Los juegos del hambre: En llamas

Iniciado por reporter, 22 de Noviembre de 2013, 03:32:04 PM

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reporter

Los juegos del hambre: En llamas


SINOPSIS: Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) vuelve a casa sana y salva tras ganar los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre junto a su tributo Peeta Mellark (Josh Hutcherson). Ganar significa tener que dejar atrás a familia y amigos, y embarcarse en la "Gira de la Victoria" por los diferentes distritos. A lo largo del camino, Katniss se da cuenta de que una rebelión comienza a gestarse, pero en el Capitolio continúa todo bajo control mientras el Presidente Snow (Donald Sutherland) organiza los Septuagésimo Quintos Juegos del Hambre (El Vasallaje), una competición que cambiará Panem para siempre...

CRÍTICA: Mis queridos vasallos

Algo pasa en Panem. Inesperadamente, la -absoluta- felicidad de la gente del Capitolio no se ve correspondida por el estado de ánimo de la mayoría de los doce Distritos. Cuando la audiencia adicta a los Juegos del Hambre todavía está reponiéndose de las emociones fuertes brindadas por la inolvidable 74ª edición (y mientras sigue regodeándose en las reminiscencias dulzonas-empalagosas de los trágicos amantes vencedores) el resto de mortales se empeña en mostrar una inquietud que ya le ha (re)abierto más de una úlcera al pobre Presidente Snow. El pueblo raso está descontento y los agentes de la paz se ven obligados a recurrir a métodos cada vez más desagradables para que el caos no se imponga definitivamente en las calles. Tener que recurrir a la fuerza jamás ha despertado excesivos problemas morales en la clase dirigente, pero la persistencia en determinadas actitudes rebeldes empieza a ser demasiado engorrosa.

La civilización más poderosa que jamás se haya dejado ver por el planeta Tierra sigue empeñada en creer que todo sigue bien, que nada escapa a su implacable control... y cuando el hormigueo en la nuca hace el amago de extenderse por el resto del cuerpo, siempre le queda el infalible refugio producido por fascinación de los fastos, de los grandes monumentos y celebraciones. Del circo. No obstante, los gobernantes más avispados, aquellos que a lo largo del tiempo han logrado mantener su puesto de privilegio, fruncen el ceño y empiezan a maquinar. A darles vueltas a cómo aquello de ''Cambiar para que todo siga igual'' puede aplicarse para tratar de resolver esta situación tan peliaguda. La solución, si es que realmente existe, se resiste, así que, mientras la mano dura proporciona un poco más de tiempo, tocará andar con pies de plomo, pues cualquier paso en falso podría hacer estallar el polvorín sobre el que parecen estar caminando.

La -maldita- chispa. A veces sólo se requiere esto para que un sistema entero, por muy poderoso que parezca, se derrumbe sin dejar rastro. La -bendita- chispa. A veces la audiencia sólo necesita esto para engancharse, sin curación a la vista, a una nueva droga. Aunque tampoco está de más recordar que ni la chispa más potente es capaz de prender en lugares poco abonados al encanto de las llamas. Suzanne Collins no desaprovecha ocasión alguna para demostrar que tiene la lección bien aprendida. Como sucede con la mayoría de autores en total sintonía con el gran público, sus méritos, no se sabe del todo bien si tienen que atribuirse a la genialidad o a la idiotez... o a la perfecta conjunción de ambos golpes de suerte. A Collins pueden recriminársele muchas decisiones y detectársele muchas carencias literarias, pero para ser justos, se le tiene que reconocer el don por meterse en terrenos empantanadísimos... y salir de ellos sin apenas despeinarse (y dicho sea de paso, sin que su intromisión haya apenas dejado huella en ellos).


En un futuro distópico, a los chavales se les obliga a luchar a muerte mientras el mundo entero observa, deleitándose -u horripilándose- con la sangre vertida en la arena. ''Best show on Earth'', dirían algunos, porque sin el poder atroz adquirido por los medios de comunicación (en perfecta simbiosis con los miembros de las altas esferas políticas, totalmente desvinculados del mundo real; obnubilados por su propio teatrillo grotesco), la ecuación no acaba de cobrar el sentido pretendido. Las cartas sobre la mesa y bocarriba desde la primera jugada. Quien quiera quedarse en el trasfondo filosófico, es libre de acomodarse (a pesar del poco espacio que encontrará aquí) y montarse las historias que más se adecuen a las inquietudes que en el momento del visionado pasen (para irse poco después) por su mente. Quien por el contrario se sienta más atraído por la promesa de ver satisfechas necesidades mucho más primarias, encontrará en la saga de 'Los juegos del hambre' un buen hogar. Provisional, tal vez, pero plenamente funcional. Imposible pasar hambre.

