En realidad ¿en que porcentaje depende una película de su director?

Iniciado por Oriafontan, 17 de Diciembre de 2014, 01:35:10 PM

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alfie7777777

El que copio el cine de los coen fue tarantino y lo potencio a otro nivel
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alfie7777777

Igual que Kurosawa estuvo influenciado por John ford que para Kurosawa es el mejor director de la historia del cine
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alfie7777777

Que por cierto la mejor película de la historia para mi y es difícil decir esto es los 7 samurais
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alfie7777777

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Amármol

Vive cada día como si fuera el último, porque un día será verdad. (Cassius Clay)

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AlanGabriel



Que es difícil, te lo juro, ser como el arroyo puro y ser grande como el río.
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alfie7777777



DE ENTRE LOS... REMAKES REALIZADOS SOBRE LA OBRA DE KUROSAWA

Quizá sea Kurosawa uno de los directores a los que más películas se le han copiado. No sólo en cuanto hace referencia a determinadas secuencias, a una determinada manera de contar o a unos simples homenajes y recuerdos, sino también en cuanto existen películas concretas y completas que siguen fielmente títulos del director japonés. Algunos de sus más conocidos filmes han sido, incluso, objeto de más de un remake. El sentido del cine del director nipón, su forma de acercarse a historias que transcurren en su país, su concepción de la violencia –tanto externa como interna– han llevado a que su obra sea reconocida, valorada e imitada hasta la saciedad. Grandes realizadores le han rendido pleitesía, incluso le han ayudado en su última etapa, cuando nadie quería darle trabajo, para que pudiera poner en marcha una nueva película. Scorsese, Lucas y Spielberg fueron algunos de ellos. 

En el cine japonés hay grandes maestros cinematográficos pero, lógicamente, no todos comparten las mismas preocupaciones, ni poseen el mismo estilo. No es lo mismo el cine de Mizoguchi, Ozu, Naruse... que el de Kurosawa, aunque todos sean grandes realizadores. Mientras "los otros" realizan un cine arraigado en una cultura, Kurosawa, desde esa cultura, bebe en otros mundos. Con eso no quiere decirse que unos y otros eviten el tratar temas universales en sus obras. Tan enriquecedor y general puede ser el tema de losCuentos de Tokio de Ozu como el de Rashomon de Kurosawa. Lo que ocurre es que ciertos maestros nipones dotan de una mentalidad profundamente oriental a sus películas sin abandonar por ello su querencia por ciertos movimientos cinematográficos nacidos en otras partes. Es el caso de Ozu aplicando curiosos reflejos neorrealistas a algunos de sus títulos. El cine de Kurosawa bebe, por el contrario, directamente del cine épico norteamericano o de sus esquemas intrigantes o melodramáticos. No es extraño pues la identificación del realizador con el cine de aventuras, y muy especialmente con el western, y en menor medida con las tramas detectivescas o policíacas acordes con el cine negro e incluso con los más exaltados melodramas. 

Repasaremos algunas propuestas presentes en su obra, y ampliamente imitadas, con el fin de asentarnos en esta realidad profundamente occidentalizada que domina en toda su obra. El conocimiento de Kurosawa del cine norteamericano es un hecho incuestionable ya que las huellas pueden seguirse prácticamente en la totalidad de sus películas. Son las razones que han llevado a otros a mirarse en su obra para copiarla, releerla o imitarla.

