Las sesiones

[a free spirit]

Las Sesiones

SINOPSIS: Las sesiones cuenta la historia de un hombre que ha pasado la mayor parte de su vida dentro de un pulmón de acero y que está decidido –a sus 38 años– a perder su virginidad. Con la ayuda de su terapeuta y la orientación de su sacerdote, acomete la empresa de convertir su sueño en realidad.

CRÍTICA: La busqueda de una última sensación

Caprichosa es la cartelera de cine que este 2012 hayan coincidido en cartelera "Intocable", "Hasta la vista" y "Las sesiones", tres películas en las que un personaje tetraplejico (en el caso de Hasta la visat uno de ellos) consigue salir adelante y cumplir sus objetivos sin perder la sonrisa aunque siempre con una ayuda necesaria, y esa ayuda encarnada por personajes que daban mucho juego a sus respectivas películas.

La que nos ocupa ahora, Las sesiones, la película que ha resultado ser el film sorpresa en el preestreno a ciegas de Yelmo Cines en el que hemos ido a un preestreno sin saber la película que era, es ese toque indie-americano de este tipo de historias que he mencionado antes, no por ello es malo, ni mucho menos, pero es que el cine independiente americano se ha vuelto tan característico, tan suyo, que es fácil reconocer una película así (no obstante, en la proyección nos han puesto el trailer de "El lado bueno de las cosas" y se reconocía ese estilo), en ese sentido Las sesiones es más original, puesto que se desarrolla en 1988 y no tiene esos elementos "modernos-guais" de este tipo de cine, sino que dentro de su propia historia busca crear su propio universo, un universo único, rico, variado pero en un contexto real en torno a hora y media.

Y justo después de presentarnos al protagonista y su situación y el porque está como está, es cuando comienza esa historia única y propia que nos cuenta la película, al igual que Hasta la vista trata de un munisvalido que quiere perder la virginidad, pero consiguen ser diferentes, pues Las sesiones se desarrolla únicamente en unos pocos escenarios de una misma ciudad, y es ahí donde reside la habilidad del guión de con unos pocos personajes crear una historia donde suceden grandes sensaciones interiores y personales en cada uno de los personajes de la película, incluso las tres únicas escenas en las que aparece el marido de la terapeuta sexual muestra sentimientos y

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un sentimiento de culpa después de romper la carta del poema

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Pero lo principal de la película y con lo que nos quedamos al verla es que es una comedia muy bien escrita, divertida, ingeniosa y con unos diálogos y escenas que han arrancado carcajadas en una sala llena hasta los topes, los elementos sexuales son el principal recurso cómico de la película, y es que si bien el cine americano suele ser descrito como mojigato y muy censurador en según que temas, Las sesiones es la muestra perfecta de como en el cine americano pueden hablar de sexo y rodar escenas de sexo explicito sin cortar absolutamente nada, pero es que esos diálogos y escenas de sexo no son relleno provocador, esos recursos son esenciales en el desarrollo de la trama de la película.

La película se promociona con John Hawkes, Helen Hunt y William H. Macy en el reparto, sin embargo en ninguna escena de la película llegan a estar los tres juntos, aunque es un detalle menor, pero que me resultaba llamativo, y aún haciendo personajes muy diferentes, el trio protagonista esta estupendo, John Hawkes y Helen Hunt hacen un gran trabajo y con William H. Macy te partes y es que tiene un personaje con escenas cómicas que arrancan más de una carcajada

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las confesiones en la iglesia son para mearse de risa

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, también quiero destacar a los actores de doblaje: Alberto Mieza (John Hawkes), Alba Solá (helen Hunt) y Pep Antón Muñoz (William H. Macy) que hacen un gran trabajo, de hecho, creo que es de los mejores doblajes que he escuchado en una película de comedia, de hecho, Alberto Mieza esta brillántisimo.
Y es que las interpretaciones son parte crucial de por que Las sesiones es una comedia estupenda.

Pero no solo de los tres protagonistas vive la historia, los personajes secundarios aunque no resultan totalmente determinantes para la trama si que aportan juego en los momentos en que salen, especialmente la principal cuidadora del protagonista (una estupenda Moon Bloodgood) y también, aunque estén más discretos, los otros dos cuidadores del protagonista no están de relleno, sino que se complementan muy bien a la trama, de hecho, hay un personaje secundario (la voluntaria) muy desaprovechado y que en las dos escenas que sale da muchísimo juego, además de tener un carisma brutal.