Para todos los gustos. De lo que se trata aquí es de amenazar y/o insinuar un gran espectáculo de fuegos artificiales, disfrutable / apto para todas las audiencias. Cuando más se amplíe el espectro de consumidores, mayor será la recaudación. Elemental. Así, aunque la gran traca prometida no acabe de concretarse, las explosiones multi-color siguen tiñendo el cielo, y el tiempo pasa volando. Lo fue tanto el primer libro como la primera película, y lo es también la segunda entrega (tanto en formato papel como en celuloide): 'Los juegos del hambre: En llamas', ante todo (y por favor, no le den más vueltas) es un entretenimiento mínimamente inteligente y altamente efectivo. A pesar de depurar alguno de los errores de Gary Ross, el nuevo ''Vigilante Jefe'' sigue arrastrando varios tics de su antecesor (el desaprovechamiento, en lo que a intensidad se refiere, de los teóricos grandes momentos, la gestión atropellada de los tempos narrativos...), aun así, casi todos ellos se convierten en excusas bien aprovechadas para engrasar, más si cabe, la maquinaria.


De nuevo nos vemos obligados a tratar de comprender la extraña naturaleza del best-seller, tarea en la que cuesta horrores separar los defectos de las virtudes, aunque ésta sea quizás la mejor arma con la que cuenta el contendiente. Los tropiezos se tapan rápidamente con piruetas de buen nivel estético... y el juez, que ya no sabe si puntuar al alza o a la baja, sólo puede asegurar que se lo está pasando bien. No es poco. Como ya hiciera Suzanne Collins en sus novelas, Francis Lawrence pule el arte del skip (a saber, saltarse, a las buenas o a las malas, cualquier indicio de paja) y hace de lo -insultantemente- obvio una simpática herramienta para que el sentido del dinamismo y de lo inmediato (ambos factores igualmente desbocados) no entorpezca la comprensión de una historia que sabe vender con mucha gracia casi todo su potencial. Que respiren tranquilos los fanáticos de la novela: el filme que se disponen a devorar, en cuanto a adaptación, roza el diez. Ni el más listo de los sinsajos hubiera transmitido mejor las páginas (ni una se escapa; ni una se filtra de los demás libros), las apariencias y el mensaje del original.

Para acabar de captar a los pocos que a estas horas puedan seguir considerándose ''infieles'', el binomio Lionsgate & Color Force se abona definitivamente a la fórmula de la infame franquicia 'Crepúsculo': Poco hay que hacer para que los ya practicantes sigan acudiendo a misa (en otras palabras, para que sigan pasando por caja); donde realmente hay que sudar es a la hora de captar nuevas almas. Es por esto que no hay que extrañarse ante las muestras puntuales de dejadez tanto en la dirección como en el montaje (algo de lo que debe excluirse, una vez más, la estupenda partitura de James Newton Howard), o ante el despliegue técnico más bien discreto del filme, pues el músculo de producción se sitúa en lo más alto y ahora se deja ver más en ''periféricos'' tan cruciales como puede serlo la tracklist (la lista de músicos involucrados en estas dos primeras entregas fílmicas de 'Los juegos del hambre' es, ciertamente, para caerse de culo). Con todo, el coste de oportunidad se minimiza hasta casi desaparecer, y la calidad del producto (la comercial, al menos) se ve reforzada en este ejercicio de vasallaje bilateralmente rotundo.

El alma, que también hay que contabilizarla, corre a cargo de una de las estrellas del firmamento Hollywood actualmente más on fire. Jennifer Lawrence, ya más metida en el papel de heroína rebelde, desborda carisma y engrandece un show que, con el encanto de la serie B y el sadismo -light- de genios de las mega-trampas como, por ejemplo, el mejor Vincenzo Natali (¿se acuerdan?) se mueve hábilmente entre la balada romántica y los temas cañeros... y siempre a ritmo de desenfrenado (y, mejor, desacomplejado) pop. El -amargado- enemigo, admitámoslo, es seguramente quien no ha sabido / querido sobreponerse a sus prejuicios previos. Al fin y al cabo, uno de los logros más importantes de 'Los juegos del hambre: En llamas' es el de saber reflejar las mejores cualidades de sus dos protagonistas principales. Y es que por mucho que se quiera mostrar tan peleona como Katniss Everdeen, en realidad lo suyo es encandilar como Peeta Mellark. Estas llamas iluminan pero no queman. Así, ¿quién busca enemigos?

