VILLENEUVE Y GYLLENHALL, QUÍMICA PERFECTA
Si tuviera que elegir una de las películas más disfrutables y que más me sorprendiera en el año 2013, no podría escoger otra que no fuera "Prisioneros".
Aquella película, que podríamos situarla en la línea de cintas como "Zodiac", "Seven" o "El silencio de los corderos", hizo que descubriera en Denis Villeneuve a un magnífico cineasta que sacó lo mejor de sus actores (Jake Gyllenhaal, Hugh Jackman o Paul Dano) y que, gracias a la brillante fotografía de Roger Deakins y un acertado juego de planos, consiguió una cautivadora, dramática y emocionante experiencia cinematográfica que injustamente no obtuvo reconocimiento en la pasada ceremonia de los Oscars.
En vista de las buenas sensaciones que me dejó la dirección de Villeneuve y la buena labor del actor Jake Gyllenhaal, una vez pude conocer que ambos ya habían colaborado en la cinta "Enemy", no dudé ni un minuto en apuntarla en mi agenda de estrenos para 2014.
Bueno, pues el pasado día 7 de abril y sin demasiada publicidad se estrenó la película en un reducidísimo número de salas, cosa que para mi pesar se acentuó a la semana siguiente, fecha en la que yo ya disponía de tiempo libre para poder visualizarla. Pero ese aspecto, todo sea dicho, no ha impedido que la haya disfrutado en una pequeña sala del centro comercial "Nassica", sito en la localidad de Getafe, y que me haya encontrado con una de las mejores películas en lo que va de año.
El film nos presenta a Adam Bell, un alicaído profesor de universidad que, a excepción del "affaire" que mantiene junto a Mary (Mélanie Laurent ), vive en soledad en la cidad de Toronto (Canada).
La tranquila vida de Adam dará un vuelco de 180 grados cuando, para su sorpresa y casi por accidente, descubra como en su misma ciudad existe una persona llamada Anthony, la cual posee su mismo aspecto y voz, si bien este último no se dedica al mundo de la enseñanza, es actor, y tampoco vive en soledad, ya que comparte su vida junto a una joven embarazada (Sarah Gadon).
Nada más ha de contarse de esta historia inspirada en la novela de José Saramago, "El hombre duplicado", pues está llena de sorpresas, giros de guión y, como ya ocurriera en "Her" (Spike Jonze), te sumerge en los conflictos emocionales de su protagonista.
Y si bien Denis Villeneuve nos ofrece un intrigante y maravilloso puzzle que quedará en nuestra mente durante las horas y días posteriores a su visionado, tampoco quisiera obviar las enormes virtudes técnicas que, como ocurrió en "Prisioneros", vuelven a hacer acto de presencia.
Una fotografía con predominantes tonos beige, adornada de virtuosos planos aéreos de la ciudad de Toronto, sirve de perfecto marco para una historia con claras influencias de David Lynch ("Mullholland Drive"), Christopher Nolan ("Origen") o Duncan Jones ("Moon").
Es posible que buena parte de los espectadores, una vez finalizada la película, puedan no haber conseguido desenmarañar todos los axiomas y misterios que componen esta película, como le ha ocurrido al que suscribe; si bien eso no quita que la propuesta ofrecida por Villeneuve sea de una frescura pocas veces vista en una sala de cine.
Lo mejor: La dirección de Denis Villeneuve, Jake Gyllenhall, Sarah Gadon, todo el aspecto estético y técnico, el sorprendente guión.
Lo peor: Que puedas sentirte estafado si no has llegado a entender los misterios de este enrrevesado puzzle argumental.
Puntuación: ****1/2