A lo largo de la película vemos la enfermedad del protagonista, pero durante la película no es tratado con morbo ni con compasión, sino más bien es el reflejo de las dificultades del personaje, no obstante, también se nos muestra un hogar donde se dan cita otros personajes minusvalidos, de hecho, en varias escenas aparece una chica en silla de ruedas y en algunas entrevistas aparecen otros personajes con minusvalías pero se nos presenta esa situación

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los minusvalidos y su sexualidad

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con sentido del humor y un momento brutal en el que toda la sala nos hemos reído.

El problema es que ese mismo reflejo que era neutro a lo largo de la película se vuelve morboso y excesivamente melodramático

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en los últimos 10 minutos de la película, antes de que el protagonista finalmente se muera

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, pero como he dicho al principio con lo que nos quedamos de la película es que es una comedia divertidísima, amable, sincera y agradable con la que pasaréis un buen rato además de comprobar que los americanos no son tan mojigatos como parece.

Como apunte final indicar, que a las productoras Such Much Films y Rhino Films les costó la película solamente 1 millón de dólares y le vendieron a la Fox la distribución mundial por 6 millones de dólares.

LO MEJOR:
-Los actores, todos
-La habilidad del guión de mezclar sexo y comedia y que además sea importante en la trama.

LO PEOR:
-

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El final melodramático es muy contrario al tono cómico de toda la película en sí

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-Lo desaprovechado que está el genial personaje de la chica voluntaria.

Recomendada para los que buscan una película atrevida y diferente y que quieran pasar un rato divertido y agradable y reírse a gusto.

[reporter]

Virgen a los 38

Por mucho que nos gusten las segundas lecturas y las interpretaciones más rebuscadas, la extrema complejidad en el proceso de creación de cualquier película (con las consabidas cantidades colosales de tiempo invertidas en él), sumada al insignificante lapso de tiempo comprendido entre las dos efemérides a retener, invalida cualquier teoría de la conspiración (o de aprovechamiento del rebufo) al respecto, pero no deja de ser curioso la similitud de escenarios bajo la cual se nos presenta la primera aventura norteamericana de Ben Lewin, en comparación con la antesala de uno de los booms en taquilla más sonados del curso anterior. Los puntos de unión entre 'Las sesiones' e 'Intocable' son demasiados y demasiado obvios como para ignorarlos.

El año pasado, en una de las peores ediciones del Festival de Cine de San Sebastián que se puedan recordar, la organización acudió, para evitar el siniestro total, al efectivo convencionalismo del filme de Olivier Nakache y Eric Toledano, y la apuesta gustó. Mucho. No es solo que la propuesta consiguiera ser una de las pocas que fueran despedidas con aplausos, es que, como se vio después, realmente, esta historia sobre la amistad entre un multimillonario tetrapléjico y un entrañable gamberrete de la banlieue, tenía una capacidad brutal para conectar con el gran público. Este año, en una de las mejores ediciones del Zinemaldia que se puedan recordar, llegó a la sección Zabaltegi Perlas, y sin hacer demasiado ruido previo, 'Las sesiones', con la nada despreciable credencial que supone el haber conquistado al público de Sundance.

En Donostia se repetiría dicho éxito. No hubo discusiones en cuanto al Premio del Público, en cuyo ranking final volvía a aparecer en lo más alto (y a bastante distancia de la segunda en discordia) un filme con el factor handicap como apriorísticamente fundamental elemento definidor del personaje principal. Si antes teníamos una mecanizada silla de ruedas, ahora el héroe de la función no puede concebirse sin la inestimable compañía de un aparatoso pulmón de acero. Debido a la contracción de una grave enfermedad cuando no era más que un niño, la vida del poeta y periodista Mark O'Brien ha estado marcada por un tratamiento salvador que a la vez se ha convertido en su peor condena, sobre todo en lo referente a llevar un día a día que pudiera entrar dentro de lo considerado como estrictamente ''normal''.

