La casa muda

[ÁngelNeg]

LA CASA MUDA

Sin palabras

No invitan a cualquier película a participar en los festivales de cine más concurridos del mundo, como Cannes, SITGES, Fantasmagoria, y cerca de una decena más por los que pasó la cinta La casa muda (Uruguay-2010); y es por ello, que muchos quienes han visto el metraje se preguntan qué vieron en su momento los programadores de esos festivales en el primer opus de Gustavo Hernández Pérez para integrarlo en distintas secciones en las que hubo estado con opiniones encontradas que le favorecieron el algunos circuitos críticos, pero que en su contacto con el público en las salas de cine quedó muy lejos de tales interpretaciones.

No es para menos, y es que La casa muda está muy por debajo de cualquier ejercicio cinematográfico en torno al género de terror que por lo menos haya salido decentemente bien librada. Aunque quizá esto no esté muy mal para un país que se mueve más en torno a comedias y dramas con excelentes resultados; y mucho menos para una cinta que tiene realce especial en cuanto a la forma en que ha sido filmada y es por ello que tiene por lo menos los suficientes elementos para poder hacer de ella un análisis alrededor de.

En la cinta, Laura (Florencia Colucci) y su padre Wilson (Gustavo Alonso) se internan en una lejana casona de campo para reacondicionarla, ya que su dueño Néstor (Abel Tripaldi), muy pronto la pondrá a la venta. Ellos pasarán la noche allí, para comenzar los trabajos al día siguiente. Todo transcurre con normalidad hasta que Laura escucha un sonido que proviene de afuera y se intensifica en el piso superior de la casona. Wilson sube a inspeccionar mientras ella se queda sola abajo a la espera de su padre… Basado en un suceso real que transcurrió en 1944, en una vieja casa de campo donde encontraron los cuerpos de dos hombres brutalmente torturados, sin lengua ni ojos. Las inquietantes fotografías que se encontraron fueron la clave para resolver el sangriento crimen.

Lo que vende la película con su sinopsis sin embargo no es tan cierta de un inicio. Al no tener seguridad sobre los elementos en torno al caso, la cinta queda solo inspirada en tales hechos y no basada, por lo que bueno, aquí ya las libertades narrativas estaban a pedir de boca y los guionistas debían armar un intrincado caso que pudiera tomar los elementos del crimen y aparte llenar todos esos huecos en los que la evidencia hacía su desaparición. Un caso documentado de 1944 que por otro lado no se resolvió de la manera más fortuita hace pensar que la fantasía en la cabeza de dichos guionistas -él mismo Hernández, Óscar Estévez, Gustavo Rojo- se fue por el lado más fácil de imaginar; pero no así de plasmar ya en la formación de los arcos narrativos -donde presenta los principales problemas-.

El gran mérito en cambio, y pese a que casi les cuesta el total del metraje, es la forma en la que fue filmada, un plano secuencia presumiblemente de inicio a fin -habrá que repasar cuidadosamente cuando se van a los fundidos en negro si de verdad no hay un corte en la acción que narra-, que hace que la forma de desenvolvimiento tome varios caminos, el primero es la tediosidad en la ubicación de personajes, misma que es lenta, aburrida y por demás larga tomando en cuenta que apenas si conocemos a los personajes, lo cual establece que hay cuestiones que se desvelaran más adelante y desde luego ocurre.

Otro, es la cuestión, de que aún con la base atractiva del argumento, y aún cuando se respira tensión en la parte central de La casa muda, las orillas quedan descobijadas de ese aspecto de thriller de horror con cámara digital -plus- al tecnicamente, ofrecer demasiados fuera de focos, ángulos poco probados y hasta torpes quizá; pero que el cinefotográfo Pedro Luque lograra moverse a la par de Colucci -triste que recaiga en ella todo el peso y su actuación sea muy marginal-, ya significaba un logro con la falta de iluminación, y los lugares pequeños.

Hernández arriesga en la presuposición de los detalles, para poder sorprender al espectador con una especie de giro de tuerca que queda un poco descubierta sin querer, pero en un buen propósito al desmarcarse del objetivo primordial y darnos una atemporalidad genuina que hubiera sido perfecta, pero se prefiere sin embargo resolver de una manera muy inconexa, anticlimática, obvia, y torpe además. El resto de metraje en el intermedio de los créditos sólo viene a confirmarnos que, o de plano creían muy enredada la trama, o al público muy tonto.

No se puede negar que La casa muda tiene esa atmósfera oscura y punzante que no sólo promete, sino que logrará fácilmente ciertos brincos y gritos frente a la butaca, y lo mejor es que no serán a base de altos decibeles de sonido salidos de la nada, sino que irán sopesándose poco a poco con la genialidad de la simpleza musical de Hernán González, y la sonorización del filme bastante adecuada aunque se aborrece en todo grado que la dicción de los actores con su marcado tiple uruguayo nos deje solo adivinar diálogos. La casa muda pues, es un ejercicio logrado hasta cierto punto que no los dejará sin palabras, ni sin aliento, ni mudos. Realmente no le hace daño a nadie.

[Jason]

Tiene cosas interesantes en el plano técnico, como algunos encuadres interesantes. En lo demás, si genera algún interés durante los primeros minutos, este se va diluyendo hasta llegar a la nada visto lo tramposa y ridícula forma de ir desonvolviendo el misterio. No sólo de formalismos vive el espectador y esta peli es buen ejemplo de ello:

3,5/10

[Wanchope]

Tiene cosas interesantes en el plano técnico, como algunos encuadres interesantes. En lo demás, si genera algún interés durante los primeros minutos, este se va diluyendo hasta llegar a la nada visto lo tramposa y ridícula forma de ir desonvolviendo el misterio. No sólo de formalismos vive el espectador y esta peli es buen ejemplo de ello.

+1. Nada más que decir.