Salvando al soldado Pérez

Iniciado por ÁngelNeg, 18 de Mayo de 2011, 12:31:59 AM

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ÁngelNeg

SALVANDO AL SOLDADO PÉREZ


Durante la invasión de Normandía, en plena Segunda Guerra Mundial, a un grupo de soldados americanos se le encomienda una peligrosa misión: poner a salvo al soldado James Ryan. Los hombres de la patrulla del capitán John Miller deben arriesgar sus vidas para encontrar a este soldado, cuyos tres hermanos han muerto en la guerra. Lo único que se sabe del soldado Ryan es que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de las líneas enemigas. Esa es la sinopsis de la que en 1998, fuera considerada una de las mejores películas bélicas, dirigida por Steven Spielberg, Rescatando al soldado Ryan (Saving private Ryan).

Ahora bien, como en México no hay un Spielberg, ni un Tom Hanks, ni nada muy cercano a lograr un producto de tan buena factura y similar como esa cinta, la productora Lemon Films, pone todo su empeño en consolidar un producto que por lo menos haga uso de la constante picardía que el mexicano usa hasta para hacer parodias; es por ello, que la aventura de comedia y acción Salvando al soldado Pérez (México-2010) pudo verse realizada; que netamente no hay otra razón de ser de esta mezcolanza burda de cine.

Aquí, la vida ha llevado a Julián Pérez por caminos equivocados, pero el destino le presentará a este hombre la oportunidad de encontrar su redención cuando es enviado a la misión más peligrosa y noble de toda su vida, una misión ordenada por la única autoridad que todavía respeta, su madre, Doña Elvira. Julián debe viajar hasta el otro extremo del mundo, a un lugar llamado Irak, a traer de vuelta vivo, a su hermano menor el soldado de infantería Juan Pérez. Con la promesa hecha, Julián Pérez regresa a su natal Sinaloa donde reclutará a un comando de elite, destinado a cumplir una misión suicida: viajar a Irak y salvar al soldado Pérez.

Carente de todo sentido de buen cine, Salvando al soldado Pérez intenta emular la cinta estadounidense a la par que intenta alejarse de ella en total grado para reformular una trama llena de clichés y gags baratos con una firme pero austera necesidad de ubicarlos en el medio oriente. Para lo anterior se fian del "buen gusto" que hacen de la mafia mexicana llevada al nivel del ridículo con la presentación casi estelrar de lo que los guionistas Francisco Payó González y su director Beto Gómez consideran el narco mexicano.


Caricaturizar a los personajes no le presta seriedad al asunto, pero esto es una comedia y es permisible; pero hacer de los personajes ciertos bonachones agresivos no le da más enfásis toda vez que no hacen reir a nadie y los gags no tienen timing. Desmarcarlos y ubicarlos en otro contexto territorial supondría el acabóse al mezclarlos con disidentes irakies tambien desdibujados de una personalidad concreta, que se sumarían posterioremente a soldados norteamericanos que como ya será obvio, también están fuera de interpretación regulada.

Gómez -El agujero; El sueño del caimán; Puños rosas-, su director, no se da oportunidad de llevar la pobreza del guión a un nivel aunque sea lleno de explosividad que es lo que pudiera rescatar para tapar los inmensos baches narrativos que se notan conforme avanza el metraje. Se conforma con seguir con el avance de una linealidad narrativa que aparte de todo hace ver más errores de los que incluso tiene.

Por ejemplo, la música es un dejo de inconstancia al mezclar acordes mexicanos, acto seguido canciones de alguna banda de narcocorridos, luego con música turca, y terminando con Chavela Vargas -lo único bueno de la cinta, y la canción mal ubicada-. La edición presenta cortes muy mal planteados, y la continuidad se les ha ido de manera garrafal, teniendo vestimentas y personajes en una escena, acto seguido vestimentas y personajes distintos. Muy mal para una superproducción que es de las más caras de nuestra cinematografía. ¿En qué se gastaron el dinero? ¿en los viajes a Estambul y en los permisos de filmación?

De las actuaciones ni hablar con nombres como Jaime Camil, Miguel Rodarte o Adal Ramones; pero nos preguntamos que pasó con Isela Vega, Jesús Ochoa, Gerardo Taracena, y Joaquín Cosio quien tiene una suerte de Cochiloco reprimido como interpretación. El folclor mexicano que retrata Salvando al soldado Pérez es llamativo y hubiera resultado genial e hilarante en manos de otros directores que buscaran más atrevimiento y explotación. Los aquí inmiscuidos, no pueden salvarse sin embargo del resultado obtenido. Una cosa sí es segura, si no la ven... ya están salvados.
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