'Hambre de poder' - Una, y no más
'Hambre de poder' es una de esas películas que se definen más o menos rápido. Lo que tardes en reparar en el nombre de su director, John Lee Hancock, responsable de títulos tan resultones como 'The Blind Side (Un sueño posible)' o 'Al encuentro de Mr. Banks'. Y la palabra clave es "resultón". Lo que básicamente es también 'Hambre de poder', oh, sorpresa, un nuevo ejemplo de película agradable, de corte tradicional y un ajustado respeto por cualquier sensibilidad como lo fueron las anteriores... o como a estas alturas creemos que lo fueron, un vago eco del pasado que recordamos lo justo como para ni querer ni necesitar repetir experiencia: una vez, y no más.
Una vez, y no más, sin la necesidad de que suene o tenga que sonar mal, tampoco ofensivo. Si cada victoria son tres puntos, estos corresponden a uno de esos partidos de los que nadie se acuerda a final de temporada. O como decíamos con el señor Banks, se trata de un dulce convenientemente pulido para no causar amargura alguna. Un "basado en hechos reales" empaquetado al gusto del consumidor para resultar en resumen, agradable y fácil de ver, por supuesto también inofensivo y blanco. Tan blanco como fácil de menospreciar como un sucedáneo de un único uso, desechable una vez se le ha reducido a ser una estadística más de IMDb.
John Lee Hancock, un maestro de la complacencia con nombre de asesino de presidentes. 'Hambre de poder' es en esencia una "feel good movie", un entretenimiento superficial pero a la vez solvente diseñado para hacer que el espectador menos ambicioso salga con una sonrisa del cine presto a seguir ejerciendo como consumidor. Y funciona, con la falsa modestia del cobarde que se sabe cobarde y se apoya en el buen hacer de su reparto, la clave de toda "feel good movie". Sí, la historia es más grande que la película a la que da lugar, no obstante, lo habitual de este tipo de cine "resultón" dónde se trata, por costumbre, de tirar la piedra y esconder la mano.
En resumen y de manera harto oportunista, 'Hambre de poder' es como una hamburguesa del McDonald's. A ver empezado (y acabado) por ahí, ¿verdad?
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Le doy un 6.
Aprovecho para recordar que no cuesta nada votar la película en su ficha, así entre todos hacemos una media más fiable
https://www.elseptimoarte.net/peliculas/the-founder-10487.html
Por tanto, más que como film, la he vivido como una experiencia no se si decir vital, pero que me ha tenido atrapadísimo desde el minuto 1. Supongo que como cualquiera cuando en un film le narran algo con lo que se siente muy identificado y por tanto, si ya las opiniones sobre cine son muy subjetivas, en esos casos aún más.
Quizá como estructura y relato es bastante convencional, sin riesgos ni dar un paso más allá en muchos sentidos, pero por si no ha quedado claro, me ha encantado. Y papelón el de Michael Keaton.
1954. Un hombre llamado Ray Kroc vende batidoras de varias varillas y no le va bien que digamos (aunque su casa es acogedora y tiene una mujer que le aguanta como una santa). Toda su vida entera cambia el día que recibe una llamada de McDonald's en San Bernardino para comprar ocho batidoras.
Dicho así suena como una sinopsis normal y corriente, pero con imagenes y sonido se vislumbra el principio de un hecho histórico donde Kroc pide a gritos en silencio un golpe de suerte, realmente da lástima como se esfuerza y esfuerza sin obtener grandes resultados acordes a su labia. A lo largo de la película veremos varias lecciones personales y un buen trabajo cinematográfico.
Esta es una película que puede inspirar a muchas personas que se puedan sentir perdidas como se sintió Kroc antes de encontrar McDonald's; en el momento de ese 'amor' a primera vista, el personaje real tenía 52 años, una edad en la que ya parece que casi todo el pescado está vendido y solo tienes que ir contando días hasta jubilarse. Una de las virtudes de Kroc es que tenía un hambre voraz, y con ese hambre se hizo el hombre que fue. Seguro que lees más casos de gente que triunfó a edades atípicas, todas ellas tenían hambre por triunfar.
La otra lección es que el triunfo tiene un precio, y en este caso (como seguramente en otros) el precio es el alma. Ray Kroc pasa de un simpático vendedor a un lobo feroz en el proceso, cierto es que se salió con la suya al final (no es spoiler, es historia real), pero la moraleja es: si quieres triunfar, deja tu alma en casa. Ya depende de cada uno en donde quiera llegar.
Más allá de enseñanzas, 'El fundador' es una correcta y entretenida cinta donde su mejor activo es Michael Keaton y su interpretación. Keaton, por cierto, me recuerda con diferencias a Kroc, pasó unos años malos artísticamente hablando antes de volver al estrellato con 'Birdman o (La Inesperada Virtud de la Ignorancia) '. Ninguno de los dos se rindió.
6