La gran apuesta

Iniciado por reporter, 25 de Enero de 2016, 01:19:07 PM

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reporter

La gran apuesta


SINOPSIS: Cuando cuatro tíos fuera del sistema descubren que los grandes bancos, los medios de comunicación y el gobierno se niegan a reconocer el colapso de la economía, tienen una idea: "La Gran Apuesta"... pero sus inversiones de riesgo les conducen al lado oscuro de la banca moderna donde deben poner en duda todo y a todos.

CRÍTICA: All-in a las subprime

Esta es la historia de un hombre que sube hasta lo más alto de un edificio y, una vez allí, se arroja al vacío. Las razones de este acto aparentemente suicida no quedan claras o, al menos, no se desvelan hasta bien llegado el tramo final. Allá nos dirigimos, y para ello nos centramos, como no podía ser de otra manera, en la caída. Mientras ésta dura, tanto al señor como a nosotros nos sobra el tiempo para llegar a varias conclusiones. La primera es que la distancia (en el caso que ahora nos concierne, 400 metros) no sólo se rige por aquello que dictamina el Sistema Internacional, sino que también puede medirse por segundos (los 30 que transcurrirán antes de que el protagonista se convierta en puré) o por pisos (tres cuartos de lo mismo, pero con 102). La segunda, y seguramente la más importante, es que los momentos que preceden a la más que probable muerte pueden alargarse hasta convertirse en una especie de limbo infinito en el que a la mente le dé hasta para auto-engañarse... Hasta llegar al mantra de Kassovitz: ''Hasta ahora, todo va bien... Hasta ahora todo va bien...'' Hasta que... eso mismo.

Para seguir explotando la historia, y antes de llegar a la moraleja, tracemos una simple analogía. El señor que escala para librarse a su atracción hacia el vacío es el sistema financiero (de Estados Unidos, de occidente, del mundo...), y por muy mal que pueda llegar a caernos (perdón), sabemos que su muerte va a ser una auténtica catástrofe. Porque va a dejar la calzada hecha un pringue, cierto, pero también porque va a aterrizar sobre un montón de peatones inocentes. Con todo esto en mente, rebobinemos de nuevo esa centena de pisos y miremos alrededor. Ralentizando la acción, nos damos cuenta de que esta escena de terror vertiginoso en estado puro la están presenciando, con total atención e impasibilidad, un centenar de ojos. Éstos corresponden a los de los agentes de policía, a los bomberos, a los representantes de los servicios sanitarios... a todos aquellos, en resumen, que en primer lugar deberían haber evitado que el tipo se tirara. ¿Y dónde estaban cuando esto sucedió? Ya se ha dicho, estaban justo ahí. Mirando. Entonces, ¿se puede saber por qué diablos no hicieron nada al respecto? Bueno, pues...

Porque al principio quizás pensaron que se trataba todo de una broma. A ver, el hombre gozaba de un estado de salud (física y mental) envidiable, y jamás había dado ni manifestado ningún tipo de problema. ¿Por qué iba a romper ahora la dinámica? Porque vaya, a la hora de la verdad no iba hacer nada... ¿no? Vale, pues nada. Inmediatamente después tocó auto-convencerse de que alguna buena razón debía haber detrás de aquella locura... Porque en el fondo, muy en el fondo, los cien ojos creían que al final algún tipo de intervención divina iba a evitar la desgracia. Como dijo el genio, ''Lo que nos mete en problemas no es lo que sabemos, es lo que sabemos con seguridad pero que no es así.'' Y así fue. En la última milésima de segundo, sólo hubo tiempo para empezar a gritar... y para recordar que tiempo ha, cuando el puré humanoide ni siquiera se había subido al ascensor, un puñado de imbéciles lo apostaron todo a que el individuo acabaría como, efectivamente, acabó. Qué risas aquellas, cuando se oyó por primera vez dicha predicción... qué fácil fue, en aquel entonces, subirse al carro de la ludopatía... Y qué cara de tontos se nos quedó a todos después.


