El motín del Caine (1954)

Iniciado por Guevara, 23 de Diciembre de 2008, 01:13:04 PM

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Guevara

EL MOTÍN DEL CAINE




FICHA TÉCNICA:

Título Original: The Caine Mutiny
Año: 1954
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Edward Dmytryk
Intérpretes: Humphrey Bogart, José Ferrer, Van Johnson, Fred MacMurray, Robert Francis, May Wynn, Claude Akins, Lee Marvin, E.G. Marshall
Guión: Stanley Robert (sobre una novela de Herman Wouk)
Música: Max Steiner
Fotografía: Franz Planer
Productora: Columbia Pictures
Duración: 125 minutos
Premios: 7 nominaciones a los Oscar: mejor película, mejor actor (Humphrey Bogart), actor secundario (Tom Tully), mejor guión, mejor banda sonora, mejor montaje y mejor sonido.


SINOPSIS:

El estricto capitán Queeg (Bogart) asume el mando del navío de los Estados Unidos Caine, donde la tripulación carece de disciplina, introduciendo cambios y restricciones a bordo en contra de las opiniones del resto de los oficiales. Las medidas del capitán llegan a tal extremo que la tripulación le llega a ver como un neurótico peligroso. Durante una tempestad, Queeg pierde el control de la nave, y el segundo oficial le revela en el mando. Queeg le acusará más tarde de ser el instigador del motín.


ANÉCDOTAS Y/O CURIOSIDADES:

1) Herman Wouk ganó el premio Pulitzer en 1952 con esta novela y, un año más tarde, la obra teatral basada en la misma fue todo un éxito, teniendo a Henry Fonda en el papel del capitán neurótico.

2) Es la película favorita del actor Maurice Joseph Micklewhite, de la que adoptó parte de su nombre como apellido artístico, por el que es conocido en todo el mundo. Estoy hablando de Michael Caine.

3) Mel Ferrer, el abogado en el juicio por amotinamiento, es tío en la vida real de George Clooney.

4) El oficial que releva del mando al capitán Queeg está interpretado por el actor Van Johnson quién, tristemente, falleció el pasado 12 de diciembre, a los 92 años de edad y de muerte natural.


VAN JOHNSON (1916-2008)

Rostro habitual del cine, televisión y teatro estadounidense, el rubio Van Johnson conoció su período más importante en la pantalla grande trabajando para la Metro Goldwyn Mayer durante todos los años cuarenta y la primera mitad de la década de los cincuenta.

Charles Van Johnson nació en Newport, Rhode Island, el 25 de agosto de 1916. Desde joven sintió inclinación al mundo de la interpretación y tras debutar en producciones estudiantiles consiguió a mediados de los años 30 intervenir en varias obras teatrales en Broadway, especializándose en comedias musicales ocupando el lugar de chico del coro. Una de esas obras, titulada "Too many girls", que había dirigido George Abott en escena, le proporcionó su primer papel cinematográfico al ocuparse el mismo Abbott de su adaptación cinematográfica en 1940. Van Johnson aparecía como "chorus boy" en una película protagonizada por Lucille Ball, Richard Carlson y Anne Miller.

En el año 1942 firmó un contrato con la Metro y, tras la marcha de Lew Ayres en la serie de películas dedicadas al Dr. Kildare, Van interpretó al doctor Randall Adams, asistente del Dr. Gillespie, que estaba encarnado por Lionel Barrymore.

Por esa época sufrió un gravísimo accidente de automóvil que supuso la implantación en su cabeza de una pieza de metal. Cuando los Estados Unidos entraron en la 2ª Guerra Mundial, Johnson no pudo enrolarse en el ejército por esta causa y, en cambio, se convirtió en una de las estrellas más atractivas para las jovencitas de la década de los 40.

En 1947 se casó con Eve Lynn Abbott, de quien se divorció en 1968.

Sus películas más importantes (muchas de ellas musicales o bélicas) fueron:

"The Human Comedy" (1943) de Clarence Brown
"Madame Curie" (1943) de Mervyn Leroy
"Dos en el cielo" (1943) de Victor Fleming
"30 segundos sobre Tokyo" (1944) de Mervyn Leroy
"Two girls and a sailor" (1944) de Richard Thorpe
"Las rocas blancas de Dover" (1944) de Clarence Brown
"Juego de pasiones" (1945) de Richard Thorpe
"Sublime decisión" (1948) de Sam Wood
"El estado de la Unión" (1948) de Frank Capra
"In the good old summertime" (1949) de Robert Z. Leonard
"Fuego en la nieve" (1949), de William Wellman
"Brigadoon" (1953) de Vincente Minnelli
"El motín del Caine" (1954) de Edward Dmytryk
"La última vez que vi París" (1954) de Richard Brooks
"Men of the figting lady" (1954) de Andrew Marton
"A 23 pasos de Baker Street" (1956) de Henry Hathaway.