 

Rashomon y otras búsquedas de la verdad

No hay que olvidar que fue una obra de Kurosawa la que abrió las puertas al conocimiento del cine japonés en Occidente. Se trataba deRashomon (1950) que recibió el Gran Premio en el Festival Internacional de Venecia. Una historia apasionante surcada por un enigma y centrada en una reflexión con ribetes filosóficos: ¿Dónde está o cuál es la verdad? Se trata, en el filme, de escuchar a alguien que narra las narraciones de otros sobre un mismo asunto. Una historia de robo, asesinato y de venganza desde este mundo y desde el otro. Ni siquiera, parece ser viendo la película, puede uno fiarse de los espíritus. El filme se plantea desde una estructura curiosa. La narración es contada como uno de esos cuentos que nacen alrededor de una hoguera como forma de aliviar un tiempo de espera nocturna o de mal tiempo, preferible si el "condimento" es una fuerte tormenta. En nuestro caso el lugar dónde transcurre la acción no es una casa sino un templo abandonado, derruido. Eso sí, los personajes se han refugiado allí huyendo de un aguacero tormentoso. Uno de ellos, en el comienzo, hundido sólo hace que repetir unas palabras: "¡No puede ser!".

¿Qué es aquello que no puede ser? El filme va a dar una respuesta a ello, pero tan mediatizada por el propio hombre que al final será el espectador el que se haga la misma pregunta u otra como "¿Qué fue lo que ocurrió realmente? ¿Cuál es la verdad del hecho?" Abierta, siguiendo el estilo de numerosas películas del cine negro, a diversosflash backs, Rashomon apunta a más de una de las características de tal género independiente del lugar, y siglo, en el que transcurre la acción. Puede comprobarse que existe un juicio en el que se trata de saber si el detenido es culpable de sus cargos, unos hechos delictivos y hasta una mujer de esas que en el cine negro pueden considerarse como fatales.

Lo más sorprendente de la película es su esquema narrativo: alguien nos cuenta (y vemos) no sólo lo que él asegura haber visto del hecho, sino también lo que escuchó a los protagonistas del mismo. Pero naturalmente el que alguien nos cuente algo a otros, como demostrara Hitchcock en Pánico en la escena, es personal: no se dice lo que realmente ocurrió sino lo que la persona que lo cuenta quiere decir. O sea que cuando alguien cuenta algo lo hace como le place. El hecho de creerle o no está en función de nuestra creencia en tal persona. En esta película, como se ha indicado, el narrador nos comunica no sólo lo que visto sino también aquellos que otras tres personas han contado. Pero lo que él dice que han contado los otros pudiera ser que no sea como nos lo contaran ellos o, incluso, que el narrador cambie de forma interesada las tres "confesiones" escuchadas o al menos alguna de ellas. Inteligente propuesta abierta a la reflexión sobre la verdad de lo que se cuenta y de lo que se escucha. Admitir o poner en tela de juicio las palabras de otros que a lo mejor sólo tratan de contarnos un cuento.

El lugar escogido (el templo en ruinas) y la presencia de un monje abre el filme a nuevas propuestas en la que lo humano se impone sobre lo espiritual. Casi en su totalidad la película transcurre en un espacio abierto: la presencia de la naturaleza es tan constante como muda, y fiel, observante de lo que acontece, simbolizando, en su agresividad, a los propios personajes de la historia enraizados en la tierra. En el protagonismo del paisaje el filme se asemejaría a unwestern y en su desarrollo, con apuntes al mismo género, nos acercaríamos más a las características del cine negro. Son sin duda algunas de las razones que han hecho posible que ésta sea una de las películas más imitadas de su autor tanto a nivel temático como de estructura narrativa.

Sin duda el encuentro de la verdad y la (difícil) supresión de la mentira en una historia contada por otros es uno de los temas deRashomon que más han servido de apoyatura a otras películas. Sin olvidar, claro, y en el mismo sentido, las historias relatadas por unos y de otros en los que se intentan confrontar los mismos hechos desde diferentes puntos de vista, e ideas, con el fin de llegar a  la verdad de lo acontecido.