Ahora sí, las moralejas. La primera de ellas la reciclamos del documental más imprescindible del año 2010, 'Inside Job': perdámosle, de una vez por todas, el miedo a los logaritmos, a las fluctuaciones de divisas y a los índices de las borsas. La economía es mucho más sencilla de lo que quiere aparentar. Tanto que el funcionamiento de sus mecanismos supuestamente más complejos podría comprenderse hasta siendo explicados por Margot Robbie... mientras se baña en un jacuzzi (en serio, qué risas... y qué incomodidad). ¿Que no? ¿Doblamos la apuesta y confiamos ahora en las aptitudes pedagógicas de Selena Gomez... jugando al blackjack? Hagámoslo. Juguemos. Al fin y al cabo, y por muy surrealista que haya podido sonar, la historia del principio se ha entendido a la perfección, ¿no? Pues entonces no habrá ningún problema en seguir a Adam McKay (y por consiguiente, ya no deberían quedar dudas existenciales concerniendo al maldito estallido de la burbuja de las hipotecas subprime) en 'La gran apuesta', que dígase ya, es una de las mejores comedias del año pasado. ¿La mejor? A saber. ¿La más importante? Sin duda.

No sólo por el tema tratado (insistamos, ni más ni menos que radiografiar las bases de la crisis en la que hará ya casi diez años que estamos sumidos) sino sobre todo por la forma de abordarlo. Se impone, ante todo, la conciencia de causa, y claro, con esta actitud, manda la más clarividente de las locuras. ¿Que el montaje está demasiado acelerado? Claro, faltaría más, pero llámese todo por su nombre; hablemos, por ejemplo, de narración frenética, que transforma la desesperación del agotamiento en pura genialidad. La manera de contar historias que se merecían, en definitiva, los tiempos del neoliberalismo más desenfrenado, aquellos que confirmaron al billón de dólares como unidad de tiempo universal; aquellos que convirtieron la dogmatizada avaricia de Gordon Gekko en un chiste más; aquellos que tuvieron su zenit en aquella famosa coña: ''¿Cuál es la diferencia entre Las Vegas y Wall Street? Que en Nevada a los perdedores no se les devuelve el dinero''. No en vano, la acción de 'La gran apuesta', presentada casi como si de una heist movie se tratara, bascula entre ambos escenarios; entre ambos vacíos espirituales (la puta crisis, no lo olviden, es sobre todo moral). El alma la pone, quién iba a decirlo, un Hollywood en el que, de repente, puede volverse a depositar la fe. Y todo esto sin que nadie tenga que renunciar del todo a la comercialidad; sin que lo didáctico esté reñido con el entretenimiento. La jugada es prácticamente perfecta.

Ryan Gosling, Christian Bale, Steve Carell y Brad Pitt (entre otras muchas caras por las que suspirar) ponen el nombre (y el dinero) en un cartel que lejos de verse desbordado por el talento que maneja, crea entre sus muchos inputs un círculo virtuoso, suerte de simbiosis en la que cada pieza se beneficia del rendimiento de las demás. Justo como debería funcionar cualquier economía no-especulativa. Así, a cada intérprete le sobra tiempo para ofrecernos algunos de los (pequeños/grandes) momentos más inspirados de su carrera, mientras el innegable talento cómico de McKay no para de revalorizarse. Hasta entrar en una nueva dimensión. 'La gran apuesta', especie de combinación entre la lucidez indignada del documental de Charles Ferguson, antes citado, y la acidez (igualmente inteligente) del Armando Ianucci de 'In the Loop', es rematadamente divertida, sí, y sus bromas funcionan como un reloj suizo, también... pero básicamente porque son conscientes de la broma colosal en la que residen. En otras palabras, es más cómica (y estremecedora) cuando más se acerca a una realidad la cual, echando la vista atrás, resulta más y más irreal.

