El violinista en el tejado (1971)

Iniciado por PurpleTentacle, 16 de Octubre de 2007, 10:17:00 AM

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PurpleTentacle

EL VIOLINISTA EN EL TEJADO




¡Hola! Ayer un amigo me puso EL VIOLINISTA EN EL TEJADO. Los musicales me gustan, y este no ha sido una excepción, aunque, siendo francos, no creo que se trate de un musical al uso, en el que las canciones hacen avanzar la trama. La película podría sustentarse por sí sola perfectamente sin ayuda de las canciones, aunque estoy seguro de que nadie que la haya visto querría eso. Las canciones en EL VIOLINISTA EN EL TEJADO dan a la historia, realista y nada cinematográfica en sí, una dimensión de irrealidad agradable, la del musical, que aleja los hechos de lo estrictamente terrenal para introducirlos en una fantasía que dura hasta que la dura realidad golpea a los pueblerinos al final de la película. Decir también que el argumento no cuenta una verdadera historia hasta bien entrada la mitad de la película, cuando se presenta la amenaza del deshaucio, pero da igual. Disfrutar del día a día de los pueblerinos es una delicia, y además, divertido.

Los actores son buenos, son creíbles por desconocidos, pero de entre todos ellos destaca, cómo no, ese gran Topol, una presencia contundente y carismática que actúa de maestro de ceremonias y nos hace partícipes de su complicidad con la trama aunque sea la primera vez que vemos la película. Vemos lo que ocurre a través de sus ojos, casi puede decirse que somos él, pues ni sus sentimientos se nos ocultan. Y es que muchas de las canciones de la película, que van de buenas a magníficas, hablan de sentimientos, sobre todo de Topol.

Y para terminar, decir que, pese a mi antipatía general hacia lo metafórico en una película (gran preligro de pretenciosidad), la metáfora del "violinista en el tejado" es una de las más bonitas que he visto en una película en mi vida.

¡Un saludo!
I feel like I could... TAKE OVER THE WORLD!
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jescri

Tu crítica es tremanda PurpleTentacle...

La peli no la he visto, aunque pinta bien
  •  

Guevara

#2
EL VIOLINISTA EN EL TEJADO

         

Si yo fuera rico...

FICHA TÉCNICA

Título Original: The Fiddler on the Roof
Año: 1971
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Norman Jewison
Intérpretes: Chaim Topol, Norma Crane, Leonard Frey, Molly Picon, Paul Mann, Rosalind Harris
Guión: Joseph Stein
Música: John Williams (Canciones: Jerry Bock & Sheldon Harnick)
Fotografía: Oswald Morris
Productora: United Artists / The Mirisch Corporation
Duración: 181 minutos


ANÉCDOTAS Y/O CURIOSIDADES

1) La versión teatral, que se estrenó en Broadway en 1964, estaba basada en la novela "Las hijas de Teyve", del escritor ruso Sholom Aleichem que, como indica su nombre, era judío.

2) El violín que suena cuando sale el violinista en la película está interpretado, en la versión cinematográfica, por el gran músico Isaac Stern, también judío.

3) Con un presupuesto de 9 millones de dólares, sólo en la taquilla estadounidense recaudó casi 99 millones de dólares. Fue tal su éxito de crítica y público que su director, Norman Jewison, de origen canadiense y apellido judío, se animó a rodar un par de años más tarde otro musical que también resultó muy conocido y de mucho éxito, "Jesucristo Superstar".

4) Rodada en los pueblos de Lekenik y Mala Garica, y en la ciudad de Zagred, todos ellos de la antigua Yugoslavia, los cuales son mencionados con agradecimiento al final de la película.

5) Ganadora de 3 Oscars, Fotografía, Sonido y a John Williams por la adaptación musical de la maravillosa Banda Sonora, tuvo otras cinco nominaciones más en las que no corrió igual suerte, las de Mejor película, director, actor (Topol), actor de reparto (Leonard Frey) y dirección artística. Topol, que es el único actor israelí que conozco, sí ganó aquel año el Globo de Oro al mejor actor.

