Tras un par de meses visitando la web, y aunque leer varias de criticas de wanchope , princesadelguisante y muchos otros usuarios me ha hecho dudar seriamente de la calidad de mi crítica, finalmente me he decidido a presentarme con esta humilde aportación.
En esta película se nos narra una trama simple y muchas veces narrada, sin embargo la verdadera virtud del film no reside en la historia, o al menos no en lo que parece ser la historia hasta que llega el revelador final, sino en la manera de narrarla.
Christopher Nolan repite el uso del desorden temporal con el que ya adornó su opera prima “Following”, aunque esta vez con mayor justificación, la historia se cuenta desde el final hacia el principio formando una perfecta cadena de causalidad, con este brillante recurso se consigue meter al espectador en la piel del olvidadizo protagonista causándole la misma sensación de desconcierto y confusión. Otro de los elementos que consiguen que la tópica historia, especialmente entre la filmografía de Nolan, del protagonista que quiere vengar a un ser querido se transforme en una genialidad es la caracterización del personaje principal. Lejos de contar con la capacidad de amputar miembros con un golpe de katana al estilo “Kill Bill” o de ser un genio con mil ases bajo la manga a lo Gerard Butler en “Un ciudadano ejemplar”, Leonard Shelby únicamente cuenta con su obsesiva determinación y con una Polaroid, cuyas fotos remplazarán su maltrecha memoria reciente, para llevar a cabo su venganza.
Gracias a estos elementos el film es capaz de suscitar un creciente grado de interés y fascinación en el espectador mientras la película avanza, o según se mire, retrocede. Pero Nolan, que estaba ya empezando a trazar sus propios esquemas en esto de hacer cine, inaugura aquí una costumbre que desde entonces y hasta la actualidad ha mantenido, deja lo mejor para el final y culmina el film con un dialogo entre el protagonista y uno de los personajes principales que precede a un monologo de carácter trascendental en el que el protagonista decide su futuro. En este caso en el dialogo Teddy revela a Leonard la verdad sobre quien es y sobre su venganza, el personaje de Guy Pierce no es capaz de aceptar la realidad, así que simplemente no la acepta, la olvida, se queda únicamente con su realidad y vuelve al único camino que aun le puede otorgar algún tipo de felicidad. Cierra los ojos y espera que el mundo desaparezca.
Desde luego acepto, y de hecho os pido, que hagáis cualquier sugerencia o crítica de la crítica que os apetezca hacer.
Memento
En esta película se nos narra una trama simple y muchas veces narrada, sin embargo la verdadera virtud del film no reside en la historia, o al menos no en lo que parece ser la historia hasta que llega el revelador final, sino en la manera de narrarla.
Christopher Nolan repite el uso del desorden temporal con el que ya adornó su opera prima “Following”, aunque esta vez con mayor justificación, la historia se cuenta desde el final hacia el principio formando una perfecta cadena de causalidad, con este brillante recurso se consigue meter al espectador en la piel del olvidadizo protagonista causándole la misma sensación de desconcierto y confusión. Otro de los elementos que consiguen que la tópica historia, especialmente entre la filmografía de Nolan, del protagonista que quiere vengar a un ser querido se transforme en una genialidad es la caracterización del personaje principal. Lejos de contar con la capacidad de amputar miembros con un golpe de katana al estilo “Kill Bill” o de ser un genio con mil ases bajo la manga a lo Gerard Butler en “Un ciudadano ejemplar”, Leonard Shelby únicamente cuenta con su obsesiva determinación y con una Polaroid, cuyas fotos remplazarán su maltrecha memoria reciente, para llevar a cabo su venganza.
Gracias a estos elementos el film es capaz de suscitar un creciente grado de interés y fascinación en el espectador mientras la película avanza, o según se mire, retrocede. Pero Nolan, que estaba ya empezando a trazar sus propios esquemas en esto de hacer cine, inaugura aquí una costumbre que desde entonces y hasta la actualidad ha mantenido, deja lo mejor para el final y culmina el film con un dialogo entre el protagonista y uno de los personajes principales que precede a un monologo de carácter trascendental en el que el protagonista decide su futuro. En este caso en el dialogo Teddy revela a Leonard la verdad sobre quien es y sobre su venganza, el personaje de Guy Pierce no es capaz de aceptar la realidad, así que simplemente no la acepta, la olvida, se queda únicamente con su realidad y vuelve al único camino que aun le puede otorgar algún tipo de felicidad. Cierra los ojos y espera que el mundo desaparezca.
Nota: 8.5
Desde luego acepto, y de hecho os pido, que hagáis cualquier sugerencia o crítica de la crítica que os apetezca hacer.