A partir de lo años 60 fue alternando con mayor asiduidad su ocupación en el cine con apariciones teatrales y televisivas ("Hombre rico, Hombre pobre", "El virginiano", "Se ha escrito un crimen", "Batman"...). Dentro de sus últimos trabajos en la gran pantalla, destacó su participación en la película de Woody Allen "La rosa púrpura de El Cairo" (1985).

Sirva este pequeño resumen de su biofilmografía como sentido homenaje. Descanse en paz.


COMENTARIO PROPIO:

Durante la 2ª Guerra Mundial, al buque dragaminas "Caine" llega destinado un nuevo capitán, (Hunphrey Bogart), un oficial duro, inflexible y amante de la disciplina y las ordenanzas. Como lo que encuentra es un desastre de tripulación, empieza a introducir drásticos cambios que provocan el malestar de la tripulación y algún conato de enfrentamiento por parte de los primeros oficiales, expertos marinos.

"Hay 4 maneras de hacer las cosas: Incorrecta, correcta, la de la Marina y la mía. Si hacen las cosas a mi manera, todo irá bien", advierte Bogart a todos, nada más llegar al buque.

El problema es que el nuevo capitán, tan preocupado por las ordenanzas y fijándose en detalles ridículos, descuida cosas muchísimo más importante y, cuando se suceden los errores, intenta pasarlos por alto o, peor, le echa la culpa a otros.

Su actitud y comportamiento empiezan a hacer pensar a uno de sus oficiales (Fred MacMurray), el médico de a bordo, que el capitán sufre algún tipo de trastorno psiquiátrico y el Primer Oficial  (Van Johnson) comienza a llevar un diario en el que anota todas las cosas anómalas que empiezan a suceder en el barco. Los incidentes se producen con más frecuencia y cada vez son más extravagantes, por lo que la paciencia de todos se va agotando hasta llegar al incidente de "las fresas con nata".

Finalmente, en una difícil y dramática situación, el Primer Oicial releva al Capitán y toma el mando del barco. Lógicamente, se produce un Consejo de Guerra por amotinamiento.

Estamos hablando de una película clasificada como "bélica", pero a mí me parece más un drama aunque, eso sí, la historia transcurre en un barco en medio de la 2ª Guerra Mundial. Como las bélicas no son mis favoritas, la vi por primera vez con algo de reticencia, pero para mi sorpresa me gustó. La parte de maniobras o batallitas es precisamente la que más me aburre a mí, pero afortunadamente esas escenas no son las fundamentales de la película, sólo son un vehículo para mostrar el carácter del paranoico capitán Queeg y sustentar las relaciones de los miembros de la tripulación, y no son excesivas ni largas.

No en vano estamos hablando de una obra que se representó, la primera vez, como una obra de teatro, y es que eso es lo que parece, aunque con unos escenarios un tanto extraños para teatro. Pero lo que realmente se nos presenta es a una serie de personajes relacionados de forma forzosa y un tanto claustrofóbica, y por desgracia, subordinados a un loco.

Los actores están, en general, bastante bien. Bogart, nominado al Oscar por su papel, está un poco sobreactuado a veces, pero aún así su personaje es muy impactante, y sus momentos haciendo rodar y sonar las bolas metálicas en sus manos mientras sus ojos se quedan fijos y ausentes son muy buenos. Van Johnson es un contrincante a la altura, más comedido y pausado, componiendo también un gran personaje. MacMurray está un poco diluido, en un personaje facilón y bastante estereotipado, el de tipo que incita a los demás a dar el primer paso en lugar de hacerlo él y, luego, a la hora de la verdad, retrocede a toda velocidad, dejando al otro en la estacada. Mel Ferrer sólo aparece al final, en el juicio, y su personaje se usa para hacer la labor propagandística para el ejército que el cine tenía que cumplir en aquellos años, bueno, y ahora también. Ya sabéis, el honor, la Armada es la mejor, aquí no hay locos, sólo valientes... Su discurso final tiene un poco de tufillo, pero nada tan importante como para cargarse la labor realizada hasta ese momento, creo yo.

