La guerra de los botones (La Nouvelle Guerre des Boutons)

Iniciado por Banacafalata, 01 de Noviembre de 2011, 07:51:08 PM

Tema anterior - Siguiente tema

0 Miembros y 1 Visitante están viendo este tema.

Banacafalata

LA GUERRA DE LOS BOTONES


Sinopsis:

La guerra de los botones nos cuenta el virulento conflicto entre dos bandas de chicos de dos pueblos vecinos. Una guerra donde los botones son el precio de la derrota...

Crítica:

Es cuanto menos curiosa la situación que se ha vivido en Francia con respecto a las nuevas adaptaciones de La Guerra de los Botones, algo a lo que estamos acostumbrados a ver dentro de la gran industria hollywoodiense, pero que ahora ha pasado igual en Europa. Cuando en 2010 los derechos de la novela Louis Pergaud pasaron a ser de dominio público, las grandes productoras francesas se lanzaron a por ella para realizar una nueva revisión (ya contaba con una espléndida versión dirigida por Yves Robert en 1962), tan rápido lo hicieron que cuando se dieron cuenta ya era demasiado tarde para echar atrás los dos proyectos que ya habían empezado a producirse, uno dirigido por Yann Sammuel (Quiéreme si te atreves) y el otro por Christopher Barratier (Los Chicos del Coro). La rivalidad entre los dos proyectos llegó hasta el final y en Francia se estrenaron ambas con apenas una semana de diferencia en España se estrena ahora la versión dirigida por Barratier y habrá que esperar para poder disfrutar de la de Sammuel.

Barratier traslada la novela de Pergaud, ambientada a finales del siglo XIX a mitad de la II Guerra Mundial y a un pueblo francés ocupado por los nazis, claramente en busca de un escenario que pueda dotar a la historia de un ambiente más emotivo que del algo más despreocupado ambiente de la original dónde al final los adultos acaban convirtiéndose también en niños.  La historia de La Guerra de los Botones es conocida por todos, los niños de dos pueblos vecinos se encuentran en continua guerra, una guerra en la que la recompensa son los botones del adversario.

El realizador francés que ya demostró lo bien que se sabía manejar con niños en la fantástica Los Chicos del Coro vuelve aquí a mostrar su lado más amable y entrañable, sin apenas muchos cambios en el centro de la historia, el director consigue no repetirse en ningún momento y lo que es más importante resultar divertido en todo momento. Pese al traslado de la historia, la película no pierde en ningún momento su esencia original, el tono gamberro y familiar está vigente en todo momento. La historia de los chavales de esos dos pueblos funciona como la maquinaria del reloj, sabiendo ser divertida pero también cruel cuando se necesita, pero lo más importante es que pese al conocimiento de la historia consigue no resultar repetitiva.


Es quizá por el lado de los cambios por donde más pegas le podemos buscar a la película, es más que plausible la decisión de Barratier de llevar la historia a un terreno quizá más fácil de manejar e incluso de identificar por el espectador, un terreno dónde posiblemente podría haber cargado a la historia de mucha más fuerza y sobre todo es más que posible que el realizador viese en esa ambientación la posibilidad de acercarse a un público más adulto. Pero el problema es que en La Guerra de los Botones los protagonistas son los niños, los adultos, si acaso con la leve excepción del maestro no son más que simples comparsas, y aquí, pese a que esté plagado de rostros fácilmente identificables por el público, la sensación que queda con ellos es exactamente la misma, la de unos personajes apenas desarrollados, con un nulo interés y por supuesto, pese a la facilidad de posicionamiento que facilita la historia, ésta parece quedarse en vilo sin despertar la mínima reacción en el espectador. Por si fuera poco Barratier le regala todo el tramo final de la película en busca de un final emotivo, en cambio con lo que se encuentra es con una resolución demasiado rápida y atropellada, perjudicando también por esto a la historia principal que se queda prácticamente sin cerrar y sobre todo perdiéndose la magnífica conclusión que presta la obra original.

Como decíamos Barratier se ha rodeado de un reparto lleno de caras conocidas del cine francés, encabezado por uno de los mejores actores del panorama europeo actual como es Guillaume Canet. A él le acompañan Laetita Casta (Astérix y Obélix contra César), Kad Merad (Bienvenidos al Norte) y Gérard Jugnot (Los Chicos del Coro), pero realmente los protagonistas de la función son todo su elenco infantil, en un casting laborioso que recorrió todos los colegios de Francia y que desde luego supo dar en el clavo con cada uno de los niños finalmente escogidos para sus roles.

A falta de ver la versión de Yann Sammuel que sitúa la historia en los años 60 de la adaptación de Yves Robert, cabe decir que la de Barratier es una adaptación ligeramente fallida puesto que los cambios le sientan muy mal, no tanto por las ideas, que podían ser muy buenas, si no por lo mal desarrollados que se encuentran. Y aunque echamos también en falta la mala leche de la anterior (olvídense de que los niños fumen o beban alcohol, ¡y mucho menos de que luchen desnudos! Está claro que el puritanismo nos invade poco a poco), esta "nueva" guerra de los botones sigue siendo una buena película,  muy divertida y con un guión bastante interesante detrás (firmado por el mismo Barratier) aunque la impresión que deja es que podíamos haber asistido ante una película mucho más redonda que la que finalmente nos llega.

Lo mejor: Que sigue siendo igual de gamberra
Lo peor: La falta de desarrollo en los personajes y la trama adulta, y sobre todo la desaparición del genial final original por tener que terminarla de forma atropellada.
Nota: 6
  •  

Sullivan

Simpática, entrañable y divertida, aunque no deja de ser un mero producto dirigido a todos los públicos  que pretende hacer pasar un buen rato. No tiene nada de especial.