Nota: 6 / 10
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Yeezus

¿Qué puede ser más difícil que hacer una película? ¿Cual es la acción, dentro del contexto que abraza la disciplina del séptimo arte (o no), que resulta más complicada de realizar que no sea la misma de producir, dirigir, protagonizar, en definitiva crear, un film? Existen pocas respuestas a estas 2 preguntas, pero quizá una muy buena sea la de hacer una secuela. Al hacer una película, hay muchísimos obstáculos que superar pero el elemento novedoso u original es aquel que le otorga al director que se haya comprometido con la cinta cierto aire y tranquilidad para trabajar. Pero al hacer una secuela, este elemento desaparece. Las bases están puestas. No se puede volver a representar lo mismo. Hay que mejorar lo ya establecido. Y es aquí donde "Los Juegos del Hambre: En Llamas" instala su principal baza para convencer y de sobra destacar.

La segunda parte de esta afamada saga literaria (y cinematográfica si sigue por el mismo camino) llega a nuestras pantallas un año largo después del fenómeno que fue la adaptación del primero de los libros de la escritora americana Suzanne Collins. En aquella ocasión el encargado de dirigir la película fue Gary Ross, y el éxito fue total y absoluto. Esta vez, Francis Lawrence ocupaba el hueco dejado por Ross y le echaba valor a la ardua tarea de superar a su antecesora. Con el mismo reparto de la anterior cinta, capitaneado por la chica de moda de Hollywood con la que Lawrence comparte apellido. Jennifer, la historia no dista mucho de lo que sucedió en el epílogo de la primera. Katniss Everdeen y Peeta Mellark siguen con ese trabajado y forzoso papel de enamorados hasta las amígdalas, mientras que se prepara la Septuagésimo Quinta edición de Los Juegos del Hambre, pero algo ha cambiado. Algo cambió con la victoria de Katniss y Peeta. Panem ha visualizado esperanza, tiene fe. Quiere luchar contra el sistema.

Y precisamente esto es uno de los dos apartados, o mejor dicho 3, donde la cinta brilla con mucha consistencia, en la vitalidad, entusiasmo y dinamismo con el que se cuenta el argumento. Katniss ha servido a Panem como inspiración y ha encendido el espíritu de rebeldía. La gente se mueve, se rebela, protesta incluso públicamente contra las dotes de mando de El Capitolio, y esto no le gusta lo más mínimo al Presidente Snow, bien caracterizado por Donald Sutherland que decide celebrar el Vasallaje de los 25, una competición especial que reúne a vencedores de anteriores ediciones en una misma arena cada 25 años. Pero ésto, más que por el morbo o por la competición en sí, tiene un objetivo. A la misma vez que aplacar la voluntad de las masas y dominar la situación, violencia necesaria si así se tercia, Snow, ayudado de Plutarch Heavensbee (P.S. Hoffman), el nuevo Vigilante Jefe en sustitución de Séneca Crane, quiere la destrucción pública del personaje y sobretodo el símbolo que representa Katniss Everdeen para Panem. Este concepto, el de la actitud rebelde social y el consiguiente comportamiento autoritario del poder (¿a qué suena esto?), sale reflejado a la perfección en la película a pesar de ni siquiera ser sacado mucho en cámara.

Otra cualidad donde brilla la película es el apartado de acción, y esto es gracias a Francis Lawrence. Sin lugar a dudas, "Los Juegos del Hambre: En Llamas" es el blockbuster del 2013. La cantidad de escenas de acción está repartida y condensada a la perfección. Hay períodos donde no se hace necesaria para el espectador tanta intensidad y la película parece que sabe respetarlo, y hay momentos donde el mismo espectador pide que hasta se le seque la boca de lo vibrante que tiene delante de sus ojos y la película lo cumple con creces cual mayordomo fiel. En este apartado, los efectos especiales están muy conseguidos y la sensación de realidad no está ni mucho menos desfasada. Es un logro parecido al de "Los Vengadores", que a pesar de contar con un reparto bastante coral y abierto, sabe conglomerar en pantalla a los superhéroes en plena batalla y no perder un ápice de esa batalla campal en plena Nueva York. En este caso que nos atañe, la cinta no pierde nunca de vista a los tributos en plena lucha o en momentos de huida y tensión.

