A la deriva

Iniciado por ÁngelNeg, 21 de Septiembre de 2006, 02:54:29 AM

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ÁngelNeg

A LA DERIVA


Totalmente a la deriva 

Hace ya  tres años que se estrenó una cinta de corte independiente titulada Mar abierto (Open water, EUA-2003), un logrado thriller de apenas 79 minutos, dirigido y guionizado por Chris Kentis. En la trama se contaba una historia trágica que se había anunciado como basada en una historia verdadera, lo que sin duda le daba meritos mucho más álgidos a la historia que desde que uno leía la sinopsis se podía imaginar el terror que hubo de ocurrirles a los personajes principales.

  Aquí, Daniel (Daniel Travis) y Susan (Blanchard Ryan), una pareja norteamericana, viaja al Caribe para tomarse unas vacaciones y así librarse de la presión que sus respectivos empleos les acarrea. Estando en el mar en una excursión de buceo en los arrecifes de la zona, esta pareja queda abandonada en el agua accidentalmente por un descuido de los organizadores. Solos, a la intemperie, con frío e hipotermia y lejos de alguna ayuda, lo único que les faltaba eran tiburones circundándolos en pleno mar abierto.

  La cinta corrió con mucha suerte por hacer un buen manejo de todos los aspectos espectrales que conjuntaban la trama, desde una fotografía fría e inhóspita –también fotografiada por Chris Kentis junto con Laura Lau-, una edición simplista pero contrastante con lo vivencial de la trama –también por el mismo Kentis-, que sin duda se convertía en una cinta intimista y personalizada sobre una tragedia que resultaba auténtica aún cuando existe duda razonable acerca de los hechos narrados por lo ambiguo del conocimiento de una versión oficial válida.

  Ahora se estrena Pánico en altamar (Open water 2, Alemania-2006), lo que resultaría una secuela a pesar de no haberla titulado Mar abierto 2 –y resulta válido, pues no hay ilación entre ambas cintas a excepción de la tragedia acuática-. De hecho en algunos países la han titulado A la deriva, y sin duda es un título que encaja muy bien con esta cinta dirigida por Hans Horn, pues la verdad que la cinta se queda varada a medio océano.

  En 95 minutos, el género aquí es sumado al suspense, lo que tiene facilidad de desarrollo al haber más personajes en los cuales recaen las anécdotas personales, no limitándolas a una sola pareja, el problema está en que los personajes están estereotipados cual si fuese una cinta estadounidense y los problemas comienzan a ser notorios desde que encontramos a la chica rubia y promiscua, al tipo fortachón y pedante, y a la pareja perfecta pero con problemas emocionales.

  Esta también se basa en una terrible experiencia real –parece que aquí si hay corroboración, pero podría echarse abajo por la inconsistencia de opiniones-. Aquí, un grupo de amigos a bordo de un yate de lujo bajan a darse un chapuzón al mar; pero por equivocación olvidan bajar la escalerilla antes de nadar. Subir al barco les resultará imposible, por lo que quedarán en medio del mar sin nadie que les ayude, y con la presión de tener a todos entrados en pánico y tensos por la situación, y la hija de una de las mujeres a bordo del yate. Al final, los resultados de los cambios en el estado de animo será la agresión de los unos contra los otros teniendo resultados devastadores.

  Sin duda el gran mérito de esta cinta es de nueva cuenta la fotografía, ahora de Bernhard Jasper y la música de Gerd Baumann –aunque en realidad resultan una copia de Chris Kentis y Graeme Revell respectivamente-. La cámara en mano durante casi todas las secuencias ha estado lograda, pero las interpretaciones pobres definitivamente la echa de cabeza quedando el guión de  Adam Kreutner y David Mitchell desperdiciado.

  No es mejor que la anterior, pero la anterior tampoco era una joya, así que solo esperemos que no nos atosiguen con una tercera parte que se base en otra historia verdadera no comprobable, pues ya sería demasiado, y si el hecho se concreta; quizá terminemos viendo una historia llamada Sobreviviendo a la marea con la historia de unos pescadores que terminaron perdidos por meses y regresaron como si nada –cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia-.
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