Un 5
  •  

jenamalone

Pues sí, simpática es la mejor palabra para definirla. Se pasa un ratito ameno con ella pese a que, como indica Banaca, la historia no es nada trascendental. Se ha querido sacar jugo a lo de ambientarla con los nazis pero eso acaba siendo lo de menos. Lo divertido es ver cómo los niños se pelean unos con otros, de forma muy light, con la recompensa de los botones; o el primer amor de uno de ellos. Los adultos en la peli están un poco de pegote porque tiene que haberlos, que si no...
Los nenes son todos muy entrañables. Me gustó mucho el que hacía de Lebrac. Cuando crezca será muy guapo, lástima que le saco 10 años  :poss
  •  

Wanchope

La guerra de los botones
(La Nouvelle Guerre des Boutons)



CRÍTICA: Erase una vez en la Francia ocupada...

Las intenciones de Christophe Barratier para con su versión particular del popular relato de Louis Pergaud al situar la acción de este en el marco de la Segunda Guerra Mundial resultan bastante evidentes... por más que su buena intención artística no venga acompañada de la maña y fortuna necesarias para evitar dar forma con ellas a una producción inconsistente e irregular que intenta abarcar mucho, demasiado, sin lograr apretarle las tuercas a sus diversos elementos lo suficiente para que el resultado alcance para ser una posible alternativa a la hora de presentar al citado Barratier, quien tendrá que seguir echando mano de 'Los chicos del coro' como carta de presentación.


Si el primer paso hacia el fracaso es intentarlo, por lo menos cabe agradecerle a Barratier que se haya salido del trazado más rudimentario a la hora de reposicionar en la gran pantalla la historia ideada hace ya 100 años por el malogrado Pergaud, sea o no por el influjo de la existencia de esa "otra nueva" versión alternativa y coetánea visualizada a través de los ojos del realizador Yann Samuell. Lo cierto es que lejos de valerse de un simple recalibrado de los valores que acuñaban la versión de 1962 firmada por Yves Robert, Barratier apuesta por meterle un peso -que sin embargo a la postre se convierte en lastre- a su narración reflejando las agresivas travesuras de un grupo de mini gabachos en las peripecias de sus mayores envueltos en un juego algo más serio al que la historia quiso bautizar como la Segunda Guerra Mundial.

En esta Francia ocupada por los nazis puede que no nos encontremos a nadie con la sonrisa inquietante de un Hans Landa como el de Christoph Waltz, pero la presunta trascendencia con la que se pretende vestir lo que no debería de ser más que un juego de niños transforma sobre y durante la marcha un relato nacido para la inocente simpatía en un alegato a favor de una causa de difusa focalización y resultados intrascendentes, donde la seriedad siempre más aburrida de los adultos que debiera servir de simple y banal contrapunto se torna en inoportuna y molesta visita. Demasiado seria para ser una comedia, demasiado dispersa para ser tomada en serio, y demasiado errática como para que su discurso termine por asentarse en cualquiera de sus formas. No es tanto el Barratier realizador como el Barratier guionista, no es tanto el encontrarse con una comedia que tal vez no haga tanta gracia como pudiera como el encontrarse con una torpe lectura unidimensional disfrazada de historia a la que no se la esperaba.

El potencial de esta "guerra", aunque de manera menos preocupante que el de la mantenida el año pasado por 'Los niños de Timpelbach', otra producción que trataba en vano apuntarse como referente del costumbrismo francés moderno, se diluye a medida que avanza el metraje de igual manera que las fuerzas de los nazis se desgastaban a cada nuevo paso en dirección a Moscú. Puede que sin llegar a perder ni la esperanza ni la buenas maneras, manteniendo así a flote unas apariencias que con el rostro de unos tiernos infantes sobreviven casi hasta su dilapidado punto... y seguido, pero enfrentándose sin la convicción necesaria a sus batallas como para hacernos creer que la vida puede ser tan bella como nos enseñó ¡Roberto!, verdadero frente donde termina por perderse un conflicto que en términos deportivos se le escapa a Barratier a los puntos. Y eso que quien tiene un niño, si logra que no le salga repelente como es el caso, tiene un tesoro equiparable a un frasco repleto de botones... pero como los adultos siempre tienen razón, los adultos siempre tienen la culpa.

Nota: 5.0


Lo Mejor:
- Los niños, tantos y tantos y que ninguno resulte repelente siempre es un logro

Lo Peor:
- Los bienpensantes y defensores de la moral siempre le encontrarán un trasfondo de dudosa ética al hecho de que unos niños "se muelan a palos"... y es que hay quien parece que no ha tenido infancia.
  •  

BertaDoll

  •  

Amármol

Cita de: BertaDoll en 15 de Noviembre de 2011, 10:29:14 AM
Una película estupenda. Yo ya he librado mi propia guerra de botones http://cutemosaic.com/img/gallery/sobrino.jpg

genial la foto


CitarLo Peor:
- Los bienpensantes y defensores de la moral siempre le encontrarán un trasfondo de dudosa ética al hecho de que unos niños "se muelan a palos"... y es que hay quien parece que no ha tenido infancia.
quien no se ha liado a pedradas con los de la calle de al lado, verdad?
Vive cada día como si fuera el último, porque un día será verdad. (Cassius Clay)

I am watching you!
VISITA LA WEB
  •  

Wanchope

Cita de: Amármol en 15 de Noviembre de 2011, 11:02:37 AM
CitarLo Peor:
- Los bienpensantes y defensores de la moral siempre le encontrarán un trasfondo de dudosa ética al hecho de que unos niños "se muelan a palos"... y es que hay quien parece que no ha tenido infancia.
quien no se ha liado a pedradas con los de la calle de al lado, verdad?

Me refería al concepto... pero bueno, sí, algo así se podría decir.  :burla
  •