Monstruos University (Monsters University)

Iniciado por Wanchope, 11 de Junio de 2013, 10:29:19 AM

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Wanchope

Monstruos University
(Monsters University)



SINOPSIS:
Desde que era un pequeño monstruo y antes de entrar en la universidad, Mike Wazowski ya soñaba con convertirse en un Asustador y él sabía, mejor que nadie, que los mejores asustadores salen de Monstruos University (MU). Pero durante su primer semestre en la MU, los planes de Mike se van al garete al cruzarse con el popular James P. Sullivan, "Sulley", un Asustador nato. Por culpa de su desenfrenado espíritu competitivo, ambos son expulsados del prestigioso Programa de Sustos de la Universidad. Y para empeorar las cosas, se verán obligados a trabajar juntos con una extraña pandilla de monstruos inadaptados... si es que quieren arreglar su situación.


CRÍTICA: Animal House

Una de las cualidades que solemos encontrar en las producciones que merecen destacar es que estas no sólo aguantan el paso del tiempo, sino que incluso parece que como el vino mejoran de un año al siguiente. A cada nuevo visionado sus bondades para con el espectador se vuelven cada vez más sólidas, realzando el por qué son títulos que merecen ser destacados... simplemente, porque se lo merecen. Esto sucede con la mayor parte de los títulos de Pixar, entre ellos cómo no 'Monstruos SA', de la que más de diez años después presentan una precuela con la que reencontrarnos con Mike y Sulley, con la que descubrir "cómo" se conocieron. Hay quien dice que caer en el vicio de las secuelas es un indicio de una posible falta de ideas... tal vez, pero también hay quien dice muchas tonterías y le gusta hablar por hablar.


Pixar sigue siendo Pixar... hasta en sus peores películas, aquellas que hay quien desprecia por el simple hecho de ser tan "malas" como de "buenas" suelen ser las mejores de algunos de sus rivales que, por contra, incluso pueden llegar a ser relativamente aplaudidas a ese mismo nivel. Y es que el peor rival que tiene Pixar... es la propia Pixar, y el nivel de exigencia aparente que eso supone. Y eso es algo que quedo claro cuando estrenó hace un par de años 'Cars 2', excepción a la norma que aún siendo "lo peor" de la compañía no le tiene, prácticamente, nada que envidiar a cualquiera de las entregas de Madagascar o Ice Age. Más bien, lo contrario, porque aun con unos resultados (e intenciones) similares Pixar al menos apostó por cambiar un compás que DreamWorks Animation y Blue Sky copiaron de una secuela a otra (e incluso de película en película), haciendo de un filme "de carreras" una especie de reverso motorizado y para todos los públicos de James Bond.

Algo parecido viene a ocurrir con esta 'Monstruos University', una precuela completamente distinta al filme original que poco tiene ver con las secuelas a las que, por costumbre, se les da luz verde por simple inercia rutinaria. Directamente, 'Monstruos SA' no es una película que naciera ni con vocación de franquicia ni con la intención de ser la primera de nada. Más de diez años son los que han tardado Mike y Sulley en volver a la gran pantalla, y para cuando lo han hecho ha sido por un mejor motivo que el simple hecho de exprimir el bolsillo de las familias (empezando por el hecho de que los dos filmes son realmente para TODOS los públicos). Por supuesto, las cosas como son, y dentro del mundo capitalista en el que nos movemos nadie da un duro por peseta, y Pixar no ha producido está película de cara a la beneficencia. Pero eso no quiere decir que no haya puesto todo el mimo del mundo en ella, ofreciendo un espectáculo audiovisual de primer orden sumamente entretenido, sumamente divertido. Y técnicamente deslumbrante.