Durante las más de dos horas de charlas, broncas y lecciones más o menos magistrales, la cuarta pared se destruye con la misma facilidad con la que se rescata a un banco, la veracidad del relato se derruye en honor a la bestia fraudulenta que es su objeto de estudio, la idiotez de mezcla con la maldad y todo lo que entra por el oído se solapa. Por encima del dibujo algo errático de los personajes, queda la altísima definición con la que se nos presenta el paisaje por el que pululan. Por encima del mundanal (e híper-grotesco) ruido, sobresale una voz que sea seguramente la de la conciencia. Al final, hasta nos quedará un poco de esperanza. Todo se fue a la mierda, de acuerdo, y el cabrón que se arrojó al vacío se recompuso del golpe, y los cien ojos volvieron a lo suyo, y los que se las dieron de héroes, se dieron cuenta de que estaban tan de mierda hasta el cuello como los cerdos a los que intentaron desplomar. Sí a todo... pero al menos pudimos, ahora sí (y no es premio menor), echarnos unas buenas risas a costa de todo esto. Con cara de tontos, faltaría más, pero a cambio sintiéndonos un poco más inteligentes. Gloria bendita. Estamos, por cierto, a pocos años (o billones de dólares) de que la amnesia colectiva nos impida distinguir el testigo histórico (que esto es lo que ha firmado aquí McKay) de la caricatura. Ya verán entonces qué gracia.

Nota: 7,5 / 10
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Yeezus

"Que se anticipa a su tiempo al prever hechos que después acontecen o al inaugurar un estilo, una corriente, una técnica, etc, que tiempo después se generaliza". Esta es una de las acepciones de la palabra visionario, sustantivo que perfectamente puede condensar el inicio de 'La Gran Apuesta', la que es la última película (por tiempo, no por final) del siempre apetitoso Adam McKay. Un visionario, llamado Michael Burry, doctor en medicina, amante del heavy metal, con un ojo de cristal y con el Síndrome de Asperger, advirtió en 2005 antes que nadie de una debacle inmobiliaria que traería el cisma económico mundial que, efectivamente, ha inundado el mundo. Pero, y esta pregunta es algo que viendo el tráiler, ojeando la sinopsis o leyendo sobre el proyecto se antoja necesaria, ¿puede una película que cuenta un hecho tan complicado resultar interesante y divertida?

La respuesta es sí, y además se puede hacer de manera fantástica. La ardua tarea de contar de una manera tan eficaz y ligera un hecho tan enrevesado para la lógica, con un lenguaje inherente tan complicado de entender y con un funcionamiento mecánico que de primeras puede conducir a la exasperación es formidable. Esto se consigue con unas hipotecas, metiéndonos en jerga inmobiliaria y bancaria, a tipo fijo y con una solidez contrastada, o lo que es lo mismo, con un reparto que no solo pone el nombre, sino que también pone el talento, con una dirección dinámica que esquiva la puerta hacia el aburrimiento y, sobre todo, con un montaje excelente, el cual es el pilar fundamental de la película. "La Gran Apuesta" sirve de tutorial sobre cómo hacer una película en su aspecto puramente físico. Escenas de archivo, fracturas con marcos en la escena, música en momentos clave, etc. Probablemente uno de los mejores montajes de la temporada.

El elenco de actores, probablemente uno de los que más prestigio y calidad aúna del año, lo forman como cabezas de cartel Steve Carrell, Christian Bale, Ryan Gosling y Brad Pitt. Los dos primeros están sensacionales, el primero porque interioriza el desastre y porque representa la versión responsable y preocupada del espectador que juzga la película, y el segundo por, otra vez más, dotar a su personaje de interés y admiración con la teatralidad que caracteriza a uno, perdonen la licencia (y no, porque es una verdad como un templo), de los mejores actores del mundo. El tercero, si bien se ve minimizado por la figura de sus homónimos, luce con finura y porta los mejores gags de la cinta, pero es que además es esencial en la misma, porque es quien lleva la voz en off y quien rompe la 4ª pared, haciendo más llevadera la narración. Es el cuarto el menos llamativo, que no el menos importante, ya que supone la mano tendida a los pequeños inversores que tanta falta hacía por aquel entonces.

