Historia de una monja (1959)

Iniciado por Guevara, 19 de Mayo de 2009, 01:45:42 PM

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Guevara

HISTORIA DE UNA MONJA




FICHA TÉCNICA:

Título Original: The Nun's Story
Año: 1959
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Fred Zinnemann
Intérpretes: Audrey Hepburn, Peter Finch, Edith Evans, Peggy Ashcroft, Dean Jagger, Midred Dunnock, Patricia Collinge, Niall MacGinnis, Lionel Jeffries, Colleen Dewhurst
Guión: Robert Anderson
Música: Franz Waxman
Fotografía: Franz Planer
Productora: Warner Bros.
Duración: 152 minutos


SINOPSIS:

Una joven perteneciente a la clase media belga (Audrey Hepburn), ingresa como novicia en un convento. Ya como hermana Lucas es enviada al Congo a trabajar como enfermera en una misión, aunque en realidad  será destinada a un hospital para blancos, como ayudante de un cirujano.


ANÉCDOTAS Y/O CURIOSIDADES:

1) El guión de Robert Anderson estaba basado en una novela de igual título de Kathryn Hulme, que a su vez se basaba en la historia real y los recuerdos de la hermana Marie-Louise Habets, que colaboró activamente en el film y trabó una buena amistad con Audrey Hepburn.

2) Con 8 nominaciones al Oscar, a mejor película, director, actriz (Audrey Hepburn), guión adaptado, fotografía, montaje, banda sonora y sonido, aunque no ganó ninguno. Ese año arrasó con todo el "Ben-Hur" de William Wyler.

3) Gran parte de la película se rodó en escenarios naturales de Europa y, sobre todo, de África, donde transcurre una gran parte de la historia, grabándose los interiores en los estudios italianos de Cinnecittà.

4) La historia de amor de la película, sugerida de un modo muy sutil, es considerada por algunos críticos como uno de los grandes momentos del romanticismo cinematográfico.

5) La Orden de los Dominicos asesoró las partes religiosas de la trama.

6) Audrey Hepburn aceptó este papel tras ser rechazado por Ingrid Bergman.

7) Según cuenta Donald Spoto en la biografía que escribió sobre la actriz, este trabajo la marcó profundamente para toda su vida, de tal manera que en sus últimos años estuvo trabajando activamente para la UNICEF ayudando a mejorar las condiciones de los niños más desfavorecidos.

8) En su momento obtuvo un gran éxito de crítica y público y llegó a ser el filme más taquillero de la historia de la Warner.

9) Las monjas figurantes que aparecen en el film se reclutaron entre las jóvenes de la aristocracia romana y las bailarinas de la ópera de Roma, ya que según una de las auténticas religiosas que asesoraron durante el rodaje, estas jóvenes se movían mejor en aquellos decorados que las verdaderas monjas en el convento.


COMENTARIO PROPIO:

He visto varias veces esta película y, cuando lo he hecho con más gente, resulta totalmente imposible no pararla de vez en cuando para poder debatir sobre los curas, las monjas y la Iglesia Católica. Además, los sentimientos que se nos van a poner en bandeja, en primera línea de ataque, como orgullo, humildad, caridad, decepción, soberbia, disciplina, obediencia, vanidad... todos ellos son comunes en la inmensa mayoría de nosotros, por eso la forma en que hay que potenciarlos o desterrarlos no siempre puede ir acorde con la forma de pensar de alguien ajeno al mundo religioso. Al menos, no conmigo que ya aviso que no soy practicante y sí bastante crítico con nuestros "padres religiosos".

Se inicia la película con Audrey Hepburn caminando por las calles mientras se suceden los títulos de crédito. Luego, la vemos entrar en un convento. Es Gabrielle (Gaby) VanderMaar, la hija de un reputado cirujano belga. Su aspiración es convertirse en monja y ser enviada a las misiones en el Congo, entonces aún colonia belga, donde poder ejercer sus conocimientos de medicina como enfermera.

En sus dos horas y medias de metraje, yo aprecio cuatro partes en esta película. La primera parte la constituye la instrucción de la ahora hermana Lucas en sus seis meses como postulante y luego un año más como novicia. La 1ª regla que ha de aprender, el silencio.

Durante esos primeros minutos se nos muestra cómo es la austera vida en el convento y la dura aclimatación a tan drástico cambio de vida que deben sufrir las jóvenes que acaban de ingresar a la orden. Y quizá sea esta primera parte la que a algunos pueda parecerle un poco lenta y más aburrida, pero a mí me parece que es totalmente imprescindible para conocer cómo es la hermana Lucas, cómo es su carácter, cuáles son sus aspiraciones y sus virtudes, y cómo ha de luchar contra sus defectos y sus dudas. El principal objetivo es desterrar el orgullo y el amor propio, algo que nuestra protagonista posee a raudales. Eso propicia actitudes de chivatazos y humillaciones, disfrazadas de "caridad cristiana".