Aunque lo mejor de la película sin duda llega del lado de los actores. A pesar de ser un reparto tan amplio, ninguno desmerece su papel y consiguen no parecer planos e incluso logran reflejar con realismo y cierto talento su profundidad y su crecimiento. Los conflictos, tanto grupales (la propia batalla, la rebelión contra El Capitolio, el movimiento y choque de fuerzas entre el poder y los tributos) como individuales (la indecisión y el miedo de Katniss, el amor incansable y resignado de Peeta, la lealtad de Finnick) están representados de una manera muy efectiva, ya que todos los puntos o ramas argumentales del film desprenden interés a lo largo de su precisamente alargado metraje.

Pero mención aparte merece la protagonista. La chica de moda de la industria. Jennifer Lawrence es la actriz del momento. Capaz de hacer un papel brillante de heroína juvenil y de bordar la actuación de loca amante, como de saber ser una secundaria de lujo. La naturalidad primero y luego el evidente talento innato para estar delante de las cámaras hacen que JLaw sea una musa para muchos directores y un diamante muy tentado por cualquier productor o guionista. Y más a parte aún su atractivo físico. 22 años cuidados mejor que el jamón tiene el bombón de Louisville.

En definitiva, "Los Juegos del Hambre: En Llamas" es una gran secuela y una inmejorable continuación de la saga. Una película de la que los dueños de la franquicia en términos cinematográficos deben estar orgullosos y que asegura una muy buena base gracias a su fantástico epílogo cargado de suspense y que deja al espectador en la silla rabioso por la imperiosa necesidad de visionar más para la carta de presentación de las 2 próximas y últimas películas de la saga literaria, que nos llegaran seguidamente en Noviembre de 2014 y Noviembre de 2015. El Sinsajo ha salido del nido, y va a volar muy alto



That´s what I say.
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Wanchope

Bruce, mójate y pon nota al final de tus críticas, ya puestos.  :burla
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Filomeno_a_mi_Pesar

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Yeezus

Cita de: Wanchope en 23 de Noviembre de 2013, 04:57:41 PM
Bruce, mójate y pon nota al final de tus críticas, ya puestos.  :burla

Hecho!

La prox. lo hago.
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david6666

mas de 5 millones va a hacer esta basura, definitivamente el cine se muere, ya no hacen pelis como antes.
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efialtes76

Cita de: david6666 en 24 de Noviembre de 2013, 07:09:14 PM
mas de 5 millones va a hacer esta basura, definitivamente el cine se muere, ya no hacen pelis como antes.

Lo que tú digas...
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Doomwatcher

La vi anoche y considero (desde mi subjetivísimo punto de vista) que pese a tener la desventaja de no sorprender (porque ya sabemos de qué se trata todo) es considerablemente mejor que la primera. El guión es más crudo, los personajeses tienen algo más de profundidad, Snow es aún más hijo puta que antes, el apartado visual es un show para los sentidos y la acción no desmerece.

Lo único que no me gustó es que a mi juicio se debió mostrar más

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Peleas entre los tributos
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Y al igual que en la anterior, el personaje de Katniss me parece demasiado light, además que en esta ocasión
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solamente se cargó a uno
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Creo que si ese número aumentara un poco, el personaje tendría un poco más de credibilidad

En cualquier caso, me ha encantado y espero que llegue pronto la siguiente

:adios :adios
DOOMWATCHER
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Mad Joker

Cita de: Doomwatcher en 25 de Noviembre de 2013, 03:01:23 PM

Lo único que no me gustó es que a mi juicio se debió mostrar más

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Peleas entre los tributos
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Y al igual que en la anterior, el personaje de Katniss me parece demasiado light, además que en esta ocasión
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solamente se cargó a uno
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Creo que si ese número aumentara un poco, el personaje tendría un poco más de credibilidad

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Si no recuerdo mal, en el libro ocurre lo mismo. De hecho, los sucesos de la arena, a diferencia de en los anteriores juegos, tenían pocos enfrentamientos entre tributos. Que no te ha gustado eso, lo entiendo, pero ten en cuenta que es una adaptación.
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Yeezus

Cita de: Mad Joker en 25 de Noviembre de 2013, 03:33:07 PM
Cita de: Doomwatcher en 25 de Noviembre de 2013, 03:01:23 PM

