Gabrielle

[Wanchope]

Gabrielle

CRÍTICA: La buena conciencia

Gabrielle es una joven con Síndrome de Williams. Tiene una contagiosa alegría de vivir y un talento musical excepcional. Desde que conoció a su novio Martín en el centro de ocio donde se encuentran los miembros del coro, han sido inseparables. Pero debido a que son "diferentes" sus seres queridos están temerosos de su relación. Gabrielle hace todo lo posible para ganar su independencia pero tendrá que enfrentarse a los prejuicios de otras personas, así como a sus propias limitaciones, con la esperanza de vivir un amor muy lejos de lo "corriente".

Gabrielle de pronto se descubre en la disyuntiva de tener que aceptar que su amor y deseo sexual se vean coartados por las reglas de la sociedad, o de poder establecer una lucha por ser reconocida por el mundo como una mujer autosuficiente. En realidad, y más allá de posibles limitaciones que podamos etiquetar mediante prescripción médica, lo que viene a ocurrir a menudo con todo el mundo si lo reducimos a su formulación más básica: o hacer lo que hay que hacer, o hacer lo que se quiere hacer. Siempre habrá una parte de la sociedad escudriñando para señalarnos con el dedo, siempre advirtiendo qué es lo correcto y qué no lo es, presuntamente, a partir de siglos y siglos de evolución.

'Gabrielle', de Louise Archambault, en un mundo tan idílico como el que nos suele vender la Coca-Cola a menudo, por ejemplo antes de cada proyección en el pasado Festival de Gijón en dónde a su spot se le fue el gas incluso antes de abrir la botella, puede funcionar como nos puede valer, por más que sea un filme demasiado básico que sufre a su vez, y sea dicho sin acritud malévola o mala leche oportunista, de un pequeño retraso. Un filme correctamente inocuo, corriente, mayormente convencional y servicial que dice poco que no quede dicho de antemano en una sinopsis que nos deletrea el conflicto con meridiana claridad. Puede funcionar, y puede valer; pero ni sorprende ni causa sorpresa.

Es cierto que el protagonismo de Gabrielle Marion-Rivard dota de verosimilitud a la propuesta, de autenticidad; en cierto sentido, de pureza. Y es en su interpretación dónde reside principalmente el valor de 'Gabrielle', cinta cuyo mensaje pretendidamente vitalista desfallece dentro de un conjunto que presenta un discurso superficial y tosco el cual, por descontado, nunca logra evadirse o escapar de las faldas del cine independiente de corte festivalero, aquel destinado a poblar la parrilla de cuantos certámenes se le pasen por delante en busca de un cumplido por parte de un público que, a la hora de escribir y ofuscado por la acumulación, se deje llevar por la condescendencia de la buena conciencia.

Nota: 6.0


Lo Mejor:
- La labor de Gabrielle Marion-Rivard

Lo Peor:
- Su escaso margen post-festival

[Beyond]

Totalmente de acuerdo con la crítica. Es una película agradable, interesante en cierta medida, pero que no destaca especialmente en nada y que no impacta. La actriz principal está muy bien y algunos de su compañeros de reparto también, pero nada más. La historia se va por lo fácil demasiadas veces y la trama de la hermana no pinta demasiado.

Pero vamos, que está bien, así que mi nota es 6/10.

[Genjuro]

'Gabrielle', de Louise Archambault, en un mundo tan idílico como el que nos suele vender la Coca-Cola a menudo

Es que no puedes utilizar las armas del naturalismo para éso. Te da para una película infantil. A mí me pareció ridícula. De 3, como mucho.