Insisto en que a algunos esta parte pueda resultarles la más pesada, pero a mí no me lo pareció y, además, me resulta absolutamente denigrante y terrorífica. Lo siento, pero no me veo capacitado para comprender reglas tan estrictas y, a mi juicio, tan estúpidas como las que se nos muestran porque no creo que haga falta destruir la individualidad y carácter de una persona para que ésta pueda servir y ayudar al prójimo.

La segunda parte se centra en la hermana Lucas, ya como novicia, cuando asiste a la Escuela de Medicina Tropical que la orden tiene en Amberes y donde destaca sin el menor esfuerzo por sus conocimientos médicos, lo que despierta la envidia de otra monja, la hermana Paulina, que se supone es más experta, pero lo cierto es que es más torpe. Es aquí cuando se le pide que haga un sacrificio terrible para ella, que intenta realizar, pero que finalmente no lo consigue y por lo que es duramente castigada. Cuando veáis estas escenas podréis comprender la indignación que me provocó esta parte.

Finalmente, en la tercera parte, logra ir al Congo, destinada a las misiones, como ayudante doctor Fortunati (Peter Finch), soltero y no creyente que, al poco de conocerla le espeta: "a usted le paga el gobierno y no lo hace para que rece, si no para que me ayude".

La última parte es el regreso de la hermana Lucas a Europa justo cuando en ésta ha estallado la 2ª Guerra Mundial.

Las dos primeras partes en que yo he dividido el metraje tienen un ritmo más pausado, más intimista, a lo que contribuye la música y el color de la película, aún más acentuado en el interior del convento, lo que nos ayuda muchísimo a ver la evolución del personaje de Hepburn, en una gran interpretación en la que consigue transmitirnos con su mirada, sus gestos y su expresividad el gran conflicto moral al que está sometida por las dudas que siente respecto a su vocación y la lucha interna que sostiene constantemente entre su carácter y los preceptos de obediencia  y humildad de su orden religiosa. ¡Y qué guapa está Audrey Hepburn aún de monja!

Con la llegada al Congo cambia el ritmo, la música y el color de la fotografía, mucho más alegre, vivaz y colorista. No esperéis encontrar algo así como "Las minas del Rey Salomón", no, pero sí que parece que estamos viendo otra película. Además, aquí entra en escena un estupendo Peter Finch que da muchísimo juego a la narración, aportando nuevos elementos que dan más viveza y nuevos intereses, y un pulso humano y actoral con Hepburn que le viene muy bien a la película.

El médico cala de inmediato a su nueva ayudante y, aunque en términos de tiempo hace poco que se conocen, en realidad es el que mejor llega a conocerla y el que mejor la define cuando le dice: "Usted es una monja mundana. Necesita el contacto con la gente y se asfixia entre las paredes de un convento".

En la parte final de la película regresamos a los tonos más grises y oscuros de la Bélgica ocupada por los alemanes para mostrarnos a una Hepburn más atormentada que nunca, más confundida y angustiada que en toda la película.

No hay humor en esta película ni tampoco grandes momentos estelares o frases de las que pasan a la posteridad. Pero sí hay una buena historia, narrada de forma sobria y contundente, tan bien interpretada que se hace totalmente creíble desde el primer momento hasta el último. Y con un gran final que supone una auténtica liberación para la hermana Lucas y, por tanto, para nosotros, los espectadores.


A los que os animéis a ver esta película, que la disfrutéis.   :guiñar
Los japoneses no miran... sospechan (Woody Allen)
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replicante

La vi cuando era un chabalín; debía tener 10 o 11 años,  y me acuerdo que me gustó, pero que se me hizo también algo larga. Era de noche y estaba entre irme ya para la cama o seguir viéndola a pesar del sueño que tenía, pero como me gustaba aguanté y la terminé. Es buen síntoma que me acuerde de ella   :si
- No sólo ve películas, se las come
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Guevara

Cita de: HispanO en 26 de Mayo de 2009, 05:00:00 PM
La vi cuando era un chabalín; debía tener 10 o 11 años,  y me acuerdo que me gustó, pero que se me hizo también algo larga. Era de noche y estaba entre irme ya para la cama o seguir viéndola a pesar del sueño que tenía, pero como me gustaba aguanté y la terminé. Es buen síntoma que me acuerde de ella   :si

Pues sí, es buena señal.

Aunque a veces pasa que vuelves a ver una película de la que guardas buen recuerdo y luego te arrepientes de haberla visto de nuevo porque ya no es igual y has chafado el recuerdo.

Pero a mí con ésta no me pasó eso. Me sigue gustando.    :si
Los japoneses no miran... sospechan (Woody Allen)
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princesadelguisante

Buena crítica Guevara. A mí esta película me gustó mucho, sobre todo la lucha interna que debe atravesar el personaje interpretado por Audrey Hepburn, porque la obligan a ser alguien que no es. Dudo mucho que en los tiempos actuales sean tan rigurosos y austeros con los sentimientos. En ese convento que nos muestra la película casi hasta pensar se convierte en pecado. Ahora las monjas hasta salen por la tele dándonos sus recetas, así que supongo que la vida actual en los conventos en más laxa, o eso espero. A mí también me hizo enfadarme varias veces y sentir indignación por las pruebas que la hacen pasar. Y no se me hizo lenta en ningún momento.
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