Sí, 'Monstruos University' sigue siendo una producción de Pixar, y la diferencia respecto a la competencia sigue siendo notable, especialmente en lo que a su atención al detalle se refiere. No obstante, como ya habrán notado por cierta actitud defensiva que se puede desprender de mis palabras, el resultado final no tiende a transmitir el entusiasmo de anteriores ocasiones. Y esto requiere de una explicación, además, muy sencilla... dejando al margen lo "excesivamente americano" que puede ser (inspirado directamente en los títulos universitarios del estilo a 'Animal House'), en 'Monstruos University' nos reencontramos con Mike y con Sulley, pero no con Boo. Atendiendo al primer filme, la parte emocional del mismo residía en la relación entre Sulley y Boo, y es precisamente este aspecto el que brilla por su ausencia en esta por demás recomendabilísima precuela: la relación entre Mike y Sulley es muy simpática, pero no es emotiva.

Este aspecto es la principal diferencia y el principal motivo por el que 'Monstruos University' se queda, en última estancia, algo por debajo de los grandes títulos de Pixar: porque aunque se disfruta mucho, con una sonrisa de oreja a oreja... no emociona, siendo una producción que, sencillamente, podría ser tildada simplemente de divertida y/o entretenida. Podría, y habrá quien lo haga como si de una producción de DreamWorks o Blu Sky se tratara. ¿Un título menor tal vez? Tampoco. Porque aún a falta de un pedazo de ese corazón que latía bajo la carcasa de Wall-E la cinta propone otros argumentos que hacen de la experiencia de volver a la escuela, quién lo diría, igualmente toda una delicia. No ya sólo por los personajes de Mike y Sulley (y algunos excelentes secundarios), sino también por su puesta en escena en donde, a través de un ritmo desenfrenado, brillan con luz propia el extraordinario empleo de la luz y el color, así como la soberbia banda sonora de Randy Newman. Entre otros.

¿Se acuerdan de la escena del mercado Troll de 'Hellboy 2'? Así es, en suma, 'Monstruos University' cuando en escena se convoca a todo tipo de criaturas. Un producto muy satisfactorio al que, si acaso, le podemos echar en cara que no sea una de las grandes de Pixar... que en la comparación con los grandes títulos de la compañía salga perdiendo. Quién sabe, igual simplemente es cosa del momento, igual sólo hay que darle un poco de tiempo: sin ir más lejos un servidor admite que, en su momento, no se sintió particularmente emocionado con 'Monstruos SA'... hasta que los posteriores visionados, el último de ellos apenas unas horas antes de ver esta precuela, la han situado en su sitio. Sea como fuere, ya hablemos de términos tan vacuos como la mejor o la peor, lo cierto es que 'Monstruos University' se disfruta, y mucho... como si lo fuera. Y además los incontables guiños hacia el espectador -atención a los cameos, en especial los que se producen al final- harán las delicias de los fans...

Pd. no se les ocurra llegar tarde al cine... se perderían el -para variar- excelente cortometraje que precede a la proyección, 'The Blue Umbrella'. No hace falta decir más.

Nota: 7.5


Lo Mejor:
- Su extraordinaria caligrafía audiovisual
- Su simpatía natural, capaz de permitir que le perdonemos alguna que otra cosilla

Lo Peor:
- La comparación con las mejores de Pixar... o simplemente con la original
- Que es el mundo universitario que muestra es tan norteamericano, que igual habrá muchos espectadores a los que les costará conectar
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jescri

Molaaaa   :sorpresa

Lo de la Uni Norteamericana a mí me mola así que sin problemas   :tititi
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fenometrix

 :obacion :obacion :obacion
Tal vez la peli no emocione, pero tu si que me has emocionado a mi con esta pedazo de critica. Me ha encantado.
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Wanchope

Cita de: fenometrix en 11 de Junio de 2013, 10:43:07 AM
Tal vez la peli no emocione, pero tu si que me has emocionado a mi con esta pedazo de critica. Me ha encantado.