Es cierto que es una película con una terminología intrínseca a la economía, a la situación inmobiliaria y al universo concentrado que habita en Wall Street, y también es cierto que la película está siendo vendida, comentada,  criticada y recomendada como una comedia, pero, con ínfulas de Michael Burry en la siguientes palabras, no lo será en la historia del cine cuando se la recuerde, y si lo es, le acompañará el adjetivo "dramática". 'La Gran Apuesta' es un dramón de cantidades tan gigantes como las mareantes cifras que continuamente corretean por la boca de los personajes que aparecen en la cinta, es una drama como lo fue la quiebra del sector inmobiliario en Estados Unidos, como lo fue la crisis económica que derivó de lo primero, como lo fueron las lágrimas de Steve Eisman al recordar como la situación del país devoró a su hermano. Etiqueta cómica o no, el drama asola, y de manera demoledora.

'La Gran Apuesta' es la mueca más desenfadada posible de poner ante un fraude sin parangón, un estudio referencia de la economía y el sector inmobiliario en Estados Unidos y un certero y necesario TAC a un cataclismo que todavía asola a la población mundial. Adam McKay se proclama el hijo legítimo de Martin Scorsese en cuanto a cine de Wall Street se refiere y firma una película que logra dos cosas muy difíciles; una, conseguir introducir una explicación grosso modo de una barbarie económica histórica y, dos, administrar el castigo mediante el cine que la justicia no fue capaz de imponer a los bancos más sinvergüenzas del sistema financiero mundial. Y lo peor de todo, que advierte, gracias a las explicaciones que otorga del suceso que relata, de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Michael Burry también lo ha comentado recientemente. ¿Quién será el visionario de esta década que lo prediga, o, mejor dicho, se ha tragado precisamente lo mismo que predijo Michael Burry al próximo Michael Burry? Miedo..







That´s what I say.
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Beyond

Copio lo que puse en el hilo de "Qué película viste hoy" antes de que se abriera este hilo.

Fantástica comedia con un tremendísimo guión y con unas interpretaciones fabulosas. Muy divertida, con constantes rupturas de la cuarta pared (los cameos de Margot Robbie y Selena Gómez son un puntazo) y que ha captado mi interés en todo momento pese a tratar un tema bastante "ladrillo" -y nunca mejor dicho- para los que no estamos muy puestos en el tema. Christian Bale está genial, aunque Steve Carell y Brad Pitt no tienen nada que envidiarle; todos se meten muy bien en la piel de sus respectivos personajes.

Le doy un 8.
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Sacri94

Tremenda la crítica de Reporter. Suscribo todas sus palabras, letra a letra. No podría estar más de acuerdo.

'La gran apuesta' es un drama absoluto. Creo que no hay drama ficticio capaz de superar esta terrible realidad. Pero el gran Adam McKay tiene los testículos del tamaño de un toro y plantea todo esto como una comedia, y además, de las disparatadas. Tan disparatada y surrealista como dolorosa. A medida que se va descubriendo el pastel, a medida que nos van explicando todo, cada vez nos enteramos más de que iba la cosa y nuestro cabreo aumenta. Pero este es un enfado que, resignados, afrontamos con una carcajada, pues al final es lo último que nos queda tras pasar por todo este berenjenal que a muchos aún les sigue afectando de tal manera que sus vidas no volverán a ser iguales tras pasar por ello. Nadie les devolverá sus casas o les dará una nueva. Ni siquiera les ayudarán a tener un trabajo nuevo. Aunque (también hay que decirlo) sea culpa de ellos, en gran parte. De esas personas desinformadas que creían que teniendo un trabajo estándar (digno, pero estándar: paleta, stripper, peón de obra...) podían permitirse un BMW, un chalé y un perro. Porque esas personas también inflaron la burbuja inmobiliaria, por mucho que nos empeñemos en ver a los bancos como los únicos malos de la película, hay mucho a su alrededor que influyó en el BOOM de la burbuja y en este film nos lo explican. Tal y como pasó.

Adam McKay nunca ha salido de la comedia, y eso lo engrandece. Es un género muy denostado por crítica y premios. Con cuatro pelas se puede hacer una comedia, pero destacar entre las muchas que hay no es tarea fácil. Él siempre lo ha hecho, llegando a crear personajes de puro culto como Ron Burgundy de 'El reportero', al cual no conozco pero es un gran personaje para muchos. Sí he podido ver 'Hermanos por pelotas' (barcos y putas, un clásico), 'Pasado de vueltas' y 'Los otros dos', guardando un gran (pero estúpido) recuerdo de la primera pero una ligera y gran decepción respectivamente de las otras dos. Pero con 'La gran apuesta' parece que ha dado un paso adelante y ha dejado atrás sus humildes películas. Aquí hay ambición, se nota y la historia lo demanda. El guión firmado por él mismo es una joya. Los diálogos son ágiles, es consciente de que el espectador no sabe (ni tiene porque saber) términos económicos como subprime, CDO y demás pero los utiliza. Como consecuencia, los explica, y como consecuencia (valga la redundancia) de ello tenemos tres escenas maravillosas que lo hacen con pelos y señales, pero sin tomarnos por tontos, solo por ignorantes. Esto, unido a la cantidad de veces que el reparto rompe la cuarta pared (me sorprendió y me encantó) para dirigirse a nosotros y añadir algo más sobre el asunto, hacen que al final del visionado uno entienda a la perfección que fue lo que pasó y porque pasó, haciendo de esta una película accesible para cualquier persona que se interese. Esto es lo mejor que se puede decir del guión, sin duda, y es lo que le proclama como uno de los favoritos a mejor guión de 2015.

El reparto siempre ha sido lo que más llamó la atención desde un principio. Cuando salió a la luz que Christian Bale, Ryan Gosling, Steve Carell y Brad Pitt estarían en la misma película, todo el mundo empezó a interesarse. Con este reparto, a la película no le hace falta presentación: se vende sola. Por fortuna todos hacen un gran trabajo, como nos tienen acostumbrados. Quizá Brad Pitt y Christian Bale sean los que menos destaquen en mi opinión, aunque ambos están geniales. El primero aporta algo extra a un personaje que, interpretado por otro, no habría sido lo mismo. El segundo interpreta a un personaje extraño, muy extraño, y esto se le da de lujo a Bale. Tiene momentos muy buenos, pero no creo que se merezca tantas nominaciones. No me molesta que esté nominado, lo que realmente me molesta es que el maestro de la función, Steve Carell, no lo esté. Su papel es el más difícil y a su vez es la mejor interpretación de todas. La evolución de él, es total, y Carell la plasma a la perfección. Me parece tremendo cuando está alterado pero aún mejor cuando está tocado emocionalmente. Y para acabar, tenemos a un Ryan Gosling en el papel más divertido de su carrera, con momentos muy divertidos y salidas de tono sorprendentes. Mención especial al final de su personaje. El resto del reparto también está de lujo: Melissa Leo, Marisa Tomei, el equipo de Carell, los ayudantes de Gosling y los Brownfield también son personajes para enmarcar, aunque impacten menos que los ya mentados.

Lo único malo es que da la sensación en todo momento que es un documental más que una película. Está entre estos dos extremos, nunca se sabe muy bien que quiere hacer: si asemejarse más a la realidad o tirar por el camino de la ficción. No es algo que moleste especialmente, pero choca. Como también choca la forma en la que tiene de dividir los tres actos principales de la función. No ayuda a mantener el trepidante ritmo que quiere McKay.

La dejamos en un 7,5, pero las ganas de verla de nuevo verifican la gran sorpresa y satisfacción tras verla.

"Puedo estar horas comiendo una perita."
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Soprano

Tras las buenas críticas que le precedían las expectativas eran altas y puedo decir que por mi parte al menos cumple con lo esperado, notable comedia dramática que aporta otra interesante mirada a la crisis actual con un guión digno de elogio teniendo en cuenta el tema que trata y un montaje de lo mas original, mención también para el buen hacer de todo el reparto incluidas Robbie y Selena que protagonizan dos momentos impagables.
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Davi

Quiero aclarar que me encanto la pelicula, pero hay algo que no entiendo. Porque cuando ryan gosling se entera de que christian bale estaba apostando encontra el no le va a hablar. Lo que digo es porque nunca ryan gosling y steve carell se conectan en la historia con el. Ya que el fue el que descubrio todo y sin el nada de esto hubiera pasado? Gracias.
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Sacri94

Si no recuerdo mal, Ryan no se entera de que Bale se ha enterado de todo, solo se entera de que alguien lo hizo a través de una fiesta. En ningún momento sabe que es el personaje de Christian Bale, solo sabe que un chiflado ha vendido sus bonos hipotecarios.

"Puedo estar horas comiendo una perita."
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Davi

Pero digo como no le dio duda quien era ese chiflado? osea le llamo la atencion lo que hiso pero no quiso saber porque lo hiso? Se hubiera sacado mil dudas si se contactaba con el.
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Sacri94

Cita de: Davi en 04 de Marzo de 2016, 04:20:46 PM
Pero digo como no le dio duda quien era ese chiflado? osea le llamo la atencion lo que hiso pero no quiso saber porque lo hiso? Se hubiera sacado mil dudas si se contactaba con el.
A él le daba igual quien fuese, solo quería ganar dinero. Empezó a razonar lo que hizo el personaje de Bale y se dio cuenta de que tenía razón. Desde el inicio se ve que el personaje de Ryan solo busca dinero, nada más.

Además, si por un casual, Ryan hubiese querido contactar con Bale, dudo mucho que este le hubiese dado explicaciones dado su carácter.

"Puedo estar horas comiendo una perita."
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Yeezus

Cita de: Sacri94 en 04 de Marzo de 2016, 04:50:57 PM
Cita de: Davi en 04 de Marzo de 2016, 04:20:46 PM
Pero digo como no le dio duda quien era ese chiflado? osea le llamo la atencion lo que hiso pero no quiso saber porque lo hiso? Se hubiera sacado mil dudas si se contactaba con el.
A él le daba igual quien fuese, solo quería ganar dinero. Empezó a razonar lo que hizo el personaje de Bale y se dio cuenta de que tenía razón. Desde el inicio se ve que el personaje de Ryan solo busca dinero, nada más.

Además, si por un casual, Ryan hubiese querido contactar con Bale, dudo mucho que este le hubiese dado explicaciones dado su carácter.

Exactísimamente.
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javert

#10
Me encantó, me pareció original, divertida e informativa. Las actuaciones muy buenas, destacando Bale (creo que después del boxeador es el papel que mas he disfrutado de su parte), Carrell , y hasta Pitt cumple, tal vez solo el personaje de Gosling me parece pesado y hartante.

Me gustó un poco mas que Spotlight y el Renacido (Dicaprio no me convence, queda eclipsado por su contraparte),  era mi favorita.

8.5



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Turbolover1984

Sin duda, la película más redonda hecha hasta el momento sobre el colapso que causó la actual crisis económica. Mejor en todos los sentidos, empezando por más accesible y clara, que algunas como Margin Call o Company Men y no meto en la lista a El Lobo de Wall Street (la cual me han dado ganas de revisionar) porque ya se aleja más de reflexiones o explicaciones y aunque con una pequeña parte dramática, nos acerca el desfase de drogas, despelote y derroche que en la que nos ocupa vemos de forma más puntual y comedida.

