Blanca Guerra, nueva presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas
Vía Noticine, Gran Cine
por angel_negrete 08 de agosto de 2013
Ya hace días que a María Rojo se le escapó en el Festival de Guanajuato la indiscreción de que su colega actriz Blanca Guerra sería la nueva presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), tras la renuncia del cineasta Juan Antonio de la Riva, que sólo ocupó el puesto alrededor de seis meses. Aunque en teoría el anuncio oficial sería el miércoles, finalmente el viernes se presentó públicamente en la Cineteca Nacional la nueva junta directiva, cuyo principal objetivo -dijeron- será lograr un presupuesto estable con asignaciones fijas y aseguradas cada año de parte del estado mexicano.
La improvisación y la controversia han estado a menudo relacionadas en los últimos años con la veterana institución cinematográfica, que lleva cerca de 70 años activa pero aún está lejos de haber obtenido el reconocimiento tanto externo como de los propios profesionales del cine mexicano, muchos de los cuales no forman parte de la misma.
En lo que llevamos de año, Blanca Guerra se ha convertido en la tercera persona al frente de la AMACC, después del productor Jorge Sánchez, quien en enero se vio obligado a dimitir al ser nombrado director general del Instituto de Cinematografía (IMCINE), siendo sustituido por Juan Antonio de la Riva, quien dimitió en julio sin que se conozcan los motivos, en teoría "personales".
Guerra, estará acompañada por Everardo González, Guadalupe Ferrer, Dolores Heredia, Daniel Hidalgo, Mónica Lozano y Nerio Barberis (quienes estuvieron ya en la precedente directiva) y los nuevos miembros Lucía Álvarez, Gloria Carrasco, Ernesto Contreras y Armando Casas.
Este martes, los nuevos responsables de la AMACC se enfrentarán a su primera actividad, una asamblea para lanzar la convocatoria de inscripción de películas para optar a los premios Oscar y Goya. Más información en sus palabras tras el salto.La actriz, de 60 años, que ha trabajado bajo las órdenes de cineastas como Rodrigo Plá, Felipe Cazals, René Cardona Jr., Luis Mandoki, Arturo Ripstein, María Novaro, y también fuera de Phillip Noyce, Alex Cox, Miguel Littin o Alejandro Jodorowsky, agregó que desean ser activos en la industria fílmica mexicana: "La Academia peleará por las mejores condiciones de distribución y exhibición de las películas y queremos recuperar la lealtad y el sentido de pertenencia de los jóvenes".
"Creo -dijo Guerra, quien ya formó parte de la anterior directiva presidida por De la Riva- que es una academia aceptada y acreditada. La gente que recibe un Ariel siempre ha considerado que es el premio más respetado de la cinematografía en México, solo por ello hay que apoyarla y hay que estar de la mano con otras instancias para mejorar las condiciones de nuestro cine, que es no solo una industria, sino también un fenómeno cultural".
En su opinión, lo que falta es "información" sobre sus actividades, aparte de la entrega anual de los Ariel, pero sobre todo, el primer objetivo en su cargo, que en principio durará un año, será el económico, ya que la Academia ha sufrido durante años una falta de fondos, inestabilidad y retardos en la entrega de los concedidos por las instituciones culturales oficiales, que incluso han retrasado o amenazado la celebración de sus galardones anuales, los más veteranos de Iberoamérica.
"Debemos hacer todos los esfuerzos -afirmó- por estabilizar nuestros recursos, los cuales fluyen de manera errática y colocan en verdaderos predicamentos a la Academia. Hay que trabajar, pero no por una cantidad de presupuesto, sino por que el dinero llegue en los tiempos en que la Academia lo necesita. Iremos a las Cámaras de diputados y de senadores, a las instancias que sean necesarias, para conseguir el presupuesto para que salga etiquetado y se distribuya en la ceremonia de los Arieles y en la captación de las obras que participan en el Goya y en el Oscar".
La improvisación y la controversia han estado a menudo relacionadas en los últimos años con la veterana institución cinematográfica, que lleva cerca de 70 años activa pero aún está lejos de haber obtenido el reconocimiento tanto externo como de los propios profesionales del cine mexicano, muchos de los cuales no forman parte de la misma.
En lo que llevamos de año, Blanca Guerra se ha convertido en la tercera persona al frente de la AMACC, después del productor Jorge Sánchez, quien en enero se vio obligado a dimitir al ser nombrado director general del Instituto de Cinematografía (IMCINE), siendo sustituido por Juan Antonio de la Riva, quien dimitió en julio sin que se conozcan los motivos, en teoría "personales".
Guerra, estará acompañada por Everardo González, Guadalupe Ferrer, Dolores Heredia, Daniel Hidalgo, Mónica Lozano y Nerio Barberis (quienes estuvieron ya en la precedente directiva) y los nuevos miembros Lucía Álvarez, Gloria Carrasco, Ernesto Contreras y Armando Casas.
Este martes, los nuevos responsables de la AMACC se enfrentarán a su primera actividad, una asamblea para lanzar la convocatoria de inscripción de películas para optar a los premios Oscar y Goya. Más información en sus palabras tras el salto.La actriz, de 60 años, que ha trabajado bajo las órdenes de cineastas como Rodrigo Plá, Felipe Cazals, René Cardona Jr., Luis Mandoki, Arturo Ripstein, María Novaro, y también fuera de Phillip Noyce, Alex Cox, Miguel Littin o Alejandro Jodorowsky, agregó que desean ser activos en la industria fílmica mexicana: "La Academia peleará por las mejores condiciones de distribución y exhibición de las películas y queremos recuperar la lealtad y el sentido de pertenencia de los jóvenes".
"Creo -dijo Guerra, quien ya formó parte de la anterior directiva presidida por De la Riva- que es una academia aceptada y acreditada. La gente que recibe un Ariel siempre ha considerado que es el premio más respetado de la cinematografía en México, solo por ello hay que apoyarla y hay que estar de la mano con otras instancias para mejorar las condiciones de nuestro cine, que es no solo una industria, sino también un fenómeno cultural".
En su opinión, lo que falta es "información" sobre sus actividades, aparte de la entrega anual de los Ariel, pero sobre todo, el primer objetivo en su cargo, que en principio durará un año, será el económico, ya que la Academia ha sufrido durante años una falta de fondos, inestabilidad y retardos en la entrega de los concedidos por las instituciones culturales oficiales, que incluso han retrasado o amenazado la celebración de sus galardones anuales, los más veteranos de Iberoamérica.
"Debemos hacer todos los esfuerzos -afirmó- por estabilizar nuestros recursos, los cuales fluyen de manera errática y colocan en verdaderos predicamentos a la Academia. Hay que trabajar, pero no por una cantidad de presupuesto, sino por que el dinero llegue en los tiempos en que la Academia lo necesita. Iremos a las Cámaras de diputados y de senadores, a las instancias que sean necesarias, para conseguir el presupuesto para que salga etiquetado y se distribuya en la ceremonia de los Arieles y en la captación de las obras que participan en el Goya y en el Oscar".