En esta ocasión no hay lagrimita, vaya.  :poss

Pd. Gracias!!
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reporter

Cita de: jescri en 11 de Junio de 2013, 10:41:26 AM
Molaaaa   :sorpresa

Lo de la Uni Norteamericana a mí me mola así que sin problemas   :tititi

Otro que conecta con este mundillo :alegre. La crítica me la leo bien cuando haya visto la peli (EJEM, EJEM, DISNEY ESPAÑA... EJEEEEM!!!), mientras, muchas ganas y, como no, muchas gracias :obacion!
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Wanchope

Cita de: reporter en 11 de Junio de 2013, 11:40:51 AM
Cita de: jescri en 11 de Junio de 2013, 10:41:26 AM
Molaaaa   :sorpresa

Lo de la Uni Norteamericana a mí me mola así que sin problemas   :tititi

Otro que conecta con este mundillo :alegre. La crítica me la leo bien cuando haya visto la peli (EJEM, EJEM, DISNEY ESPAÑA... EJEEEEM!!!), mientras, muchas ganas y, como no, muchas gracias :obacion!

:burla
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Mai

Me gustó mucho Monstruos SA, los espero con ganas en la university  :poss

Un grande para el Wanchito!!!



"Me despierto muy temprano.Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano" (Léolo)
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Wanchope

Cita de: Mai en 11 de Junio de 2013, 01:16:30 PM
Me gustó mucho Monstruos SA, los espero con ganas en la university  :poss

Secuelas así da gusto, ya sea peor o mejor se nota que no se ha hecho simplemente "por hacer".  :poss
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Banacafalata

Nostalgia de Juventud

Antes de pararme a hablar acerca de Monstruos University, permítanme la osadía de intentar establecer un paralelismo entre los comienzos de Pixar y Disney en la historia cinematográfica. Obviamente hablamos de periodos distintos de tiempo y muchos más extensos en los inicios de Disney por el cambio en el ritmo de producción en la industria del cine. Parémonos a pensar un momento, ¿de dónde llegó la grandeza de Disney? Es cierto que desde sus inicios, la factoría nos mostró un gran puñado de obras maestras, imperecederas hoy en día, desde su primer largometraje Blancanieves y los siete enanitos, a películas como Pinocho, Bambi o Dumbo. Pero no todo era tan bonito, ahí están obras menores como Saludos Amigos, La Leyenda de Sleepy Hollow, El Señor Sapo, o incluso películas que aún siguen vigentes como 101 Dálmatas, Merlín el encantador o La Dama y el Vagabundo. Ninguna de ellas era una mala película, pero comparadas con el nivel que solía mostrar la factoría de los sueños, sin duda se las podía acusar de ser películas menores, ¿acaso son malas películas Cars o Brave si no las comparamos con el resto de las películas que nos ha entregado Pixar hasta la fecha?

Pero existía un motivo, más allá de sus largometrajes, que es lo que ayudó a marcar la huella imborrable de Disney. Sus cortos de animación. Las Silly Symphonies que eran grandes obras maestras enlatadas en un cuerpo de menor duración. Ellas fueron realmente, las que asentaron la fuerza de Disney, ayudaron sus largometrajes, no cabe duda, pero posiblemente sin cortometrajes tan maravillosos como El Patito Feo, El Viejo Molino o Árboles y Flores, Disney no se hubiera convertido en la factoría de los sueños que llegó a ser. El ejemplo más evidente de esto lo tenemos lo tenemos en Warner, su rival en aquella época, sin necesidad de largometrajes, dejaron una huella tan imborrable como la de Disney en el cine de animación gracias a sus Merrie Melodies, a día de hoy se hace impensable hablar del cine de animación sin fijarse en obras como Duck Amuck o What's Opera, Doc?

