Corn Island

Iniciado por lourdes lulu lou, 23 de Mayo de 2015, 04:23:31 PM

Tema anterior - Siguiente tema

0 Miembros y 1 Visitante están viendo este tema.

lourdes lulu lou

Corn Island (2014)


Sinopsis:
El río Enguri forma la frontera entre Georgia y la República de Abjasia. Las tensiones entre los dos países no han disminuido desde la guerra de 1992-93. Cada primavera, el río trae suelo fecundo desde el Cáucaso hasta las llanuras de Abjasia y noroeste de Georgia, creando pequeñas islas: pequeños grupos de tierra de nadie. Las islas son refugios para la vida silvestre, pero en ocasiones también para el hombre. Nuestra historia comienza cuando un viejo granjero de Abjasia pone el pie en una de las islas. El anciano se construye una cabaña para él y su nieta adolescente, él ara la tierra y juntos siembran maíz. El maíz madura y la nieta florece, el anciano se enfrenta al ciclo ineludible de la vida.


Crítica:
Inundación afectiva a la que no se encuentra cariño, apego ni devoción.
"Esta tierra es de su creador...", y esta película de quien la firma, George Ovashvili, que ofrece la construcción de una refugio, el cultivo de una tierra, la dureza de un proyecto realizado con sus propias manos, sudor y esfuerzo, empeño de un abuelo nativo, que convive con su nieta, para el acondicionamiento, plantación, cultivo y recogida del fruto, un lento y pausado observar dicho proceso donde tendrás que esperar, 20 minutos, para oír las primeras dos palabras y, veinte más, para que vuelva a producirse algún sonido, un agónico ensamblaje de consumo arduo, dificultoso y apenas estimulante pues ni con paciencia y dedicación mejora su digestión.
Con permiso de la naturaleza..., aunque ¡sin el tuyo! pues esta reservada isla, que tiene su propia vida y rutina, no despierta interés alguno, no se crea ansia por su conocimiento ni anhelo de resolver su desenlace, un comer, trabajar, descansar, dormir, superar inclemencias, pausar..., sin decir ¡na!, sin plasmar evidencia gráfica o sonora de apetencia válida, sólo la eterna y sólida compañía de esta unidad familiar que resiste y prosigue, observa y espera pero, como espectadora, necesito algo más que esta visión anodina que procede al margen de la atención y expectación del público, mostrar una existencia, su rutina diaria, su levantarse cada día y seguir adelante no cautiva, ni entusiasma, ni aviva una mente que empieza a estar cansada de tanta alabanza gratuita para un argumento que transmite poco y, un guión que vive de acostumbrados silencios que intentan dar a entender, con su cuota de voz ausente, una magnificencia y maestría que se asemeja más al cuento de la lechera, que te lo venden como cinco estrellas y ¡ójala hubiera comprado huevos y patatas para hacer una gustosa tortilla!, porque, este melancólico pasar el tiempo sin moverse del mismo espacio, tiene un sabor insípido, aburrido y oxidado.
Y, ahora, el dilema de siempre que parece no tener correcta solución ni próxima resolución pues, por un lado, la prensa y su crítica con una nota de notable para un cine loable, humano, veraz y sensible, de gran emoción artística y delicadeza en las formas, miradas penetrantes y austeras que transmiten lo que es innecesario decir con palabras, ausencia de sonido que cubre, magistralmente, la ferviente mirada de quien se complace, con esmero y gratitud, ante la maravilla seductora que sus ojos captan y observan, sosiego y tranquilidad heroica ante una supervivencia costumbrista que se exhibe con claridad de vivencia y sentimiento de alma, etc, etc, etc..., palabras, de cosecha propia, que llevan a una lectura técnica que sí, completamente le otorgan tan alta valoración, sólo que, en aras de la verdad y sinceridad de ánimo, todo ello sirve de poco si no logra crear espíritu de afinidad y ganas por degustar su andar pues, aunque reconozcas todo lo escrito y lo confirmes con tu reflexión cognitiva, no logras sentir estímulo alguno que te invite a apreciar su batalla ni estimar su existencia; si vamos a elegir cine mudo donde hablen las imágenes, éstas tendrán que comunicar algo y no dormir a la audiencia porque ¡de qué me sirve que me digan que este plato es magnífico sí después no disfruto de su presencia, de sus ingredientes, ni me nutre en absoluto!
Y, después está la excusa ordinaria de que es cine minimalista, para unos pocos elegidos que sepan valorar el arte de lo sencillo y la honradez de lo vertido, diestra creación de singularidad delicada para quienes distingan la inteligencia de decirlo todo sin expresar nada, bla, bla, bla...; hace poco, tuve el placer de visionar "Mandarinas", pues haber si se aprende de la exquisitez de combinar sabiduría y emoción, pasión y conocimiento 'tanto para el cerebro como el corazón!, aquí no hay espíritu que reanime tu somnolencia, ni pulso cardíaco que no se relaje tanto que llegue a ausentarse la mayor parte del tiempo.
Adoro descubrir las pequeñas producciones de paises con marcha de identidad exclusiva y personal, que se distinguen por funcionar al margen de la cadena comercial y que cuidan sus producciónes peculiares con talento, sobriedad y dedicación pero, ante la presente obviedad y decepción, es igual de amargo -e incluso más- descifrar que no hay nada detrás de tanto halago y alabanza, que parece se pene y condene decir, de estas historias, que aburren y desconciertan -por suerte, no todas pues muchas son fieles al emblema distintivo que las caracteriza y por la cual se respetan y aman- para el caso, la isla de maíz puede quedarse con su panizo y amparo pues, Ilyas Salman, como protagonista no encandila ni sugestiona ni llama a conocerle en su labor, desperdicio de hermosa fotografía que convierte, su merecido y esperado afecto, en letargo cansino que busca alivio en el paso de los minutos para llegar a su conclusión.
No se siente, no emociona, no se vive ni palpa, sólo se observa, lo cual ¡ya es mucho sacrificio!; no encontré gusto en su visión, ni avidez en su recorrido, ni caté la elegancia y distinción de su porte, ni la exquisitez de su esencia ¡más suerte para tí!..., pérdida en el mar de miseria que rodea la supuesta isla de batalla y bienestar ¡me quedé!