En este sentido habrá que citar, entre las copias, una curiosa comedia musical elegante y cínica como Les girls (1957) de Cukor, aunque, sin duda, la revisión más clara del filme será Cuatro confesiones de Martin Ritt. El título español se acerca, y detalla, el original en el que se inspira mucho más que su primitivo título, The outrage (1964). No hay, salvo la calidad, ninguna diferencia entre lo que cuenta el director norteamericano y el japonés. Misma historia, idéntico desarrollo, distinto lugar y época en la que se viven los sucesos, aunque ahora caminamos por el territorio del western. No había que ser un lince para transportarnos al nuevo escenario ya que el antiguo lo propiciaba en gran medida. Pocas novedades, y escasa imaginación, son desplegadas por Ritt en un filme que sigue de forma casi idéntica el original. Hasta Paul Newman intenta interpretar exageradamente su papel de bandido mejícano en su intento de imitar el aire de guiñol que Mifune trataba de insuflar a su personaje. Una innecesaria repetición de una película novedosa y reflexiva. Martin Ritt, realizador de excelentes películas, no estuvo aquí demasiado inspirado. A lo mejor todo se debiera a que deseaba respetar la excelente obra del japonés. Aunque, en ese caso, lo mejor hubiera sido no haber hecho el filme. Las distintas colaboraciones de Ritt y Newman en los años 60 no destacaron especialmente por su calidad. 

 

Siete eran siete

Quizá sea Los siete magníficos (1960) de John Sturgers el filme de más impacto de todos aquellos debidos a la sombra de Kurosawa. Su éxito fue tal que incluso dio lugar a repetidas secuelas y algunas de ellas, como veremos, realmente insólitas. El original, que no oculta ni en su título la película de Sturges, se llamaba Los siete samuráis(1954). La revisión era fácil ya que el original de Kurosawa se acercaba bastante al western.

Ya no nos encontramos en los antiguos tiempos en los que se desarrollaba Rashomon sino en otros que se pueden emparentar con aquéllos otros cercanos a la conquista del Oeste. Se ha dicho que Norteamérica, y con razón, ha pasado de golpe de una especie de edad media a la época actual. Eso mismo puede ser aplicado a Japón ante el cambio operado en su sociedad que les ha llevado prácticamente a pasar de un feudalismo propio del medievo a la sociedad capitalista moderna occidental que quieren imitar.

Paisaje, personajes, historia, la misma temática presentada, hacen que Los siete samuráis  sea casi un western. Se nos cuenta cómo alguien debe reparar un daño que se ha infligido a otros. Hay un héroe o varios (o si se prefiere antihéroes), llámense vaqueros o samuráis, dispuestos a realizar la necesaria buena acción que les rehabilite frente a sí mismos y a la sociedad. Una película claramente occidental realizada desde una mentalidad oriental merced a su gran duración y la lentitud con la que se acomete la historia de los siete samuráis dispuestos a defender a un pueblo sin recibir casi nada a cambio.

La acción, reposada en su vuelo aventurero, cuenta de forma lineal la historia plana de los siete hombres y del pueblo que tratan de defender del ataque de los bandidos. El sentido de la narración es casi cíclico en el ataque repetido al poblado, pero con resultados opuestos, al comienzo y al final. Mirada sobre la heroicidad de unos seres con escasa aureola de héroes, hasta el punto que pueden considerarse como antihéroes, y de unos campesinos, tristes y silencios, oprimidos. Se procede a observar el diferente trabajo de uno y de los otros, así como las diversas motivacione
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AlanGabriel



Que es difícil, te lo juro, ser como el arroyo puro y ser grande como el río.
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alfie7777777

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alfie7777777

Creo que es un artículo que representa bien lo que yo quería decir como pequeño homenaje al gran maestro
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alfie7777777

Y volviendo al tema de el foro creo que ay directores que marcan un estilo muy definido a todas sus peliculas
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alfie7777777

Por cierto que criticó me recomiendas para ver sus críticas de peliculas?
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Carlxs

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Yeezus

Tarantino explota y arrasa un libreto. Los Coen lo engalanan y lo esculpen. Son parecidos, no iguales.

Yo por ejemplo muero con Wes Anderson y su estilo teatral de rodar la escena. Eso no lo puede hacer cualquier otro.
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