Se puede acusar a Pixar de que sus últimos largometrajes no hayan conseguido llegar al nivel de maestría, originalidad y sentido del arte que mostraron continuamente en películas como Wall•E, Up o Toy Story 3. Pero pensar que por ello Pixar ha dejado de ser la casa más importante en el terreno de la animación a día de hoy es de necios. Porque precisamente, antes de empezar han mirado atrás, han mirado lo que en su día hicieron Disney y Warner y han copiado el modelo, es difícil que la constancia de una producción al año de un largometraje de más de 90 minutos siempre se resuelva con la inteligencia que han mostrado en otros de sus productos largos. Pero no son sus únicos trabajos, y año tras año nos siguen regalando pequeñas capsulas de arte, que además, rezuman amor por el cine. Monstruos University abre con otra de esas diminutas y a la vez tan enormes obras de arte, tal y como suele ser habitual antes de sus películas. Un corto de apenas seis minutos llamado Blue Umbrella. Seis minutos de pura poesía visual, un romance de esos que encogen el corazón como lo hicieran en el comienzo de Up. Una historia de dos paraguas que luchan por encontrarse en un mundo de indiferencia, dónde son los pequeños detalles los que luchan por la unión. Sí, de nuevo Pixar nos entrega una obra maestra sin haber llegado a ver su película. Es por eso que su hegemonía a día de hoy es imborrable, otros, como la propia casa Disney se han dado cuenta de ello, y el año pasado nos regalaron la hermosa Paperman. Otros como Dreamworks, son incapaces de ver algo así, y siguen centrado en simplemente hacer marca estirando sus productos, algo que a día de hoy les reportará muchos beneficios, pero que a la larga, se acabará borrando por completo.

Monstruos University no es una de las mejores películas de Pixar, de nuevo cuesta aquí vislumbrar todo el talento potencial que la compañía muestra en los seís primeros minutos de proyección. Un entretenimiento familiar, bastante estimable, que aún así, es superior a sus dos últimos trabajos. Pero por desgracia, también queda lejos de una primera entrega que abordaba el tema de la paternidad adoptiva de la mejor forma que jamás se ha tratado en el cine de animación. Pocas películas pueden encontrar una función tan didáctica como ésta a la hora de tener que enfrentar a un niño al conocimiento de su pasado. La película nos sitúa años antes de la primera entrega. Tras una visita a las oficinas dónde trabajan los monstruos asustadores, Mike, en estos primeros momentos, estableciendo una conexión con Boo y siendo un personaje de alma (y una adorabilidad) semejante, que incluso vuelve a repetir la imprudencia de cruzar al mundo que no es el suyo y, se quedará prendado con ese mundo. Siguiendo ese sueño de infancia, en la adolescencia entrará en la universidad para monstruos, para conseguir ser asustador pese a tener todo en contra. Allí coincidirá con Sulli, que al contrario que su compañero, tiene todo a favor, pero cree que el hecho de tener la apariencia y el nombre, le será más que suficiente para conseguir su desempeño. En cierto modo podríamos decir que Monstruos University no deja de ser una pequeña revisión de la fábula de La Cigarra y La Hormiga.

El hecho de que Monstruos University sea una película bastante liviana, que nunca busque un objetivo mayor que el de el entretenimiento del espectador, no la exenta tampoco de dejar en ella el fuerte valor educativo y didáctico del que siempre deben hacer galas las películas de animación. El trabajo, junto a la unidad familiar, siempre ha sido una de los temas constantes durante toda la cinematografía de Pixar. La película, muestra con acierto, la derrota del individualismo. Así, Mike y Sulli, tendrán que juntar sus talentos para conseguir triunfar en lo que se propongan, levantarse contra la adversidad para poder alcanzar su sueño. Para ello, se reunirán con los únicos que en la universidad les trataran como semejantes, un grupo de marginados que se sienten ninguneados y son tratados como inferiores, pero cada uno de ellos con una poderosa habilidad para hacer grande al grupo. Para demostrar su valía, tendrán que superar una yincana, con una serie de pruebas, que llevan a la película un poco a galope entre Los Juegos del Hambre y Harry Potter y el cáliz de fuego, de hecho, la presencia de esta saga, es una de las mayores referencias de la película, desde el aula de enseñanza, al interesante personaje de la decana Hardscrabble que tiene mucho de la profesora McGonagall.

