'Navidades, ¿bien o en familia?': Malaya Navidad
Una gota, dos, tres, y cuatro... mil. ''Es sólo agua'', te dices una y otra vez. Hasta en cuatro mil ocasiones. Hasta que sujeto, verbo y predicado han intercambiado posiciones y roles. Ya nada parece tener sentido. La locura, que ya ha esperado suficiente, empieza a picar a la puerta del sótano en el que te encuentras. Tuberías oxidadas, escalones de madera...