Quizá sea difícil comprender absolutamente todos los conceptos financieros de los que nos habla la película, pero gracias a sus originales y trabajadas explicaciones, la mayoría quedan claros. Más allá de su labor informativa, como película es endiabladamente entretenida e incluso, pese a la gravedad del tema, en algunos tramos muy divertida. El espectador se siente rápidamente identificado con un grupo (en ocasiones conjunto, en otro de historias cruzadas) de lo más variopinto, deseando que todo explote y los que se ríen de ellos se queden con un palmo de narices. Lo malo, es que, ellos se forrarán, pero mucha gente se quedará sin nada. Y encima, como todos sabemos, los reales culpables, no serán quienes lo paguen. Mordaz forma de contar la historia de algo extremadamente dramático y hacerlo con humor. Eso no quita que a uno le vuelva a inundar una sensación de rabia e impotencia.

Destacar dentro de un buen y famoso reparto, a un gran Steve Carrell, para mi el personaje más rico y la mejor interpretación.

Nota: 7'2
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jescri

Buena película. Por alguna razón en la mayoría de ocasiones el cine es incapaz de transmitir una emoción que sí que tuvieron determinadas historias o vidas en la vida real, pero 'La gran apuesta' sí sabe al menos dotar a la trama de la tensión necesaria. Además de algunas buenas actuaciones, como más destacado me quedo con la dirección de Adam McKay, quien muestra de manera sutil una historia que podría haberse tornado compleja. Habrá quien diga que al fin y al cabo "sólo" se trataba de hacer cuentas, pero cuando se trata de finanzas, siempre hay que bajar al barro. Otro acierto es mostrar (aunque mínimamente) el sufrimiento que esta crisis causó a los ciudadanos, quienes no olvidemos fueron los auténticos damnificados.

Maldita farsa. Nota: 7.
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Michael Myers

EN ESTA HISTORIA NADIE GANA

La especie humana es capaz de lo mejor y de las más absolutas indecencias; una de las más gordas de los últimos tiempos fue la crisis económica de 2008, que empezó en Estados Unidos y se contagió a escala global.

Adam McKay ahora, a fecha 4 de febrero de 2019, es visto como un director en alza tras esta película y 'Vice'; yo cuando supe de la existencia de este proyecto dudaba de si iba a estar a la altura de un repartazo viendo su currículum previo. Esta película y esta reseña van básicamente de lo mismo: demostrar que estoy equivocado, aunque yo he ganado y en 'La gran apuesta' nadie gana.

He ganado porque Adam McKay ha sabido llevar a un reparto que acumulan tantos elogios durante años que abruman, quien sabe si con otro director la cosa hubiese sido mejor, sin embargo McKay estuvo a la altura y el reparto principal funciona sin fisuras, con la estimable aportación de algunos secundarios como los dos chavales (Finn Wittrock y John Magaro) que acompañan a Brad Pitt y la ayuda de algunos famosos en unos cameos bastante ingeniosos. Esta es básicamente una cinta de interpretaciones y buena parte del plantel actoral mantiene con vida el filme.

La otra lectura es que aquí no hay realmente ganadores. Habrá gente que tuvo la visión de ver lo que se avecinaba y sacó provecho, pero el coste de una catástrofe económica como esta fue muy doloroso. Eso es lo que pasa cuando el ser humano adora el dinero por encima de todas las cosas, acaban transformándose en cosas espeluznantes que pueden llevarse por delante la estabilidad de muchas vidas.

Ya veremos si la historia se repite o no.

7
Quizá en esos últimos días, el amó la vida con más intensidad que nunca, no sólo su vida, la de cualquiera, mi vida.
Y lo único que quería eran las mismas respuestas que el resto de nosotros: ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy? ¿Cuánto tiempo me queda?
(Blade Runner)
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