Pero lo mejor de Monstruos University llega justo a su final. Tras una película realmente amena y divertida, que en realidad no deja de ser un continuo homenaje al cine adolescente y de fraternidades, en su epílogo, vuelve a mostrar la magia de Pixar. Es así como a través de simples fotografías, no sólo unen las dos entregas de la película, si no que son capaces de regalarnos un momento lleno de la habitual magia de Pixar. Es cierto que Monstruos University no es la obra maestra que años otrora nos viniera entregando la factoría continuamente. Pero sería injusto descalificarla por este motivo, porque estamos ante una obra apreciable, entretenida y muy divertida, con una técnica de animación que ya es absolutamente perfecta y que además cuenta con una maravillosa paleta de colores llena de colores vivos que se convierte en un deleite para la vista. Aunque las pinceladas de genialidad sean muy breves, llegan a aparecer, y nos ganan por completo. Como nos gana ese bello paraguas azul enamorado de un paraguas rojo al principio de la película y que no hace más que confirmarnos, que si una vez Disney fue la fábrica de los sueños, ese testigo, hoy, lo ha recogido Pixar.

Nota: 7
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reporter

Abecé de la hermandad Pixar

Corre por algunas universidades estadounidenses una historia que pasó de la anécdota al rango de casi leyenda en parte porque sus conclusiones pueden aplicarse a prácticamente cualquier escenario que reúna elementos mínimamente parecidos a los que van a citarse a continuación. Resulta que a muchos pedagogos de la principal súper-potencia mundial les gusta la idea de dividir a sus pupilos en dos categorías, y no escatiman esfuerzos a la hora de aplicarla. En la clase A ponen aquellos cuyo expediente académico deslumbraría incluso a los que hicieran uso de las gafas de sol más potentes (en estos terrenos, casi siempre se reduce todo a esto). Los alumnos A viven en una dimensión ajena al mundo real. Más allá de las evaluaciones, se sienten completamente perdidos. Al terminar un examen van corriendo a la biblioteca o a su zona de estudio favorita para enfrascarse en el estudio y preparación de la siguiente prueba. El objetivo, siempre en mente: conseguir que las notas a fin de mes / trimestre / curso le confirmen como el mejor del curso.

Mientras, en la categoría B encontramos a los rezagados. Aquellos que teóricamente entorpecen el buen avance del conjunto (pero sobre todo, el de los superdotados). Son los que difícilmente atienden mientras el tutor habla y, por consiguiente, los que sudan la gota gorda a la hora de salvar cualquier asignatura. Son, no obstante, los que, trampeando, esforzándose a última hora o simplemente iluminándose contra todo pronóstico, logran salvar el naufragio. En definitiva, forman parte todos ellos del clan de los espabilados; de los supervivientes natos. Una vez hecha la distribución, los profesores juegan a superar a Dios y ''los juntan'' ellos mismos. Resulta que antes de una excursión programada al norte de Montana, a un ilustre catedrático se le ocurrió la genialidad de que, para estudiar la naturaleza de tan bellos parajes, cogería a su centenar de alumnos y les obligaría a formar parejas, con la única condición de que éstas estuvieran integradas por un alumno A y un alumno B.

