Fueron tres los premios que regresaron a casa tras haber sido reconocidos cineastas mexicanos en la 28 edición del Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse, celebrado del 11 al 20 de marzo en Francia.

Uno de los premios paró en manos de Ana Cristina Barragán, directora de Alba, una triple coproducción entre Ecuador, México, y Grecia, que ganó el Premio FIPRESCI, que otorga la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, el reciente flme es un drama cuyo guión también firma su directora, y que narra la historia de Alba, una niña de 11 años que debe vivir con su padre Igor, un hombre obsesivo y solitario a quien casi no conoce.

Por otro lado, Karina García Casanova, directora del documental Juanicas, coproducción entre Canadá y Mexico, también cuenta con guión de la propia García, y obtuvo el Premio Lycéen, que conceden los estudiantes de liceos. Se trata de un retrato íntimo de una familia de inmigrantes mexicanos. Durante 10 años, la directora documentó la compleja relación que lleva con su madre y su hermano, ambos diagnosticados con trastorno bipolar.

Por último y no menos importante, José Antonio Cordero, director de Ave y nada, se hace del Premio BRLAB Cine en Desarrollo. Dos largometrajes, dos cortometrajes y un documental mexicano compitieron en los 28 encuentros de Cine Latinoamericano de Toulouse Cinelatino. El festival concluyó con la proyección de Un monstruo de mil cabezas, del director mexicano Rodrigo Plá, quien estrenará su película en las salas de cine francesas el próximo 30 de marzo.