado por el tiempo, de nada, pero el uso excesivo de esto termina por forzar indiferencia. Sobran 80 minutos para transmitir eso.

Está muy bien que para el final se reserve lo peor, para que golpee e impacte su epílogo, pero no por colocar bien 7 frases lapidarias (porque LO SON) resulta una cinta eficiente. Como plegaria de redención funciona, y como denuncia/homenaje a unos actos tan crueles también, pero no convence como obra. Sí convence como tal, sin embargo, la española 'Berserker'. La película de Pablo Hernando, ganadora del Premio Especial en la Sección Las Nuevas Olas en el Festival de Sevilla, es un filme fantástico que recuerda que la simpleza en el thriller funciona.

'Berserker' es brutal en su inicio (tiene una de las presentaciones más inolvidables de la década a buen seguro), maravillosa en su desarrollo, pues es capaz de embobar a cada paso que traza la trama, pero fría en su epílogo, porque pierde su atmósfera de suspense. Su guión es prodigioso, un relato magnífico de una intriga que enorgullecería a Hitchcock. También sale de la mente de Pablo Hernando, quien además de escribir de miedo, dirige mejor aún. Simbiosis perfecta entre crimen con capas de deducción imposibles y la monótona vida de un escritor, apartado bordado por parte de Julián Génisson. Actuación tan sobria como realista.

Lo mejor que tiene 'Berserker' es el aura de asfixia que inunda el filme, el cual no es solo culpa del guión. Los planos de Hernando, abruptos, con claroscuros, metiendo desenfoques, son creadores de angustia situacional. Esto se desvanece debido a una clausura que más que finalizar, transita. No ocurre nada, no hay ritmo ni más evolución. Puede que a la película no le vaya bien un final tan abierto. Quizá la historia pedía un cierre definitivo. De todas formas, 'Berserker' es un ejercicio mayúsculo de cine, y mejor aún, un bestseller de categoría suprema. Y además es un producto nacional y sale la talentosa y guapa de Ingrid García-Jonsson. Una joya vaya.

El enfoque que se le da al final en 'Berserker' también se puede presenciar en 'Bridgend', drama venido desde tierras danesas de un misticismo desconcertante. Lo que se cuenta en la película es terrorífico, pero el cómo se cuenta resulta demasiado experimental. La fotografía es magnética, atrapa por su belleza fría y opaca, y su trato semi-demoníaco de la juventud es muy interesante, pero da demasiado rodeos de camino a su resolución final. El atractivo argumental es innegable, y su desarrollo es reconociblemente plausible, pero carece de erupciones fuertes, ya que no golpea con la intensidad con la que encara y arriesga.

Significa una lástima porque el logro técnico e interpretativo es formidable. De todas formas, 'Bridgend' deja a las claras que el cine nórdico ha encontrado un filón con la tela atmosférica que crea con la angustia en sus películas. 'Jägten', 'The Here After' (que también se pudo apreciar en el Atlántida Film Fest) y ahora 'Bridgend' son 3 ejemplos prácticos de que el halo de asfixia que las conforman las convierte en dramas cuyo visionado resulta perversamente cautivador.

Estos 4 son algunos de los productos que esta edición del festival tenía en oferta, pero muchos otros también son de categoría destacable, como el meticuloso documental 'Rabin: El último día', sobre el asesinato del Primer Ministro de Israel, Isaac Rabin (el cual fue premiado en Sevilla con el Premio Especial del Jurado), como la película más cara a nivel producción de la historia de Kosovo, 'Babai', un drama familiar sobre la inmigración en los años 90, o como la tremenda 'The Childhoof Of A Leader', ópera prima del británico Brady Corbet donde se explora desde un punto infantil los orígenes del fascismo con la banda sonora más brutal del año.

Por más festivales online, por más filmes made in Europa disponibles, por más cine, gracias Filmin.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_