Una de las cincuenta parejas se encontraba ya haciendo el estudio de campo que se le había encomendado. A decir verdad, solo el estudiante brillante parecía estar por la labor. Todo arbusto, animalito y arroyo que se cruzaba en su camino quedaba pertinentemente inmortalizado en su blog de notas. Mientras, el lastre de su compañero se entretenía deambulando por los bosques fronterizos sin mayor motivación -aparente- que la de matar el rato hasta que llegara la hora de volver a casa. De repente un rugido heló la sangre de los chavales que hasta entonces apenas se habían dirigido cuatro veces la palabra. Después de mirarse el uno al otro con cara de terror, otearon el horizonte y a unos quinientos metros vieron un inmenso oso grizzli acercarse a toda velocidad. Zarpas afiladas, dientes inquietos y litros de baba con la velocidad de crucero puesta. No parecía que hubiera escapatoria. Los cálculos del alumno A (que tuvieron en cuenta el viento, la fuerza de la fricción y la energía cinética de todos los cuerpos involucrados en la ecuación) así lo corroboraron. La sentencia de muerte era irrevocable. No obstante, el memo del alumno B estaba asegurando el nudo de sus deportivas para empezar una carrera que supuestamente le salvaría la vida. El espectáculo era tan lamentable que el alumno A no pudo evitar, muy a su pesar, dirigirse a su compañero: ''Ahorra esfuerzos, idiota, no hay manera humana de que puedas correr más que un oso grizzli a campo abierto. He hecho los cálculos yo mismo.'' Sin embargo el muy imbécil siguió a lo suyo. Agachado, atando con fuerza los cordones. Cuando terminó tan absurda tarea se levantó, miró al cerebrito y, antes de irse, le respondió: ''No tengo que correr más que el oso... solo tengo que correr más que tú.''

No hay que ser el más listo de la clase para averiguar quién se convirtió aquel día en el almuerzo del hambriento animal. El favorito del profe, cuando tuvo que enfrentarse al mundo real, no lo contó. Tampoco se tiene que ser un superdotado para poder analizar correctamente el panorama general al final del cuento y así poder extraer la maldita lección. Sí, el que consiguió llegar al autocar siguió sufriendo -y de qué manera- para aprobar los exámenes (por si fuera poco, el dinero que tuvo que gastarse en psicólogos secó casi por completo la beca de deportes que había logrado conquistar en el instituto)... pero consiguió escapar de los jugos intestinales, y no fue ésta una cima para tener en baja consideración, ni mucho menos. Hasta aquí llegamos todos, pero nos falta mala baba. Lo que suele olvidarse a la hora de analizar el famoso festín es que, por mucha velocidad de reacción que tuviera el ''listillo'' (y realmente demostró tenerla), sus reflejos no hubieran servido de nada sin la inestimable -e involuntaria- colaboración de su engreído -y engullido- colega.


Ahora sí. Moraleja: A casa no se vuelve sin la participación activa de todos los miembros del equipo... por muy mal que éstos se lleven en un principio (y por muy mal que pueda terminar uno de ellos). La receta del éxito no está compuesta por un solo ingrediente, sino que se basa en la -sabia- conjunción de activos. Se trata de saber alcanzar la meta teniendo siempre en mente varios caminos o planes, porque en esta vida, pregunten a Murphy, todo puede torcerse. Hará ya casi veinte años (qué rápido pasa el tiempo), un alumno novato encandiló a medio mundo con su carta de presentación / motivación y revolucionó para siempre el mundo de la animación. John Lasseter, junto con otros nombres que más tarde asociaríamos como parte fundamental del núcleo duro de su equipo (ahí estaban desde el principio lumbreras del calibre de Pete Docter o Andrew Stanton... incluso nombres ahora supuestamente alejados de la órbita de este dream team como el preciadísimo Joss Whedon), presentó en sociedad 'Toy Story', brillante película en la que ya se dio a entender por dónde irían los tiros en la casa Pixar.

De nuevo, porque nunca está de más: se puede llegar a triunfar empleando más de una vía. Mejor dicho, cuantas más rutas alternativas se encuentren, mejor. Por ejemplo, en la ciudad de los monstruos, nadie asustaba mejor que ellos... pero cuando la crisis energética llamó a la puerta, fueron los primeros en darse cuenta de que con la risa podía llegarse mucho más lejos. A esto se dedicaba el dichoso flexo saltarín. A aplicar a rajatabla el manual que tan bien había memorizado, y cuando llegara el momento, a desviarse conveniente y premeditadamente para desmarcarse, como harían los grandes maestros y así sentar cátedra. Lo mejor del alumno A, combinado con las cualidades más potentes del alumno B, todo agitado y mezclado con la intención de concebir productos modélicos pero a la vez únicos y, desde luego memorables. El pulimento y consolidación de la fórmula nos llevaron a convertirnos en privilegiados testigos de un prodigioso e histórico lustro en el que se encadenaron obras maestras (no dentro de las cada vez más artificiales barreras de la animación, sino dentro del cine, en general) con una facilidad que asustaba...