6) Me sorprendió bastante ver a un jovencísimo Paul Michael Glaser, el televisivo Starsky, haciendo de estudiante ruso revolucionario.



SINOPSIS Y COMENTARIO PROPIO

Amanece en el pequeño pueblo de Anatevka, pero no todos duermen porque, aunque parezca increíble, un hombre toca un violín encaramado en uno de los tejados. Teyve (Topol), el lechero del lugar, aparece en pantalla y, mirándonos directamente a nosotros, los espectadores, nos empieza a narrar una historia, la del lugar y sus gentes, y explicándonos que cada uno de ellos es como un violinista en el tejado, guardando el equilibrio a pesar de la dificultad, como metáfora a lo inestable que es la vida de un judío en la Rusia de los zares de principios del siglo XX. Es la historia de su familia y de sus gentes que puede definirse con una sola palabra: Tradición.

Y ahí es donde arranca realmente la película, con un potente y vitalista tema musical que nos presenta el pueblo y a sus habitantes en sus labores cotidianas y donde las imágenes están perfectamente "encajadas" entre las notas musicales. Sólo después aparecen los títulos de crédito sobre la silueta de ese violinista en el tejado que aparece al principio deleitándonos con un impresionante sólo de violín. Un inicio de película realmente espectacular.


Ambientada en los albores del siglo XX, cuando el clima político en la Rusia zarista empieza a estar más que caldeado y los clamores de una revolución popular ya casi se huelen en el aire, la película nos narra la historia de una pequeña aldea ucraniana donde judíos y rusos conviven pacíficamente aunque en una tensa calma, y nos presenta el día a día del lugar centrándose en la figura de Teyve, humilde trabajador que es padre de 5 hijas, tres de ellas casaderas. A su hija mayor, Tzeitel, la casamentera del lugar le ha encontrado como marido al carnicero del pueblo, hombre viudo, mayor y con dinero, pero ella de quién está enamorada es de Motel, un pobre y modesto sastre. A la vez, aparece en el pueblo Perchik, un estudiante de la Universidad de Kiev, moderno y progresista, a quien Teyve acoge en su casa para que dé lecciones a sus hijas, a cambio de techo y comida. Y por si esto fuera poco, Hannah, la tercera de las hermanas, empieza a hablar con un joven ruso, cristiano ortodoxo.

Filmada en el sistema de Panavisión y rodada en Tecnicolor, podremos contemplar una estupenda historia, vitalista, colorista y amena, con grandes dosis de inteligente humor en sus diálogos, sobre todo a cargo de la gran piedra angular de la obra, Topol, que ejerce de narrador y nos hace partícipes de sus charlas con Dios y sus pensamientos sopesando sus decisiones, y que nos regalará quejas como "Ya sé que somos el pueblo elegido, Señor, pero de vez en cuando ¿no podrías elegir a otro?". Visualmente es una película perfecta en su ambientación, en los decorados, en los vestuarios, con una música realmente maravillosa que soporta y alberga estupendos y alegres números musicales. Con una gran fotografía de exteriores que es impresionantemente buena en los interiores.

Dividida en dos actos, el primero de ellos mucho más lúdico y festivo que el segundo donde la alegría le cede un poco más de espacio al drama. Por fortuna, el primer acto es mucho más largo que el segundo, porque a mí es el que más me gusta.

Quiero hacer dos puntualizaciones: 1ª, que salvo algunas excepciones, no me gustan los musicales. 2ª, que la película es muy larga.

