Polvo de Ángel

[ÁngelNeg]

POLVO DE ÁNGEL

Mordiendo el polvo

Hasta pareciera que Óscar Blancarte -director de cintas menores como El jinete de la divina providencia; y Entre la tarde y la noche-, ha sido desplazado por alguien irreconocible en su totalidad; pues aunque no es ni de cerca uno de los mejores directores; era seriedad uno de los factores que definían al poco cine que realizaba en años anteriores. En su posible afán de salir de ese esquema, se arriesgó a realizar un trabajo que aterriza indudablemente fuera del otro extremo.

Es Polvo de Ángel (México/Colombia-2007), la cinta que pone en tela de juicio su fluir mental y su poca experiencia al mando de historias; y de igual manera, después de la odisea del visionado, también es la cinta que pone en tela de juicio su fluir experimental y su poca experiencia utilizando la mente. Son valientes aquellos que se han aventurado a producirla, y más aún quien se ha aventurado a distribuirla; pero lastimeramente no habrá público que se jacte de serlo, pues abandonarán esto a la primera oportunidad.

La trama es desarrollada en Latinópolis, donde Sacro, un tipo que se siente defensor de la humanidad, es contratado por el presidente de Ultrasandwich, la compañía más exitosa de comidas rápidas, para realizar una misión imposible. Con la ayuda de Caos, cazador de ángeles, Sacro emprende su gloriosa aventura. Mientras tanto en otro lugar de la ciudad, Susana y Miguel, jóvenes globalifóbicos, andan en busca de su desaparecida hermana Elena. En su búsqueda transitan por un laberinto de absurdos, encontrándose con extraños personajes; mientras la guerra bacteriológica sirve de telón de fondo en esta inverosímil historia de enredos, locura y amor.

Nada que abundar que la sinopsis no haya dicho ya. Nos encontramos ante la reina de las comedias estrambóticas y ridículas que llega a extraviarse por el poco miedo y seriedad que se tiene a sí misma. La mescolanza final es un cóctel que rebasa los extremos de la inteligencia menos proclamada y visible. Vaya pues, una tomadura de pelo si se le ve desde un ángulo u otro. Blancarte, es el artífice de este embrollo; y podemos imaginar viendo el producto terminado qué es lo que tenía en mente.

Da miedo asomarse siquiera a la posible explicación; pero no nos vamos a encontrar con algo peor que el ejercicio culminado. Blancarte tiende a bien formularse un mundo singular donde el futuro está más pintado como decadencia humana que como tecnología andante. Hemos visto con cintas de ciencia ficción como 2033, que México no está preparado para ese terreno de género; sin embargo sí lo está para la conformación de farsas extremistas como este caso; pero en manos y cabezas equivocadas da tumbo tras tumbo como ahora.

Todo el esquematizado de la historia, está planeado para ser abarcado desde la visión de un cómic; es evidente en las múltiples imágenes en pantalla, los esbozos de story board, las viñetas y globos de diálogo junto con la animación tradicional. A Blancarte se le olvidaba que usar esos elementos en México era ir por un camino distinto, y no está mal innovar en ese sentido; pero es que hasta para hacer el ridículo hay que hacerlo bien.

Desde que comienza y hasta que finaliza, en insufribles 109 minutos vamos a ver ante nuestros ojos desfilar al absurdo de forma descomunal, apreciando a la par escenografías chafas, falsa utilería, actuaciones mediocres, edición oligofrénica, sonido mal montado. En fin, que atrás quedó la cinta que hizo creer que Óscar Blancarte podía hacerse de un lugar serio en la industria gracias a Dulces compañías; ya que hoy por hoy, es otro que muerde el polvo por experimentar en un terreno para el que ni él, ni nosotros estábamos preparados.