... hasta que el aprendiz, convertido en -peligrosamente- incuestionable jefe, al ver que había puesto tantos años luz de distancia entre él y la competencia, se relajó. Esto o quizás dejó que el alumno A que llevaba dentro tomara las riendas él solito. Tal vez sin darse cuenta se concedió el lujo de bajar la guardia y empeñarlo todo en una pirotecnia visual que no ocultaba que los suministros de magia se habían quedado en stand by, esperando -confiábamos- un momento de mayor necesidad... que parece haber llegado ya. Desembarca 'Monstruos University' a nuestras salas y se intuye, desde el despacho de Lasseter, cierto apuro y voluntad de reivindicarse y de decir bien alto y claro a los rivales que la Pixar sigue ahí.

La apuesta apriorística, teniendo en mente los antecedentes (los éxitos y los tropiezos), parece la adecuada. Una vez más, se combina la fe en los valores seguros con el gusto por el riesgo. Lo de que ésta sea la primera precuela de la productora es en realidad una especie de mentira piadosa. Verdad a medias, si se prefiere, pues a fin de cuentas poco importa el sentido en el que se hayan movido las agujas del reloj, pues nada hace olvidar que ésta es la segunda ocasión que nos convertimos en compañeros de habitación de Mike y ''Sulley''. No tiene por qué ser algo malo (menos a sabiendas del camino hacia la perfección que aquí emprenden las secuelas), pero el factor novedad, es una obviedad, se ha perdido. Por otra parte, el supuesto salto mortal sin red de seguridad consiste en situar la acción en un entorno teóricamente vetado a los intereses y sensibilidad de la madre Disney.


Las puertas del campus se abren ante nuestros ojos... con todas las promesas -o amenazas- de juerga dura. ¿Sexo, alcohol, drogas y rock and roll? Va a ser que no, para los amantes de las curiosidades reveladoras, 'Monstruos University' es la segunda película en la historia que, a pesar de que su acción prácticamente no salga de los muros universitarios, consigue la calificación más benévola para su exhibición (la primera, por cierto, también estuvo apadrinada por el ratón Mickey). Bajo la supervisión de Wazowski y Sullivan (dos personajes que, siguiendo al pie de la letra el abecé Pixar, parece como si fueran parte de la familia), nadie corre peligro. Los pecados de la post-adolescencia en esta ocasión se quedan en el acné, los tupés y los aparatos dentales, además de en alguna que otra referencia al bullying, reducidas todas ellas a las simpáticas guerras entre machos alfa y ''pringaos''.

El campo de batalla para que estos dos eternos estratos sociales (además de otras -inofensivas- tribus urbanas) diriman sus diferencias es una montaña rusa fruto de la unión entre las aventuras para toda la familia de 'Harry Potter y el Cáliz de Fuego' y el sadismo entrañable del Takeshi Kitano televisivo y su mítico ''Humor amarillo''. Divertida (pero no perdurable en la memoria) carrera de obstáculos en la que los alumnos A y los alumnos B se pican y -sin saberlo ellos- se cambian los papeles para que el debutante en el largo Dan Scanlon firme otro tratado marca de la casa sobre la amistad, que como bien sabemos, es ese tesoro que se construye a base de puntazos desinteresados y de puñaladas traperas. Drama y comedia se combinan de forma convincente pero no contundente. Desfilan ordenadamente pero a trompicones. Salta a la vista que la mezcla se ha llevado a cabo con mucho conocimiento... pero con demasiado poco espacio para la intuición. La magia antes comentada se deja ver, sin embargo, no aparece la chispa final para que todo prenda.

