Te prometo anarquía

Iniciado por ÁngelNeg, 31 de Agosto de 2016, 05:54:27 AM

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ÁngelNeg

Te prometo anarquía


Sinopsis: Miguel y Johnny son amigos y amantes, se conocen desde la infancia y pasan el tiempo patinando con sus amigos en las calles de la Ciudad de México. Venden su propia sangre y consiguen donadores para el mercado negro. Pero una transacción grande de sangre termina mal para todos los involucrados.

Crítica: El valor de la promesa

Lejos del chapoteo del lugar común y la fuerte tendencia al maniqueísmo geográfico de los representantes de la urbe de la ciudad más grande del mundo; siguen perpetúandose historias propias de los individuos que la conforman. Son esas historias las que invitan e incitan al descubrimiento de los que la integran, en aras de repartir golpes radicales y desestabilizadores de lo cotidiano. Que hay formas y hay maneras.

La acracia que entonces define Te prometo anarquía (México/Alemania, 2015), esta relativamente subvencionada a una suerte de libertad que persiguen sus personajes en aras de conseguir llevar el ritmo de sus acciones por un cauce lleno de ese radicalismo que embrutece y calma las ansias; y que al final lleva a descenlaces pocos deseados. Y de eso aquí hay mucho.

Hay cosas que están muy por encima de una cinta que retrata marginación y a sus personajes reprimidos por la estática de su entorno; incluso el factor homosexual del filme es solo un pinchazo para demostración de la promesa que no se rompe ni un instante. Hay anarquía en lo que se ve en pantalla; incluso en lo que el espectador espera ver. El lugar común se vuelve intrascendente, y se convierte en pista para el desfile de skaters del barrio más cercano.


Imposible entonces no creer que Diego Calva y Eduardo Martínez no puedan tener una carrera destellante a futuro con la dirección adecuada. Si bien en el caso en cuestión, estamos hablando de un marco de realidad citadina que les viene a pelo en la interpretación, muy real y natural, al grado de sostener todo el filme de inicio a fin.

En eso ayuda sin duda toda una especie de ritual cinematográfico bien encaminado; con una propuesta narrativa vigente, fresca, natural, osada. Hay un compromiso desde el inicio, por parte del cineasta Julio Hernández Cordón de procurar autenticidad a cada uno de los elementos que comprenden el filme, desde la música que va a tono con el camino de la historia, hasta la fotografía y esos movimientos de cámara; pero sobretodo un conocimiento del vaivén popular y urbano que otros cineastas están lejos de conseguir. El guión del propio director parece un biblia de cotidianeidad con gps incluido.

Hernández ya se había pulido con trabajos anteriores mejorando continuamente desde aquel Gasolina (2008) que fuera su ópera prima. Con el documental Las marimbas del infierno (2010) sin embargo logró captar las miradas de más de uno. Te prometo anarquía desmuestra que hay que ponerle el ojo encima, pues el ritmo que ha agarrado y la simbiosis que logra con el espectador es admirable. Digno de directores mucho más pulidos y experimentados en el quehacer.

Hay valor en la propuesta, y en el sentido menos literal, también hay valor en la promesa de ofrecer anarquía a cambio. Al final, todo resultará en un envoltorio que guardara la pesadez del drama de la marginación, la ilegalidad, el tráfico de personas y demás, para quedarnos con una promesa cumplida. Esa, la que no esperábamos.

7/10
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