Como anecdotilla, deciros que puede verse en dos o tres ocasiones a un joven Lee Marvin, como marinero, en un pequeñísimo papel.

Creo que aunque la película tiene algunos altibajos en su ritmo, el conjunto resulta muy interesante y, encima, es entretenida.


A los que os animéis a ver esta película, que la disfrutéis.    :guiñar
Los japoneses no miran... sospechan (Woody Allen)
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tracyhepburn

No recuerdo nada, así que otra más a la saca...

Alucino con tus comentarios propios, además de estar bien documentado lo cuentas muy bien. Da gusto leerlo.


   El amor no tiene nada que ver con lo que esperas recibir, sino, con lo que esperas dar...que es todo. (K. Hepburn)
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elbombardero

Yo esta aun no la he visto, y la tengo bajada hace ya un tiempo.

De verdad que tu trabajo de documentación es fantástico en cada caso Guevara, no se de donde sacas tanta información  :obacion

Pues nada, habrá que sacar un ratito para verla  :guay
Todos nosotros tenemos algo de críticos, pero no todos los críticos tiene algo de nosotros

Sección de Clásicos :obacion
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Guevara

Cita de: tracyhepburn en 23 de Diciembre de 2008, 04:59:39 PM
Alucino con tus comentarios propios, además de estar bien documentado lo cuentas muy bien. Da gusto leerlo.

Cita de: Zambomba-rdero en 24 de Diciembre de 2008, 08:07:36 AM
no se de donde sacas tanta información 

La información está ahí, sólo hay que buscarla, a veces, con algo de paciencia y dedicándole tiempo, claro.  :sonreir

Gracias, chicos. Os agradezco el cumplido.
Los japoneses no miran... sospechan (Woody Allen)
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Jason

Pues la he disfrutado como un enano. Es bastante buena en su totalidad, con la presentación de personajes (el pelota alferez novatillo - el actor murió tiempo después en accidente de avión contando sólo 25 años - , el segundo al mando - fiel siempre a sus superiores - y el oficial novelista - un cobarde en toda regla -) y las sucesivas crisis en  el mando. Pero es que el final es brillante. No sólo por el juicio, del que supongo que Algunos hombres buenos (1992) tomaría buena nota, sino sobre todo por el discurso final con el abogado defensor, que da un giro importante al asunto (ahora Bogart ya no nos parece tan paranoico). Más que como propaganda del ejército, lo vi como propaganda moral, acertada y necesaria.
Spoiler
Un hombre bajo fuerte presión, orgulloso, que sabe que ha cometido errores y que a su manera se humilla pidiendo disculpas y algún gesto de apoyo, encuentra el silencio como única respuesta. Los amotinados entonces reparan en ello y agachan la cabeza. No hay ni buenos ni malos.
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¡Genial!

La historia de amor es un pastiche añadido, no molesta demasiado pero tampoco aporta demasiado. Ni fú ni fá.
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Xiry

Yo también encontré el discurso final como lo que la hizo más especial, lo de si era obligado o lo hacían para quedar bien no lo sé, pero tufillo a mí nada. Como ha dicho Jason,
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era un gran oficial, y si todos los demás le hubieran mostrado respeto no hubiera tenido que pasar el acto que da nombre a la película. La culpa del motín es de los amotinados, pero no en ese momento, ya que se ven forzados, si no mucho antes.
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Es ahí donde encuentro que se luce José Ferrer y alza la película, un gran abogado que hace lo posible por ganar, pero sabe que en el fondo no está bien.

Todo lo demás, en el barco es algo correcto, lo de las fresas y cosas así ponen de los nervios, están bien, pero después de verla se nota que espera al final, que el principio/mitad es para entretener y mostrar como son todos. Un 7
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Wanchope

Tiene la suficiente maña como para ir de menos a más, siendo sin duda lo mejor de todo el consejo de guerra, una vez "explota" todo lo que se ha ido madurando a lo largo de la película. Ese tramo final aporta un plus que deja muy buen sabor de boca, siendo que además está bien dirigido y mejor actuado.

Muy de acuerdo por otro lado con los spoilers de Jason y Xiry, de la misma manera que estoy también muy de acuerdo con el comentario de Guevara sobre que la película, en realidad, es un drama antes que un filme bélico. Le encuentro en ese sentido un filme bastante equilibrado, y a pesar de algunas concesiones como su posible tono propagandístico o la historia de amor en líneas generales bastante satisfactorio. 

Un 7 y pico.
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