Película con personajes incómodos (como la vida misma). Una fotografía, una banda sonora y unas actuaciones que enamoran. Solo le achaco que el final tenga ese clasicismo que no tiene el resto del metraje (las road movies no deberían cerrarse, deberían seguir su viaje hasta la eternidad). Pese a eso, una pequeña maravilla que le hace honor al séptimo arte.