Lo único que no me gustó es que a mi juicio se debió mostrar más

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Peleas entre los tributos
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Y al igual que en la anterior, el personaje de Katniss me parece demasiado light, además que en esta ocasión
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solamente se cargó a uno
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Creo que si ese número aumentara un poco, el personaje tendría un poco más de credibilidad

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Si no recuerdo mal, en el libro ocurre lo mismo. De hecho, los sucesos de la arena, a diferencia de en los anteriores juegos, tenían pocos enfrentamientos entre tributos. Que no te ha gustado eso, lo entiendo, pero ten en cuenta que es una adaptación.
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Hay que recordar que ninguno de los tributos, que ya fueron tributos tiempo atrás, está de acuerdo con la batalla, por lo que la actitud de rebeldía o los pactos de no agresión son normales, fuera aparte de que como dice Mad Joker es una adaptación.
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Doomwatcher

Si, uds poseen razón. La verdad he iniciado la lectura del primer libro en inglés pero no dispongo de mucho tiempo para ello.

He leído que esta entega como adaptación es totalmente fiel al libro así que yo no debería pedirle peras al olmo (solamente Chuck Norris lo hace, y el olmo se las da) pero como os dije, es mi opinión personal.

Un saludo a todos y larga vida a Jennifer Lawrence !
DOOMWATCHER
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Wanchope

Cita de: Doomwatcher en 25 de Noviembre de 2013, 09:02:17 PM
... yo no debería pedirle peras al olmo (solamente Chuck Norris lo hace, y el olmo se las da)...

:risa
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Yeezus

Cita de: Doomwatcher en 25 de Noviembre de 2013, 09:02:17 PM
Si, uds poseen razón. La verdad he iniciado la lectura del primer libro en inglés pero no dispongo de mucho tiempo para ello.

He leído que esta entega como adaptación es totalmente fiel al libro así que yo no debería pedirle peras al olmo (solamente Chuck Norris lo hace, y el olmo se las da) pero como os dije, es mi opinión personal.

Un saludo a todos y larga vida a Jennifer Lawrence !

Amén a eso último joder!
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0iker0

Ha sido más interesante que la primera. En ésta, teníamos una idea muy muy buena. Un juego ha sido creado para oprimir a la población usando el miedo. Usando el juego uno de los participantes se ha convertido en un símbolo, en una esperanza. De ese juego opresor ha surgido una llama esperanzadora.

Y esto es lo más interesante de la película: cómo se mueve para cada uno, para avivar o intentar apagar esa llama. Los juegos ya no agresivos, si no los políticos. Un frente contra el otro. Los opresores contra los liberadores. Y la verdad es que la película sabe moverse muy bien en estas aguas, y, aunque le sobren unos 10 minutos de metraje, nunca deja de ser interesante. La falsa risa del presentador de los juegos, que tiene un toque de Joker, un toque siniestro. Creo que este presentador es uno de los grandes olvidados de ambas películas, y en mi opinión, es uno de los que más mal rollo dan, uno de los que más gráficamente nos muestra el poder del estado.

En resumen un buen entretenimiento que nos invita a la revelación contra los opresores. 7,5.
Sherlock Holmes is a human trying to be a God. The Doctor is a God trying to be human.

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Nemorise

Hay excepciones que confirman la regla. Y es que hay segundas partes que sí son buenas.

Si bien es cierto, la película adapta a la perfección la novela de Suzanne Collins, pero es más, añado que mejora a la obra.
Partiendo de la base que salí horrorizada de la primera parte, 'Los juegos del hambre', por ese tono edulcorado que adquirió sin serlo, considero que el estropicio que hicieron con la anterior en esta lo han reparado.

No solo podemos disfrutar de una interpretación de Lawrence, que se come al resto de actores con patatas en pantalla, en su papel como Katniss Everleen, sino que además han conseguido que por fin el espectador entienda algo de lo que se quería transmitir en los libros de Collins.

Porque seamos claros. 'Los juegos del hambre' es una crítica directa hacia la violencia y hacia las personas que hacen negocio de la misma, pero la mejor manera de reflejarlo es con propia violencia, y es por fin 'En llamas' donde podemos encontrarla. De hecho, los pocos fallos que le he encontrado a esta película, vienen propiciados por ser expresamente tan fiel al libro.

Pero lo que más me ha entusiasmado de este blockbuster ha sido la capacidad de mostrar un Estado soberano y durmiente que de pronto renace con la esperanza de un cambio, con ese despertar de la conciencia social y con ese 'Viva la revolución'.

6,7/10
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