Dicho esto, he de decir que a mí este musical me ha encantado. Sí que hubiera acortado un poco el metraje sobre todo quitando algunas canciones que no me han gustado mucho y que hacen que cuando ya estás en el 2º acto, donde decae un poco el espectáculo, empieces a pensar que ya es hora de ir acabándola, pero lo cierto es que no se me ha hecho larga, no mucho, y que me ha parecido un musical muy alegre, bastante divertido, y con algunos números de baile realmente espectaculares y entretenidos como el que se produce en la taberna, rusos y judíos juntos, o el de la celebración de la primera boda, en los que se puede disfrutar una extraña mezcla de música rusa y hebrea que, personalmente, me gusta mucho. También destacaría la escena del sueño que se inventa Topol para conseguir que su mujer acepte como pretendiente de su hija a un pobre sastrecillo. Y, por supuesto, el número en el granero de Topol cuando canta el archifamoso "If i were a rich man" (Si yo fuera rico... dubi-dubi-dubi-dubi-dubi-dubi-dubi-dú). ¡Grande Topol en toda la película! ¡Qué gran trabajo el suyo! Si hasta el comisario ruso le dice "Eres una persona excelente... a pesar de ser judío".


A mí me parece que para los amantes de los musicales es ésta una película que no deberían perderse bajo ningún concepto. Y para los que, como a mí, eso de estar cantando y bailando a todas horas no les va mucho, pues entontes... deberían verla también.   :si


A los que os animéis a ver esta película, que la disfrutéis.    :guiñar
Los japoneses no miran... sospechan (Woody Allen)
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El Nota

La vi hará más de medio año, por lo que mi recuerdo es algo vago. Eso sí, hay algunas escenas sueltas de la película que me parecieron memorables y que mi cerebelo se ha encargado de mantener en la memoria. Un ejemplo es la escena -archiconocida- que comentas en la cual Topol, canta lo de 'If I were a rich man' dubi dubi dubi dú, me parece una escena soberbia acompañada por el vozarrón que gasta el buenazo de Topol hacen que la recuerda y me ponga -de vez en cuando- a dar la nota cantándola y haciendo el simio cual King Kong. Otra escena que me gusta mucho -y en la cual también cantan- es cuando Topol se va a dormir con la mujer y van cantando una canción a dúo muy bonita, tanto en su letra como en su forma. Y ya la escena de la taberna fue el súmmum, me lo pasé teta viéndola, y es que el jolgorio que se monta entre tan dispares religiones es considerable. Y sí, es cierto -no paro de darte la razón, como puedes observar-, la película es bastaaaaante larga, por lo que, si mal no recuerdo, la visioné en dos días distintos, por lo que mi sensación final es de que no se me hizo pesada, pero claro, viéndola en dos días es bastante obvio imaginar que es el motivo primordial de que me pasara tan rápido. Ah, y a mi la segunda parte -que si mal no recuerdo, empieza poco después del baile tabernero- no me desagradó para nada, contrasta perfectamente con los empaques vitalistas y demasiado edulcorados de la mayoría de musicales de la época, en los cuales todo es de color de rosa. Un final algo triste, pero necesario y dotado de cierto optimismo. Estoy seguro de que algun día volveré a verla, a ver si puedo hacer un comentario algo más acertado. Eso sí, es una gran recomendación, Guevarassss, yo también os la recomiendo a todos :si
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Guevara

Bueno, en ésta no estamos muy "distantes", ¿no?

Si es que lo dicen siempre, la música amansa a las fieras...   :burla 
Los japoneses no miran... sospechan (Woody Allen)
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Amármol

La revolución rusa.

Y, con ella, otro éxodo, otra diáspora. Empieza de forma simpática con las peripecias del protagonista, sus charlas con Dios, su camadería con la autoridad, su cabezonería con las tradiciones que, a regañadientes, va aceptando su cambio promovido por el avance de la civilización; pero la historia va tomando un cariz más oscuro, más dramático, que se va mostrando también en los números musicales que jalonan esta producción. Inolvidable "If I were a rich man" convertido en "cuento de la lechera" (en este caso, del lechero) incapaz de ser dueño de su propio devenir.

8/10
Vive cada día como si fuera el último, porque un día será verdad. (Cassius Clay)

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