John Dies at the End

Iniciado por John Matrix, 02 de Septiembre de 2013, 07:09:30 PM

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John Matrix

                                            JOHN DIES AT THE END

                                           

Las crónicas de Coscarelli: el chucho, la aguja y el perrito caliente.

Llevaba tiempo queriendo pretender (ojo) ver "John Dies at the End", cuando la pretensión pasó al capricho, esquivé mi habitual prejuicio (o pereza, para que vamos a engañarnos) a los subtítulos y me adentré en lo último de ese hombretón entrado en lorza que es Don Coscarelli, si, si, aquel que no supo cortar por lo sano la saga de "Phantasm" hasta que se atrevió con aquel fabuloso homenaje a Elvis (entre otras cosas) que representó "Bubba Ho-Tep". Coscarelli, forjado en el fuego del amor a lo cutre, ha labrado un largo recorrido "underground" de alto calado "freak" para todos los amantes de lo rocambolesco, convirtiendo el tópico del terror fantasmagórico y gore (como otros tantos antes) en una seña y/o guiño que termina dotando a sus películas de virtudes y diversiones imposibles de encontrar en otras obras de premisas paralelas. Tanto para lo exquisito como para lo grotesco, se necesita de mano firme y visión propia si el objetivo marcado es el de encontrar un espacio único donde reposar un legado reconocible en el séptimo arte, algo así como la tumba selecta del cementerio, con un letrero llamativo que diga "aquí yace (o descansa en paz) un tío (o visionario) con un par de cojones"... a lo mejor no es sutil, pero la sonrisa al leerlo no te la quita "ni el tato".

Y entrando en materia, hablemos de la salsa de soja y sus efectos: diré que esperaba una experiencia mucho más intensa, como todo en la vida, si la droga no alcanza el éxtasis el viaje se torna en gatillazo, o también sería como decir que si el viaje tropieza con gatillazos constantes el efecto de la droga no resulta del todo placentera, y ciertamente más de una acaba por reducirse a caucho desechable, pasto del desierto y sus arenas, pero algunas, aún sin alcanzar esa tan deseada conexión divina, si que resultan lo bastante simpáticas como para repetir con gusto el chute, e incluso (tal vez) con más entusiasmo que la primera dosis, todo puede suceder ante tales sustancias, donde lo imprevisible junta su mano con gusto y mimo a las rarezas posteriores "durante" el periplo, a veces ajeno, a veces extraordinario, en cualquier caso: puñeteramente entretenidas.

Y si no sois de lo que gustan de metáforas rebuscadas, traduciré a nivel práctico lo que trato de expresar sobre la película, como dije, esperaba más, y con esto no quiero dar a entender que no me lo pasara pipa ¿sencillo no?, de "John Dies at the End" esperaba la máxima declaración boba y descontrolada sobre el mundillo de las drogas extremas, los pasajes extrasensoriales y la carnaza desagradable de patas largas y malas intenciones, algo así como el "Bubba Ho-Tep" de la heroína elevado a la enésima potencia, y si bien es solo el intento de todo eso a lo que pudo aspirar, bien es también una rara variante vulgar y tosca de esa idea, descacharrante y excesiva. Y cuando digo "exceso" digo también "defecto", siendo yo el primer defensor de las "idas de olla" particulares de los directores de cine, aquí el exceso viene bajo la densa sombra de diálogos interminables, para entendernos, Coscarelli no es Tarantino, y aquí las conversaciones no muestran detalles sobre lo cotidiano o lo betado de manera atractiva, "John Dies at the End" dedica más de la mitad de su metraje a explicar todo lo que sucede, sucedió o sucederá en pantalla, desde luego lo hace con estilo, sobre todo en las charlas entre Wong y un estupendo Paul Giamatti (como casi siempre), pero no dejan de ser aclaraciones y preámbulos extendidos más allá de lo necesario, esto termina afectando al ritmo del film, nunca de gravedad, pero pedíamos más.

Y a pesar de que "no todo el monte es orégano", algunas veces el poco orégano del monte desprende el suficiente buen aroma que precisa el área al completo como para sentirlo disfrutable, y es que lo poco que "John Dies at the End" tiene de estrambólico, lo tiene en calidad, con escenas dotadas de una singularidad nunca vista, imaginativas y anárquicas (de las que me chiflan), con diseños monstruosos y momentos desopilantes, después de todo, esto no deja de ser una película de Don Coscarelli, su esencia destroza la trascendencia (a drede y colateralmente, con chicha buena) con un humor que no pierde peso pasen los años que pasen. Y con una ÉPICA melodía de tan solo un minuto de duración compuesta por Brian Tyler (llamada "Our Quest") se despide esta aventura repleta de monstruitos hambrientos y sueños inconscientes, pudo situarse entre lo mejor de la "cosecha del 2012", no llegó a tanto, pero esto es como el dicho del oso: "algunas veces eliges la salsa y otras veces ella te elige a ti".

NOTA: 6.4/10
"It's very gratifying to watch a man you don't like try to pull his own balls out of his throat"

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Poppy Girl

Joder, esta película es de lo más loco que he visto en mucho tiempo. Mientras la veía no entendía una mierda y a la vez me daba igual porque lo estaba disfrutando. A parte de eso, sin más, alguna escena destacable y bastantes risas.
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Sacri94

No sé que decir. No sé si he visto una basura de proporciones épicas, o una locura sin precedentes. Me gusta lo que he visto pero no he entendido NADA. Quiero decir, he entendido la trama, pero la falta de sentido es tan grande que es imposible buscárselo. Alucinante, pero de alucinógeno, no de grandeza.

Ni nota le voy a poner. No puedo calificarla de momento.

"Puedo estar horas comiendo una perita."
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