'Yesterday' - Una cuestión de medida
El antecedente de 'Una cuestión de tiempo' es tan claro que es casi imposible no recurrir a él para hablar de 'Yesterday'; principalmente, para hablar de lo que no es 'Yesterday'. ¿Y qué no es 'Yesterday' si puede saberse? Más claro, agua: No es 'Una cuestión de tiempo'. Richard Curtis intenta repetir la misma jugada que con aquella, si bien todo lo que en aquella suponía una deliciosa y agradable sorpresa en 'Yesterday' es una amarga e incómoda decepción.
¿Pero cuál es el problema? ¿Cuál es el puto problema? Que 'Yesterday' es un intento o bien poco logrado, o bien poco trabajado por ser una nueva 'Una cuestión de tiempo'. Una replica de muchísima menos magnitud. En ambas encontramos un elemento fantástico como "Macguffin" y una interesante premisa a merced de un relato romántico, así como genuino humor británico, un cariz optimista, buena música y una adorable coprotagonista femenina.
El problema está en la medida: Mientras que en 'Una cuestión de tiempo' existía un cierto equilibrio entre sus partes, en 'Yesterday' no lo hay. Literalmente, su clara vocación como comedia romántica acaba tragándose todo lo demás. Como una "típica, predecible y funcional" comedia romántica, añado, transformando, condicionando y reduciendo las muchas posibilidades de su estimulante argumento a una sola. Y si, acaban juntos, felices y sonrientes.
No lo sientan por un spoiler que no lo es por culpa de la deriva progresiva de una película que, parece mentira, sea obra de Danny Boyle, cineasta que al menos suele amagar con salirse del camino. No es el caso de 'Yesterday', una comedia que podría estar al alcance de Adam Sandler (y sucedáneos) de no ser por su elegancia y dignidad, netamente británicas, para no parecer manchado de mierda aunque se este sumergido hasta las rodillas en ella.
'Yesterday' sorprende por su falta de ambiciones o inquietudes, pero sobre todo, por la alegría con la que pisotea, desprecia, insulta a una premisa potencialmente tan golosa para cualquier persona con un mínimo de creatividad. Pudiendo apuntar hacia alguna parte, 'Yesterday' apunta tan bajo que incluso se siente como una traición. Como si alguien hubiera convertido 'Atrapado en el tiempo' en '50 primeras citas' con alevosía y nocturnidad.
En realidad, 'Yesterday' es como un reflejo de 'Una cuestión de tiempo' donde sus defectos se han amplificado considerablemente mientras sus valores han menguado en la misma proporción. Ya no hay equilibrio ni disimulo, ni tampoco una sucesión de chistes que lo compense todo. 'Yesterday' es una vulgar comedia romántica, dicho sea con el debido desprecio hacia quién pudiendo elegir a la chica se ha quedado con la multinacional.
Siempre nos quedará el aura de Lily James o la divertida honestidad de Kate McKinnon. Algo es algo.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex