Advertencia: 'El rascacielos' es una de esas películas sobre las que se recomienda no pensar. Literalmente. Porque es de esas películas que cuanto más piensas en ellas, más reparas en lo... iba a decir en "lo estúpida que es" pero en realidad esa no es la manera más oportuna de describirla. La forma más adecuada sería tal vez... ¿infantil? Pues sí, firmemente es un sí: Que el término "infantil" le va como anillo al dedo a este nuevo primo lejano de John McClane.

Para entendernos, en la película hay dos escenas de acción en las que un servidor ya había pensado. Como el que piensa en cualquier otra cosa. La diferencia es que yo no soy Dwayne Johnson y no tengo detrás de mi a un productor deseoso de invertir dinero en mis ideas. Algo así cómo lo que decía el guionista Chris Morgan sobre la franquicia de 'A todo gas': Primero pensamos en las escenas de acción, y luego escribimos el guión en base a ellas.

'El rascacielos', para un guionista, podría ser un encargo a lo "tengo una idea para una escena de acción" que quiero que encajes en un guión. ¿Alguna referencia en particular? Sí, por supuesto, la misma puta referencia de la que lleva viviendo el cine de acción desde hace exactamente 30 años: 'Jungla de cristal'. Dicho y hecho: Un par de escenas de acción, una película anterior con la que coger impulso y Dwayne Johnson. Pero sobre todo Dwayne Johnson.

Al igual que ocurre con el 98% de las restantes películas que se describen mencionando a 'Jungla de cristal', 'El rascacielos' NO es la estupenda película de John McTiernan. Una película que se engrandece a través de detalles como el de ese pérfido terrorista que roba discretamente una chocolatina como si fuera un niño pequeño, justo antes de un tiroteo. Aviso de spoiler: Dwayne Johnson no muere. Reaviso de spoiler: Dwayne Johnson no es de este mundo.

'El rascacielos' es una versión rácana y simplona de 'Jungla de cristal'. Una hamburguesa del McDonald's servida a palo seco, sin una mísera rodaja de pepinillo que aporte algún pequeño matiz. Una película que podríamos tildar de estúpida... si nos paramos a pensar lo más mínimo en su fútil y superflua colección de clichés. Y un castillo de naipes que además desperdicia por completo, de manera vil, un entorno con tanto potencial como La Perla*.

¿Qué sucede si desconectamos por completo el cerebro? Pues que tenemos, lo sugerido al inicio, la versión "infantil" de una película de acción que parece improvisada en una servilleta el día antes de comenzar el rodaje. Unos 100 minutos de distracción que deambulan por pantalla como lo hace una vulgar película de animación para críos. En punto muerto, y con la resignación del "o comes o te vas a la cama". Y a seguir usando 'Jungla de cristal' como referencia.

*El edificio en el que transcurre la acción.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex