Tú y yo

Iniciado por reporter, 27 de Julio de 2013, 10:29:21 AM

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reporter

Tú y yo


SINOPSIS: Lorenzo es un joven solitario de 14 años, diferente a todos los demás. Se dispone a engañar a sus padres y saltarse un viaje escolar de esquí para realizar su sueño de esconderse en el sótano abandonado de su inmueble. Durante toda una semana, podrá finalmente evitar todos los conflictos y las presiones para que se comporte como un adolescente "normal". Desea vivir totalmente aislado con su música y sus libros preferidos. Pero la llegada inesperada de su hermanastra Olivia lo cambiará todo. Ella es mayor que él y tiene experiencia en la vida. El tiempo que compartirán juntos inspirará a Lorenzo para que un día pueda decir adiós a su vida de niño y adentrarse en el torbellino de la vida de los adultos.

CRÍTICA: Sólo en 3D

En 1976, un tal Bernardo Bertolucci llegó al Festival de Cine de Cannes con su nueva película... y con una petición para la organización: no participar en la Sección Oficial a Competición. Ni Palmas de Oro ni reconocimientos del Jurado, su mastodóntica 'Novecento', de más de cinco horas de duración (y de medio lustro de cronología narrativa), no debía estar en el palmarés de aquella edición. No por falta de calidad, sino por diferencia de tamaño respecto a sus rivales. Si se trataba de ver quién la tenía más larga, entonces el concurso estaba descompensadísimo. Bertolucci ganaba por goleada, pues, si se lo proponía, él mejor que nadie encarnaba el espíritu de aquella semi-legendaria industria cinematográfica italiana que empezaba a dar sus primeros pasos. Pompa, fastos y fanfarria para concebir, de la manera más desacomplejada, espectáculos que sólo sabían pensar en dimensiones colosales.

Pero 27 años después, Don Bernardo, que por aquel entonces había reducido considerablemente la escala de sus historias, se cansó. El cuerpo, y sobre todo la mente, dijeron basta. La llama que alimentaba la pasión por su profesión se apagó... pero no de forma indefinida. Porque nunca es demasiado tarde para reconciliarse con el séptimo arte. Nunca es tarde para (re)descubrir el gran cine. "Y nunca es demasiado tarde para volver a ejercerlo", debió pensar el legendario cineasta, quien, efectivamente, se ha aplicado aquello de "nunca digas nunca". Dicha lección le quedó clara, afirmó hará dos años en Cannes, después de ver 'Avatar'. Sí, la de James Cameron. El revolucionario uso de la tecnología 3D (truco de magia por aquel entonces casi olvidado del todo, no está de más recordarlo) hizo renacer en el viejo maestro las ganas de ponerse detrás de las cámaras.


De modo que aprovechando la concesión de la Palma de Oro honorífica que se le ofreció en la Croisette, declaró que en breve, empezaría el rodaje de una película con UN solo escenario, con DOS personajes y en TRES dimensiones. Un año después, y en el mismo escenario, el director cumplió a rajatabla su promesa con 'Tú y yo'. ¿Seguro? ¿Y la tridimensionalidad? ¿Dónde han ido a parar las gafas polarizadas? En el baúl de los recuerdos, de donde jamás deberían haber vuelto a salir -ya lo he dicho-, porque ¿qué falta hace convertirse en cuatro-ojos (incluso seis-ojos; los miopes, por cierto, lo pasamos fatal en cada proyección de estas características) cuando los protagonistas y las situaciones descritas están tan bien definidos? Ésta, y ninguna otra, es la auténtica profundidad. La emocional, la que ningún efecto digital ha sido todavía capaz de falsear. Emociones desborda por todos lados el prodigioso descubrimiento de Jacopo Olmo Antinori, un adolescente con la cara masacrada por el acné, un bigote que empieza a intuirse y una mirada calcada a la de Malcolm McDowell en 'La naranja mecánica'. Acompañándole, el también sorprendente hallazgo de Tea Falco, suerte de "continuación natural" de la Eva Green de 'Los soñadores'.

