'Venom' es un pasatiempo conservador con algunas cosas bonitas, y otras cosas no tan bonitas regado con la habitual sobredosis de efectos creados por ordenador, como en la mayor parte de las pelis de superhéroes, bastante convincentes salvo por lo conscientes que somos, a estas alturas de la partida, de su condición de efectos digitales... y salvo por su abuso desmedido en un momento tan inoportuno como su teórico clímax (y que en la práctica no lo es). Un pasatiempo conservador para todos los públicos, a diferencia de 'Predator', pero que al igual que ocurría con la cinta de Shane Black, no logra evitar que reparemos en su condición de película reformulada en la próloga. Una versión beta de lo que podría y/o debería de haber sido, y que se nota de igual modo que se notó con 'Cuatro Fantásticos': Un tercer acto muy precipitado o un villano prometedor que acaba tan desdibujado, como un mero pelele, son síntomas de ello. Y es una lástima, aunque tampoco lo sea: Cumple como blockbuster para calmar bajas expectativas, las de quién se deja distraer sin más consideraciones, y dentro de su especie no es más derivativa o genérica que cualquier otra película "de orígenes" con vocación de futura precuela. Y es una lástima, aunque tampoco lo sea: El poder de la imperfección y los universos paralelos, de como su potencial no explotado se convierte en un estimulante juego para nuestra cabeza. Y por supuesto Tom Hardy, en su doble papel y con su doble juego, un actor de sobra preparado para sostener sobre sus hombros una película de este tipo. Como si las 'Cinco horas con Mario' pudieran ser las 'Cinco horas con Venom'. Un placer del que se abusa poco, pero del que no se hace mal uso a la espera de comprobar si, como finalmente paso con Hugh Jackman o Ryan Reynolds, el actor es capaz de apoderarse de su alter ego, o por contra, sucumbe ante él. Porque por lo demás, no mucho más... no al menos por el bien de la humanidad, con Michelle Williams, de ejemplo, corroborando aquel "porque pagaban bien". Ruben Fleischer no es un director especialmente dotado, y 'Venom', la película, tampoco lo es. Una producción con unas posibilidades que por el camino han quedado reducidas a lo básico y funcional; a ese punto medio dónde nadie gana o pierde. A enseñar los dientes, pero sin morder. Para todos, y para nadie. ¿Y ahora qué? La referencia a 'X-Men Orígenes: Lobezno' no es casual: Miren dónde empezaron los mencionados Hugh Jackman y Ryan Reynolds, y dónde han terminado. Eso es, paciencia, cruzar los dedos y a tener fe en el ser humano: Además de una versión más pulida en formato doméstico, a esperar una secuela con moderada curiosidad e interés. Todo sea que aprendan la lección, que escuchen a su antihéroe interior. El potencial y Tom Hardy ahí están. PD. Dos escenas post-créditos, aunque la última es "un avance" de otra película.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex