Sonata de otoño (1978)

Iniciado por Jason, 20 de Agosto de 2009, 12:50:27 PM

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Jason

Sonata de Otoño






FICHA TÉCNICA:

Título original: Höstsonaten
Año: 1978
Nacionalidad: Francia/Alemania/Suecia.
Director: Ingmar Bergman.
Guión: Ingmar Bergman.
Música: Chopin, Haendel.
Fotografía: Sven Nykvist.
Reparto: Ingrid Bergman, Liv Ullmann, Lena Nyman, Halvar Björk, Arne Bang-Hansen, Gunnar Björnstrand.
Productora: Filmédis, Incorporated Television Company (ITC), Personafilm, Suede Film.
Duración: 99 min. (92 Min R.U.)
Premios: Globo de Oro (1979) Mejor Película Extranjera, National Board Review (1978,USA) a Mejor Director, Actriz (Bergman) y Película extranjera, NSFC Award (1979) Mejor Actriz (Bergman), NYFCC Award (1978) Mejor Actriz (Bergman), César (1979) Mejor Película Extranjera y otros cuatro premios más.


SINOPSIS:

Tras  muchos años  de "abandono" de sus hijas, Charlotte, una famosa concertista de piano a nivel mundial, decide ir a pasar unos días a casa de su hija Eva y su yerno. Nada más llegar se encuentra con la sorpresa de que su otra hija, Helena, que padece una severa enfermedad degenerativa, se encuentra también con ellos. Poco a poco la tensión entre madre e hija va acrecentándose, hasta que en una conversación nocturna ambas acaban contándose sus más profundos sentimientos respecto a su relación.


CURIOSIDADES:


  • Fue rodada en Noruega, durante el exilio "forzado" del director, acusado de evadir impuestos por las autoridades suecas.
  • Supuso la última actuación de Ingrid Bergman en una película para cine.
  • En las escenas al piano de la actriz, a quien verdaderamente escuchamos interpretar es a la ex-mujer del director sueco, Käbi Laretei, una conocida pianista. También actúo como doble de cuerpo de la actriz en esas tomas.
  • La novela de detectives que Ingrid Bergman lee en su cama, tiene una foto del director en su contraportada.
  • Cuando comenzaron a rodar las primeras escenas, el director dijo que la actriz había hecho una interpretación horrible de su personaje. Pero tras discutirlo con ella una sola vez, paso a estar brillante.
  • Se da la casualidad de que tanto en su primer papel en EE.UU. Intermezzo: A Love Story (1939), como en este último, Ingrid interpretaba a una pianista.



COMENTARIO PROPIO:

Ganas tenía de comentar en esta sección una película del genial director sueco. Me ocurre que cada vez que me enfrento a uno de sus trabajos tengo miedo a salir decepcionado, con las expectativas (siempre altas) sin cumplir. Y eso que todo lo que llevo visto de él, con la excepción de la un tanto desconcertante Riten (1969), me ha conquistado por completo. Al final creo que es tan grande mi nivel de exigencia con este hombre, que a cada instante que me toca la fibra sensible, inconscientemente ya estoy pidiendo un ir más allá todavía. Y la posibilidad de no tenerlo es lo que me genera ese temor. Todo tiene un límite claro está, lo que no quita que rondar los de Ingmar Bergman para expresar sentimientos a través de sus personajes sea algo casi místico.

Sonata de Otoño puede decirse que es una de las "típicas" del director, en la que uno o varios personajes ante alguna circunstancia o situación, reflexionan y disertan sobre momentos de su vida. En esta ocasión es una relación entre madre (Ingrid Bergman) e hija (la siempre estupenda Liv Ullman), que tras siete años sin verse, van a pasar unos días juntas en lo que parece va a ser sólo una visita de cortesía. El asunto ya comienza a torcerse cuando Charlotte se entera de que su otra hija, Helena, está al cuidado de Eva (Ullman). La sorpresa no es nada bien recibida y  ya empezamos a darnos cuenta de la clase de persona que tenemos enfrente. Continúan las conversaciones - alguna engañosamente banal - y a la vez que vamos juntando datos sobre el pasado y presente de los personajes,  surgen los primeros roces y tensiones entre madre e hija. El momento en que ambas están sentadas al piano, y Eva lanza una mirada sostenida a Charlotte mientras ella está absorta con una pieza de Chopin, es algo que no voy  a olvidar en la vida. Lo que puede llegar a expresarse con una mirada no es nada nuevo en el cine, pero en manos de este tío adquiere unas dimensiones inimaginables, que asustan. Se me saltaban las lágrimas. La película podía acabar en ese instante y me hubiera dado igual. Ya tenía un tesoro que valía solo Dios sabe cuánto. Pero no. Aún faltaba llegar al meollo de la cuestión, dar respuestas a los interrogantes del espectador y poner las cartas boca arriba. Una conversación nocturna, improvisada...otro regalo del maestro Bergman. Brotan los traumas de la infancia, los reproches y las verdades. Madre e hija se desnudan una frente a otra con pura vida escapando de sus labios. Palabras calcando sentimientos como nunca escuché, hiriendo como puñales, sin gritos, sin escándalo...desde la más absoluta franqueza. Me quiero morir... pero no me dejan. Falta la despedida, la calma tras la tormenta. Contemplar los despojos y  la redención de dos personas tras semejante encuentro. Ya separadas, primero una, luego otra. Se repite en ese orden hasta completar el puzle. No salgo de mi asombro. ¿Qué estoy viendo? ¿Cómo puede concebirse algo tan jodidamente grande, tan profundo? Me da igual. Está ahí y puedo decir que lo he sentido. Me levanto y sólo puedo acertar a decir ¡¡gracias, gracias, gracias!!
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Guevara

La vi hace tanto tiempo que tendría que verla otra vez para recordarla mejor. Pero sé que me gustó.

Éstas de sentimientos, diálogos y miradas son difíciles de mantener en el recuerdo porque no tienen escenas impactantes de explosiones y esas cosas. Intentaré conseguirla de nuevo y, cuando la ve, ya contaré.

Sobre Ingrid Bergman decir que sí fue ésta su última película porque ya estaba muy mal del cáncer de mama que llevaba padeciendo varios años. Pero creo que también hizo una película para la televisón sobre Golda Meir, la Primera Ministra de Israel y una de las primeras mujeres en llegar a la Jefatura de Gobierno de un país.

Cuando realizó la película con Bergman ya sabía que no le quedaba mucho tiempo. Se había sometido a dos operaciones, con 4 ó 5 años de diferencia, para sendas mastectomías. Pero a pesar de su carácter luchador y sus ganas de vivir, la enfermedad pudo con ella. Curiosamente murió el mismo día de su cumpleaños, que no recuerdo qué día es, pero sé que caía en agosto.

Una frase de ella que me gustaba mucho, de ella, repito, no de uno de sus personajes:
Para ser feliz sólo hace falta tener salud y mala memoria.

Lo dicho, Jason, que intentaré verla de nuevo, pero en ésta creo que sí vamos a coincidir.
Los japoneses no miran... sospechan (Woody Allen)
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Mai

Dios,Jason,me emocioné con tus palabras... Esta película no la he visto,intentaré hacerme con ella y ojalá sienta lo mismo que tú.

Yo siempre digo que a Bergman hay que echarle de comer aparte.Para ver una de sus películas debo elegir el momento,son experiencias tan fuertes,tan profundas que consiguen desbordarme.Tú has empleado la palabra mística,más o menos eso es en lo que se convierte el visionado de una de sus películas,en una experiencia mística.


"Me despierto muy temprano.Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano" (Léolo)
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El Nota

No puedo hablar de Bergman con experiencia, pues sólo llevo dos visionados de su más que numerosa filmografía: Fresas Salvajes y El séptimo sello, las dos del 57 y comentadas en este rinconcito. Una me encantó, la otra ni fu ni fa, así que mi sensación es algo agridulce.

De él tengo apuntadas como prioritarias: "Persona", "Secretos de un matrimonio", "La hora del lobo" y "Pasión", aunque ésta, que debo reconocer tampoco me sonaba de nada, también parece una pequeña joya dentro de una filmografía que es un diamante en bruto.

Por lo que he leído, tiende a parecerse más a Fresas... por lo de la relación entre las personas y tal, por lo que probablemente me acabe encantado como lo hizo la primera. Y por lo visto en tu comentario parece que te ha gustado muy mucho, así que nada, otra que se va pa la saca.

Gracias
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princesadelguisante

Igmar Bergman es un genio a la hora de reflejar los sentimientos y las relaciones humanas. En sus películas borda los grandes temas, los universales, como el amor, la muerte, la familia, la soledad, el rencor, la infancia y los recuerdos. Por eso, ver una película de Bergman causa un efecto parecido a una sobremesa filosófica con tus amigos o familiares. Esas disertaciones en las que el corazón se agita porque parece que tu cerebro profundiza en las verdades insondables. Por un momento uno se siente poderoso, piensa: comprendo, sí, ahora entiendo lo que es vivir, y siente una felicidad nostálgica, porque sabe que al final habrá de renunciar a TODO.

Ya sólo el hecho de que las películas de Bergman te proporcionen esa valiosa sensación, merecen un visionado. Pero es que, además, al director sueco no le faltan detalles. Cuida la fotografía, los decorados (que en este caso son sencillos para no entorpecer el maremoto de sentimientos), los diálogos que parecen resumir un compendio de obras filosóficas en unas cuantas frases, los gestos y la interpretación de las actrices (Bergman y Ullman), que en esta ocasión vuelven a ponerte los pelos de punta.

Parece imposible que con una extraordinaria sobriedad llegue a conmover tanto. Buena parte del éxito radica en las miradas, con ojos rojos al borde del llanto sin trampa ni cartón, los gestos (sobre todo en la escena del piano, en donde se exponen las diferencias irreconciliables entre madre e hija de forma muda) y las palabras. Porque en esta ocasión palabras hay y muchas (al contrario, por ejemplo, de lo que sucede en "Gritos y susurros" en donde se sugiere más que se narra, con la excepción de los monstruosos gritos de la moribunda) y todas ellas son importantes. ¿Llegarán madre e hija a reconciliarse? No lo sabemos con exactitud, porque lo importante en Bergman es reflejar el único momento de verdadera comunicación entre dos personas que se han sentidos extrañas la una hacia la otra durante una eternidad, acumulando rabia y odio contenidos. Y cuando los personajes se encuentran se produce la explosión de reproches, llamadas de auxilio y de cariño que por un momento parecen complacidas, para después disolverse como el vapor de agua. Al menos, madre e hija llegan a entenderse, aunque sea por un momento y nosotros concurrimos atónitos a ese choque de trenes, para después intentar recojer las piezas rotas.

Un espectáculo sublime.

Gracias Jason.
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Jason

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El Nota

Qué ternura desprende mi comentario de hace dos años y medio. Aunque también me sirve para hacer balance, almenos en cuanto a la filmografía de Bergman se refiere...y no ha seguido pareciéndome tan filmografía en bruto lo que he ido viendo, ya que voy acumulando decepción tras decepción, rescatando, por rescatar algo, El manantial de la doncella y La hora del lobo (por algunas escenas sueltas).

Pero es que Sonata de otoño...(odio usar este adjetivo para comentar una película, pero es que no se me ocurre nada mejor ahora mismo) es un coñazo, desde la ce hasta la o. Apenas pude meterme en la película durante todo el metraje (hablamos de 100 hermosetes minutos) y, más allá del soberbio duelo interpretativo de la Bergman (en su último papel cinematográfico) y de Ullman (ésta última más histriónica y exagerada contraponiendo lo comedido de la actuación de Ingrid) y de la, como siempre, excelente fotografía, no puedo sacar nada más para alzar el vuelo de una película que que siempre rozó el suelo. Me parece de fruta madre que sea de un director reconocido y aplaudido en todo el mundo, pero uno no puede evitar ponerle a parir cuando engendra películas como éstas. Sé que todo es muy subjetivo, pero es que me importa tres pares de narices lo que pasó entre madre e hija en el pasado y apenas me conmueven las histéricas puyas que lanza Ullman a su madre una vez el huracán está del todo desatado. Al final, contaba los minutos que faltaban para que acabara aquello, volviendo a pensar en como el jodío Bergman me había vuelto a fallar por enésima vez. Para que luego me llaméis gafapasta, cabrones xD

La cosa quedaría en un...4.5
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Mai

Es dificilísimo acertar contigo, Notitas, me hubiera jugado la vida a que esta película te iba a gustar... En fin, que no te cojo el punto :burla


"Me despierto muy temprano.Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano" (Léolo)
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El Nota

Ni yo mismo me lo cojo, Mai :poss

Igual si la hubiese pillado otro día me hubiese gustado, quién sabe. Lo que pasa es que con Bergman, en la gran mayoría de sus películas (ya vimos todos que con Esas mujeres no hacía falta), hace falta una predisposición y una despeje de mente elevadísimos, almenos es lo que me ocurre a mí cuando me enfrento a ellas. Y claro, la ves un día normal, que igual estás algo pasota, y te decepciona. No sé, está claro que seguiré dándole nuevas oportunidades, tanto a películas suyas que no he visto por el momento como a películas que he visto y no me han dejado buen sabor de boca (como esta, por ejemplo), pero de momento sigo sin dar la tecla con el jodío sueco.

Por cierto, que me ha dado algo de penita entrar en este hilo...porque todos los que contestaron, exceptuandote a ti Maicita y a servidor, andan algo desaparecidos...y es una lástima, porque, dejando de lado que eran tres grandísimos foreros (la crême de la crême del foro), eran tres bellísimas personas. Se les echa de menos a los tres  :triste
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Mai

Así es, Notitas, la gente va y viene...
Yo, aunque no escribo apenas, os leo mucho. Hay días que al pasar por ciertos hilos y leer comentarios me entra mucha penica, es inevitable.


"Me despierto muy temprano.Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano" (Léolo)
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gicu

Cita de: La Maimorena en 20 de Agosto de 2009, 02:14:36 PM
Dios,Jason,me emocioné con tus palabras... Esta película no la he visto,intentaré hacerme con ella y ojalá sienta lo mismo que tú.

Yo siempre digo que a Bergman hay que echarle de comer aparte.Para ver una de sus películas debo elegir el momento,son experiencias tan fuertes,tan profundas que consiguen desbordarme.Tú has empleado la palabra mística,más o menos eso es en lo que se convierte el visionado de una de sus películas,en una experiencia mística.


Oñe ! No la he visto tampoco
Tengo que intentar conseguirla. Jason era un buen espejo para mí.

Maicita,besos se roscón :beso

''Definitivamente no me gusta la cordura,imita demasiado a la muerte. Prefiero la locura, no la que se padece sino con la que se baila ''
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Mai

Muchos besos, linda :beso :beso

Confío en que Jason algún día volverá, tú eres su princesita, ya lo sabes :guiñar


"Me despierto muy temprano.Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano" (Léolo)
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Sullivan

A Jason le veo todos los días conectado a la playstation dandole que te pego el jodío xD
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