Juntos comparten espacio y vivencias en un área mínima que encierra una historia máxima, y de la que mejor no oír nada antes de ver la película. En el aire, David Bowie se mezcla con los Arcade Fire, y Bertollucci da síntomas de una juventud apabullante, trayéndonos un regalo fílmico de valor incalculable. Hay actores como Michael Cera que parecen hacerse más niños a cada año que pasa. Hay actrices como Ellen Page cuyo cuerpo, en vez de crecer, se hace cada vez más pequeño. Por si a alguien le interesa, hay directores que siguen la misma lógica de relato fitzeraldiano. Detrás de este curioso caso de atípico -y más que bienvenido- rejuvenecimiento, está una historia tan desgarradora como preciosa, tan sutil como visceral, tan pequeña en su claustrofóbica apariencia teatral como inmensa en el fondo.

Granos, moratones, gritos, palabras hirientes y gestos tiernos... la naturalísima magnitud del conjunto sólo puede apreciarse, como no podía ser de ninguna otra forma, en 3D. No lo van a ver anunciado así, pero a diferencia de algún subproducto palomitero al que no le queda otra (será que la vergüenza no ha desaparecido del todo en este mundillo) que presentarse también en su original formato bidimensional, 'Tú y yo', a efectos prácticos, debería proclamar por todo lo alto que sólo va a proyectarse en prodigiosas tres dimensiones. Si ''dinosaurios'' como Werner Herzog salieron vivos del intento, ¿cómo no iba a hacer lo mismo un Bertollucci cuyos últimos y distanciadísimos trabajos se alejan a más no poder de cualquier indicio crepuscular? Con las gafas en la basura y el espíritu cinéfilo rebosante de vida, esta contagiosa, apabullante y -sí- moderna oda a la rebeldía constituye razón suficiente para, por fin, volver a darle las gracias al incombustible maestro... y para pedirle, por favor, que no vuelva a irse.

Nota: 7,5 / 10
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Mai

He visto muy poco de Bertolucci, que yo recuerde Novecento, El Último Tango... y poco más, ni siquiera Soñadores, y eso que hablan muy bien de ella.

Muy buena crìtica, repor, me pondré con el italianini en breve :guiñar


"Me despierto muy temprano.Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano" (Léolo)
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cardinrri

La mía  :D.

Es bastante frecuente pensar que una familia, unos padres, quieren que su hijo sea un modelo de conducta impoluto. Más si cabe de una familia adinerada y acomodada. Es normal, lógico y de recibo que estos padres quieran que su hijo sea un lince en todo lo que haga, que viva la vida tal y como debería desde el principio para que no tenga los problemas que ellos mismos tuvieron de jóvenes. O directamente los padres no tuvieron problemas, adoptaron la actitud que su padres seguramente le exigían y no tuvieron problemas en la vida suficientes como para plantearse otro modo de vida. Los padres del protagonista ,un joven de cara magullada por los granos y de unos preciosos ojos azules, no tienen la necesidad que si tiene su hijo de no ser como todos los demás, no quiere el contacto, su naturaleza es la soledad, se encuentra a gusto en ella y no desea nada más que llegar de la escuela, donde obviamente las cosas le van mal, para encerrarse en sus cascos escuchando un poco de The Cure y una cuantas novelas de Anne Rice. Ante esta situación él intentara siempre escabullirse, buscar cualquier escusa para quedarse en su mundo y que ni sus profesores ni sus padres ni nadie le moleste, quiere intimidad, suspira cada día por tener una vida tranquila que no le joda nadie; él es carne de psiquiátrico, lo sabe y se burla de ello, de la preocupación de su madre sobre el y la engaña sin piedad, pero no lo hace por joder si no porque realmente no se siente cómodo en la sociedad que tiene alrededor.

