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'El muñeco diabólico' - Un jodido muñeco

Vía El Séptimo Arte México por 12 de julio de 2019
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Hay dos formas de enfrentarse a un remake: con la cabeza o con los huevos. Con la cabeza, siendo consciente de lo que hay; con los huevos, lo que a mí me salga de los huevos. Y si no hay que bajarse del burro, no hay quien me baje del burro. Ni a hostias, que como bien nos ha enseñado "la casta" la realidad es una impresión voluble y maleable. Es como lo de 'Good Omens', que al final lo que te preocupa de una guerra no es la posibilidad de una guerra en sí misma, sino la posibilidad de que puedas perderla.

En fin, desvarío para variar (y rellenar). Si Chucky es un icono no lo es, precisamente, por la calidad de las distintas películas que ha protagonizado. Tuvo éxito a finales de los 80, mucho antes de que internet inventase ese mundo en el que al mismo tiempo Christopher Nolan estaba inventando el cine. Lo pensemos con la cabeza o con los huevos, Chucky no es como el Joker de Jack Nicholson o el Bitelchús de Michael Keaton. Es un icono, no una estrella de cine. Y nació en un momento que, actualmente, era muy propicio para los iconos.

'Muñeco diabólico', este o la de 1988, es una película sobre un muñeco con instintos homicidas. No le pidas la misma sensibilidad que a los juguetes de Pixar; tampoco, mucho más (ni menos) que a lo que vendría a ser un filme de serie B como el que buenamente puede ser, y de hecho, es. Por más que el canon actual exija un acabado formal con menos caspa y cartón que antaño... aunque sus responsables, como prueba evidente de responsabilidad, hayan mantenido aquello que más "encanto" dota a la película: Que Chucky sea un muñeco.

Un jodido muñeco, extraño al principio pero amigo al final. Este 'Muñeco diabólico' como corresponde a un buen remake, no es tanto una nueva versión como una relectura conceptual adecuada a los nuevos tiempos sin perder, por el camino, su espíritu como humilde relato de amistosa inquietud doméstica. Un horror tecnológico muy propio (y casero) de series como 'The Twilight Zone' que a pesar de un desarrollo consecuente, y por ende, lineal y previsible, se hace fuerte en la complicidad que despierta su muy acertado compadreo humorístico.

Y es que este 'Muñeco diabólico' tiene un planteamiento muy sólido, como remake y como afable película de género. También, como un eco de la modestia de aquella obra de Tom Holland que funcionaba a la medida que este nuevo Chucky también lo hace: A la de un jodido muñeco. Aún a pesar de la sensación de que el último tercio del filme ha sido "remontado", careciendo de un clímax que se prometía más contundente de lo que al final acaba siendo. Aún a pesar de que no deja de ser una película sobre un feo Teleñeco homicida.

Entonces, ¿le incluimos en el club de los remakes que merecen la pena y no insultan al original? Si, indudablemente, que la sombra es la adecuada. Ya solo por la partitura de Bear McCreary o la fotografía de Brendan Uegama hubiera merecido la pena. Tanto con la cabeza como con los huevos: Con la cabeza, porque rinde un honorable tributo a lo legado; con los huevos, porque proporciona una sanísima diversión como legado. Una película en esencia tan pequeña como su protagonista, como en esencia tan eficaz como lo era el filme de 1988.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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