Sí que luce un mimo técnico (superado no obstante por el impresionante foto-realismo del cortometraje de apertura 'The Blue Umbrella', de Saschka Unseld, estimable carta de amor al cine de Wong Kar-Wai) que hace brillar como nunca antes los tonos pastel. Esta colorista y por otra parte muy esperable excelencia visual es usada al mismo tiempo para reírse con inteligencia (pero no con todo el gamberrismo deseable) del encorsetamiento académico, así como del deber de responder ante el (auto)impuesto prestigio de los apellidos. También hay risas dedicadas a las demás hermandades, sobre todo en lo referente a sus tics referencialistas (detectar en 'Monstruos University' los guiños cinéfilos sí que es una asignatura dura, muestra inequívoca de que en chez Lasseter el séptimo arte sigue queriéndose con locura... amor que a estas alturas no tiene por qué avalarse con obviedades).

Donde no se oyen carcajadas es en el patio de butacas, lo cual es, poca broma, un síntoma más que esperanzador. La evaluación final del producto corresponde, como no, tanto a los mocosos como a los santos papis. Ya se ha dicho: durante la proyección, muestras de alegría más bien pocas... y un niño no para de llorar. ¿Pintan bastos? No, porque cuando vuelven a encenderse las luces descubrimos que esta Pixar a medio gas pero afortunadamente reconocible ha vuelto a llevarnos por dónde ella quería: la nostalgia se ha apoderado de la ciudad de los monstruos... y ahora, para cargar las pilas, no toca reír, sino dar miedo. Los peques ya no quieren ser médicos o bomberos... intuyen que su vocación es la de asustador, de modo que practican sus rugidos y sus gruñidos más temibles. Los mayores, encantados con el espectáculo... y seguramente preguntándose a cuánto ascenderá la matrícula en la ''MU''.

Nota: 7 / 10
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Wanchope

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reporter

No estamos en Barcelona para despreciar favores :inocente.
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jescri

A ver si puedo verla mañana. Por el momento veo demasiada unanimidad, así no mola    :palomitas
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Wanchope

Cita de: jescri en 21 de Junio de 2013, 05:29:11 PM
A ver si puedo verla mañana. Por el momento veo demasiada unanimidad, así no mola    :palomitas

Mejor, las apuestas seguras nunca están de más.
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jescri

Lo peor que podemos hacerle a esta película es calificarla como tibia. Hablamos posiblemente de la precuela de una de las cinco mejores películas de animación de la historia, y estar a la altura es arduo complicado. En esta comparación hay que dejar por encima a la cinta original, todo ello a pesar de que 'Monsters University' es un prodigio técnica y visualmente. Por no hablar de esa primera escena con el pequeño Mike Wazowski, simplemente sublime.

MU tampoco llega a la altura de otras obras maestras de Pixar como 'WALL•E', 'Up' o 'Ratatouille', aunque sí es considerablemente superior a la secuela de 'Cars', posiblemente el mayor plof del estudio. Especialmente porque la historia de MU es mucho más sólida y concuerda a la perfección con lo que vimos "después" en 'Monstruos, S.A.'. Pero a pesar de esta solidez, pierde la batalla con películas que he mencionado antes entre otras cosas porque está algo falta de esa magia e imaginación que suele caracterizar a Pixar, pero principalmente por no tener esa arrogancia de la cinta original, que se sabía superior al resto de los "mortales".

A su favor tenemos unos personajes que vale la pena ver aunque sólo sea por nostalgia, acompañados por otros nuevos personajes que para nada desentonan, como la decano, una especie de criatura alada que impone lo suyo. También la veo muy acorde para los niños (al menos si son mayores de 4-5 años), y nuevamente Pixar acompaña el film con un gran corto con un paraguas como protagonista.

Finalizando y puesto que se trata de dos personajes a los que adoro, me quedaré por encima de todo con lo enérgico, intenso, divertido y agradable de una película llena de buenas escenas que podríamos comentar largo y tendido. Estoy convencido que hasta para el más negativo de los mortales 'Monsters University' tiene que ser por fuerza una decepción... deliciosa.

Nota: 8,5.
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