La nana

Iniciado por ÁngelNeg, 18 de Marzo de 2011, 02:24:18 AM

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ÁngelNeg

LA  NANA


Casi de la familia

Sin duda alguna, fue La nana (Chile/México-2009), una de las películas que mejor han abanderado al cine chileno en los últimos años, y esto no es para menos de ninguna manera, pues Sebastián Silva hace un desmenuce tan concreto acerca de los sentimientos de su personaje principal, eje primario, sustancial y único de esta producción encabezada en el reparto por una de las incondicionales del director, Catalina Saavedra -junto con Claudia Celedón- en el papel de la nana. Silva quien en tan sólo un ejercicio previo en 2007 con La vida me mata; y en este extinto 2010 con Old cats -que aún no se ha estrenado- está logrando hacerse timidamente de un nombre que puede resonar fuerte en la industria del cine latinoamericano en próximos años.

Nominada al Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa; ganadora del Premio del Jurado World Cinema, en Sundance; y haciéndose del Colón de Oro a mejor película en el Festival Iberoamericano de Huelva, este drama con atisbos de comedia nos muestra a Raquel, una mujer agria e introvertida que lleva 23 años trabajando de nana para los Valdés, una familia de clase alta de Santiago. Un día, Pilar, su patrona, contrata a otra nana para ayudarla. Raquel, sintiendo peligrar su lugar en la familia, espanta a la recién llegada con crueles e infantiles maltratos psicológicos. Esto se repite una y otra vez hasta que llega Lucy, una risueña mujer de provincia, que logra penetrar la coraza de Raquel y cambiar su forma de ver la vida.

El punto de partida de La nana, es una carta de presentación muy clara acerca de lo que vamos a ver a lo largo del metraje, una mujer del servicio doméstico que vive en la casa que asiste; que es muy cercana a la familia pero a la vez tan lejana. Existe confianza con ella, pero come sola en la cocina. La Raquel que vemos en el plano de incio cuando nos arroja esa mirada que podría cortar pan antes del primer pestañeo, sin embargo va a experimentar un cuadro bastante certero de emociones que vienen y van mientras nosotros como espectadores nos regocijamos con los encantos de una actriz de una sola pieza.


De lo anterior se han encargado muy bien Sebastián Silva y Pedro Peirano -otro inseparable del director- que  entienden en su guión al personaje de primera instancia como una trabajadora y a partir de allí formulan su particular forma de ser y el lugar que le corresponde en el hogar a la vez que hay un subtratamiento el cual apenas se asoma y no queda más que interpetarlo para entender quizá un poco más al personaje. Algo bastante difícil, pues no es muy clara tal situación, y para esto, ya existirá quizá una antipatía hacia el personaje de Raquel. El guión así lo decide; porque a lo largo de la trama vamos a ver el desenvolvimiento y comportamiento ya no sólo del personaje ahora, sino la forma más comprensible en la que el abanico de sentmientos se verán antepuestos y demenuzados sobre la nececidad de pertenencia, la envidia, la soledad, y ¿por qué no?, hasta deseos reprimidos.

Este drama casero con atribulaciones 'thrillerescas' desemboca en una obra madura que no se atreve a mucho; pero que que hace de las simplicidades de lo cotidiano un disernimiento bastante profundo, inteligente, y de muy apasible visionado sobre algo que con miras a considerarse poco original tiene bastante tela de donde cortar para que esto sea así, y lo mejor es que no existe pretención alguna a pesar del muy bajo -notorio- presupuesto empleado.

La intromisión en esta gran casa se encuentra aparte sustanciada por la fotografía digital y cámara al hombro de Sergio Armstrong que se mueve a la par que los personajes en el día tras día permitiéndonos entrar hasta en el baño y quizá hasta en los pensamientos de los personajes. Auqnue bueno, quizá esto ha haberse debido al poco espacio que había para movilizar gran equipo por pequeños y diminutos pasillos. Pedro Soubercaseaux, tiene la tarea de realizar la música, aunque a pesar del talento del músico y compositor, no parece del todo comprometido, sin embargo podemos escuchar un par de canciones -muy buenas- de su trabajo como Pedro Piedra. Lo anterior ni quita ni agrega nada al resultado final, donde terminaremos por darle la razón a Raque Raque... la conoceremos tan bien, que casi casi, será de la familia.
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