Llegado cierto punto de madurez, por mucho que la mente persiga elevadísimas metas, solamente al alcance de unos pocos -poquísimos- intelectuales, lo cierto es que ésta no puede existir, nos guste o no, sin el sustento del cuerpo... y éste casi siempre apunta hacia otros objetivos. La carne es débil, con lo que tarde o temprano necesita concederse alguna alegría. Si esto no sucede, no hay manera humana de que la materia gris funcione como es debido. El veterano director y guionista Ben Lewin lo sabe, y Mark O'Brien, cariñoso virgen a los 38, también. Es por esto que llegó un momento en su vida en el que tuvo que dejar todos sus miedos aparte y enfrentarse a la cruda realidad. Para entendernos, todos los poemas o dispositivos médicos del mundo no podían aplacar la necesidad primaria inherente en todo ser humano: darse un buen revolcón en la cama.

Así de sencillo... así de natural. El núcleo argumental de 'Las sesiones' no exige más explicaciones que ésta, y precisamente ahí es donde empieza a construirse el éxito de la cinta. Y es que hablamos de otra ocasión en la que el indie norteamericano nos da deslumbrantes muestras de su discreto pero a la vez contundente y casi universal encanto. Llega uno al final de la proyección de dicha película sin la sensación de haber aprendido grandes lecciones sobre la vida, y con la certeza de que la mayoría de bromas que se han recibido va a caer en el olvido. No obstante, la peculiar terapia sexual de Lewin encandila desde el primer momento, merced a un habilísimo guión que tiene del todo claro cuál es su misión: entretener y, a poder ser, emocionar. Puede que el cumplimiento del segundo objetivo pueda ponerse a debate, pero en ningún momento el del primero.

Desde la secuencia inicial, en la que se nos plantea la problemática que va a alimentar toda la trama, el ingenio del texto se muestra en todo su esplendor, y éste no desaparece hasta un final algo precipitado. Para darle todavía más vida están unos actores en estado de gracia (formidable John Hawkes, encantadora Helen Hunt en su vuelta al papel de santa musa cargada de paciencia, divertidísimo William H. Macy como cura que lleva con toda la filosofía que se le permite los peliagudos problemas carnales con los que se le obliga a lidiar...) que configuran un reparto de ensueño, ideal para que brille aún más un conjunto plagado de personajes cada uno de ellos rebosante de carisma. La acidez del humor actúa como el más afilado de los puñales cuando se lo propone, pero al mismo tiempo su faceta más tierna actúa como edulcorante perfecto (sin endulzar en exceso el plato, sino aportando un sano contrapunto para que el dramatismo no se adueñe del discurso), imprescindible en la confección de la receta ganadora que va a colarse en el corazón de cada espectador. Con mucho menos, Nakache y Toledano se metieron en el bolsillo a medio mundo.

Nota: 6,5 / 10

[Josemi19]

'Las sesiones' es el arquetipo de película que gusta pero que es imposible que alcance algo más. La película me ha gustado pero tampoco creo que sea una gran película. Un 6.

[Michael Myers]

'Las sesiones' fue una de las grandes sorpresas indie del año pasado, y ayer cuando la he visto, debo decir que con razón.

Esta película no solo es un relato de superación, sino de una mirada sin pudor alguno al sexo, pero transmitido con una delicadeza asombrosa a través de las fantásticas interpretaciones de Helen Hunt (desaparecida durante algunos años de la primera línea) y John Hawkes, en los que dan vida a dos personas que entablarán una bonita amistad llena de comprensión y afecto. Y también está el comprensivo padre al que interpreta William H. Macy que ayuda a Mark a que intente materializar su deseo. Ciertamente, esta película muestra el mejor lado del ser humano con personajes bondadosos, comprensivos y graciosos (lo irónico es que el personaje más gracioso era también el que peor estaba, Mark O'Brien).

Todos los personajes principales tienen su protagonismo en la película entrando y saliendo en la vida de Mark, pero el mejor personaje de todos es el personaje de Hawkes, que retrata con total verosimilitud y con el talento que el actor ha mostrado estos últimos años a un personaje frágil, pero un hombre de gran corazón y que nunca perdía el sentido del humor. No sé como no le han nominado al Oscar cuando otros roles similares (Daniel Day-Lewis en 'Mi pie izquierdo' o Sean Penn en 'Yo soy Sam') fueron oscarizados o nominados.

En poco más de 91 minutos hay espacio para todo tipo de sentimientos y al final de la película tenía la sensación de haber visto una película muy intensa sin necesitar más metraje.

7.8