Nota: 3
lou
  •  

Beyond

Venga, aprovecho y pongo por aquí lo que acababa de poner en el hilo de "qué película viste hoy".

Hace poco vi la película Mandarinas, estrenada no hace mucho en España, y tengo que decir que me parece muy curioso que, con tan poco tiempo de diferencia, hayan llegado a nuestro país dos películas que usan como trasfondo un conflicto bélico tan poco conocido para el gran público como la guerra entre Abjasia y Georgia. Además, hay bastantes paralelismos entre los dos filmes, aunque cambiando las mandarinas por el maíz. Es una película extraña, porque en su primera mitad no hay prácticamente diálogos y parece un pseudo-documental en el sentido de que solo vemos a un anciano y su nieta trabajando en el "campo". En la segunda la historia se anima y empiezan a pasar "cosas". En cualquier caso, está claro que no es una película para cualquiera, pero a mí me dejó una buena sensación.

Mi nota es 7/10.
  •  

ÁngelNeg

Cita de: Beyond en 23 de Mayo de 2015, 03:56:52 PM
Corn Island


Hace poco vi la película Mandarinas... En cualquier caso, está claro que no es una película para cualquiera, pero a mí me dejó una buena sensación.

Mi nota es 7/10.

Yo vi Mandarinas y no me la pasé mal, pero tampoco para aventar mandarinas al cielo. Se me antoja Corn Island y mucho; pero dentro de los paralelismos que le encuentras, ¿consideras que es mejor ésta última?
  •  

Beyond

Yo le puse un 7 a las dos, aunque también es cierto que suelo ser mucho más generoso que tú con las notas. Si me obligaras a elegir, entonces me decantaría por Corn Island, pero por muy poco.

Dicho esto, si lo que quieres saber es si te la recomendaría... lo cierto es que yo jamás me atrevería a recomendar esta película a nadie. Es extremadamente pausada y soy consciente de que hay un riesgo muy alto de que cualquier persona que la vea se aburra como una ostra. Para que te hagas una idea, los únicos diálogos que habrás escuchado tras casi una hora de película serán dos frases por cada protagonista, es casi un documental mudo. También es cierto que es una película que juega con los gestos y las emociones. Para mí la niña protagonista transmite, solo con sus acciones y expresiones, tanto o más que los cuatro personajes principales de Mandarinas juntos. No le hace falta hablar para hacerte llegar sus emociones. Luego en la segunda parte de la película empiezan a ocurrir cosas y no tardarás en encontrar paralelismos evidentes con Mandarinas.

En resumen, lo dejo a tu libre elección. Yo lo máximo que te puedo decir es que las dos me gustaron moderadamente y más o menos al mismo nivel.
  •