Así, Lorenzo, aprovecha una excursión a la nieve con el colegio para ocultarse en el sótano del edificio donde reside. No lo hace a la ligera, lo premedita, coge el dinero que su madre le ha dado para la excursión y la utiliza para comprar comida basura y bajarla al sótano para así poder subsistir una semana allí encerrado, sin problemas, sin nadie que le diga que hacer, que leer, que comer y con quien compartirlo. Con dificultades nuestro protagonista Lorenzo se escabulle de su madre que quería acompañarle hasta la misma puerta del autobús del viaje a la nieve en instalarse en su querida y soñada guarida durante unos largos y placenteros siete días.

Cuando por fin se acomoda y ve su vida allí como quien está en el mejor paraíso jamás soñado, las cosas se tuercen para el, se tuercen porque se le incorpora otra persona, su soledad se ve interrumpida, todo aquello por lo que había mentido y luchado durante los últimos meses se difumina por la llegada de su hermanastra. Esta busca comida, dinero y cualquier cosa en casa de su madrastra, Lorenzo la pilla, y la baja al sótano para que no arme mucho escándalo. Una vez allí, ella necesita un sitio donde quedarse y chantajea a Lorenzo con que si no la deja quedarse se chivara de sus pellas. Se crea raudo una enemistad por parte de él hacia ella. Esta es una mujer joven que se dedica principalmente a vivir la vida, casi siempre a costa de acostarse con diferentes hombres que le dan lo suficiente como para costearse su lujosa adicción a las drogas. Aquí y junto con su enfadado hermanastro pasa unos días entre pastillas y sudores que le producen el mono, lo pasa mal, es una transición difícil y Lorenzo no mejora, ni quiere mejorar las cosas. Al final como toda bonita historia ellos se reconcilian y ella se va aparentemente recuperada de sus dolencias y adicciones, para mi ella no quiere mejorar le gusta esa vida y si pasa esos días en ese sótano es porque no tiene otro sitio donde ir. Ella le tiene aprecio a él y sabe que más que ella, ya está perdida, quien necesita abrir los ojos debe ser Lorenzo, y seguramente que el vea lo mal que se pasa con la drogas en primera persona le ayude más que decirlo o contarlo.

Puede parecer que estoy solo alabando a la película pero nada más lejos de la realidad, es un film solvente, claro. No olvidemos que quien está a los mandos de todo esto es Bertolucci uno de los más grandes, que ha sabido siempre dejar huella y destacar por encima de los de su generación y estilo. Realiza una dirección correcta en esta película, más bien buena, con un par de juegos de cámara de aplauso. Sin embargo no es una dirección, en este caso brillante o más bien linealmente brillante. Para mí el problema no reside tanto en la dirección o la fotografía o cualquier aspecto técnico. Creo, que el problema viene en el guión, puede parecer con lo que he contado anteriormente que es una película desgarradora, que te levanta del sillón, te hace llorar y estremecerte, pero no, eso es solo la premisa. En el fondo la película no es más que un buen drama, que el cine independiente de Estados Unidos, por poner un ejemplo, está harto de hacer y le salen a patadas y muchos de ellos mejores que esta cinta italiana. Los actores están correctos, más él que ella, o al menos a mí me trasmitió mas él, no hace ninguno un papel brillante, tampoco la película da para más. Insisto, no es más que un problema de guión, de falta de fondo y forma de la historia, lo demás es bueno, correcto y en ocasiones bueno. A pesar de ello es una película liviana, llevadera que se deja ver con facilidad y que es totalmente recomendable.
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Sacri94

O no acabe de coger el mensaje, o no empaticé con los personajes. Pero me pareció que a pesar de que Bertolucci ontenta mostrarnos como evoluciona el personaje, al final de ésta me parece el mismo. Desde luego lo que más me gustó fue la interpretación del protagonista y la chica. También me estremeció mucho los momentos en los que plasma en pantalla los efectos del síndrome de abstinencia de los drogadictos.

Seguramente dentro de nada ni me acuerde de ella. Un 4 por lo comentado arriba.

"Puedo estar horas comiendo una perita."
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